El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy el IV Plan Andaluz de Salud en el que están implicadas todas las áreas del ejecutivo andaluz para evaluar y adoptar medidas ante el impacto que tienen los factores de la vida cotidiana en el bienestar de la ciudadanía. Esta estrategia busca reducir las desigualdades y que las personas vivan más años con más calidad y autonomía.
La elaboración de este plan ha contado con la participación de 15 entidades sociales y de profesionales y asociaciones de pacientes y se desarrollará a través de los planes de acción local, para llegar a todos los municipios de la comunidad andaluza. El presupuesto de las medidas previstas para 2013 es de 98 millones de euros.
Se trata de una iniciativa coherente con los objetivos europeos para la salud y el bienestar -Salud 2020- y nace con la premisa de que la mejora de la salud es fundamental para el nuevo modelo económico andaluz ya que produce retornos en la capacidad productiva.
Seis compromisos
El primero de los seis compromisos de este plan, que plantea además 24 metas y 92 objetivos, es aumentar la esperanza de vida en buena salud. En el último siglo en Andalucía, se han ganado uno 40 años de vida más por persona y la esperanza de vida es de 83,7 años en las mujeres y 78,1 años en los hombres. Este plan busca no solo incrementar estas cifras en la medida de lo posible, sino que los andaluces disfruten de una vida con más calidad, más autonomía y libre de discapacidad
En este primer compromiso, la atención a las personas con discapacidad tiene un papel protagonista con el desarrollo del Plan Andaluz para el Desarrollo de los Servicios y Promoción de la Autonomía. Esta iniciativa contempla medidas preventivas y de promoción para que estas personas, y las que se encuentran en situación de dependencia moderada, no pierdan de forma rápida sus capacidades para el desarrollo de las actividades básicas de su vida diaria. Dentro de esta línea de trabajo, por ejemplo, los servicios de rehabilitación del sistema sanitario público tendrán como prioridad la recuperación integral del proyecto vital de sus pacientes y se tomarán medidas para fomentar la imagen positiva de las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas
Además, desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte se pondrán en marcha programas de promoción de la actividad física para personas mayores o en situación de dependencia, dentro de la estrategia de Envejecimiento activo por la que Andalucía ha recibido un reconocimiento de la Comunidad Europea. En unos meses, la Junta presentará el Plan Estratégico de Envejecimiento Activo de Andalucía, una estrategia dirigida a la prevención de la enfermedad, promoción de una vida saludable y derecho a la participación en todo lo relacionado con su vida y entorno inmediato.
Por su parte, desde Fomento y Vivienda se incorporarán las actuaciones del Plan de la Bicicleta, un plan que además recoge la puesta en marcha de la evaluación del impacto en la salud de las personas, tanto en los proyectos industriales como en el planeamiento urbanístico que se desarrollen en Andalucía.
La protección de la salud de las personas ante los efectos de la globalización y de los nuevos riesgos ambientales y alimentarios es el segundo compromiso que plantea esta estrategia y para esto, se van a estudiar a fondo todos los posibles nuevos riesgos asociados a estos ámbitos y se desarrollarán herramientas para afrontarlos.
Desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural se promoverá un plan de vigilancia y control en la alimentación animal y se progresará en la asesoría para la producción ecológica. Además, Presidencia informará y orientará a los andaluces que viven en el extranjero sobre la atención en salud y Fomento y Vivienda elaborará la Ley Andaluza de Movilidad Sostenible, que impactará en la contaminación ambiental, el uso de transporte público o bicicleta y la seguridad de los peatones.
El tercer compromiso busca fomentar los activos y los recursos que ya existen en Andalucía para incrementar la promoción de la salud como las redes de voluntariado y los espacios comunitarios públicos para reforzar la vida social y saludable. En esta línea, la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales promoverá el voluntariado y la participación ciudadana en el marco de las asociaciones de autoayuda.
La lucha contra las desigualdades sociales se plantean como cuarto compromiso, sobre todo las que tienen sobre todo un gran impacto en la salud como la pobreza, la exclusión social, el desempleo o el nivel educativo. La Administración andaluza garantizará la cobertura de sus necesidades básicas, con especial atención a la alimentación y educación de los menores en situaciones socialmente vulnerables y de exclusión social.
En este sentido, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte priorizará la financiación pública de las plazas escolares de 0 a 3 años, sobre todo en aquellos barrios y municipios más desfavorecidos. Por otra parte, los profesionales de los servicios de orientación laboral dependientes de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo se especializarán en la atención de las personas en las áreas más desfavorecidas. También se firmará un convenio entre las consejerías de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Justicia e Interior y la Fiscalía Superior de Andalucía para el desarrollo del protocolo andaluz para la actuación sanitaria ante la violencia de género.
Además, la Junta busca seguir garantizando el acceso al sistema de la dependencia con especial control a los servicios prestados a los colectivos más vulnerables, sobre todo en ayuda a domicilio, centros de día y atención en residencias.
Implantación y evaluación
El quinto pilar de este plan es el fortalecimiento del sistema sanitario público a través de alianzas entre profesionales y ciudadanía para que se convierta en un espacio abierto y compartido. Este objetivo implicará a varias áreas de gobierno ya que para conseguirlo habrá que reforzar ámbitos como la investigación, las tecnologías y las infraestructuras. Por esta razón, se creará una alianza entre las Unidades de Gestión Clínica para facilitar la gestión del conocimiento, la innovación y el desarrollo de nuevas respuestas de atención para la ciudadanía.
El IV Plan Andaluz de Salud plantea como sexto y último objetivo la generación del conocimiento y las nuevas tecnologías como aspectos clave para la mejora de la salud en la población. El uso de estas tecnologías tiene que estará orientado a mejorar el acceso de la ciudadanía a la información. Dentro de esta línea hay programadas acciones como que las líneas de investigación para la incorporación de las nuevas tecnologías en relación con medicamentos y productos sanitarios se decidan en función de los intereses de la población, que participará en la toma de decisiones.
Además, se propondrá la creación de una estrategia andaluza del conocimiento en la que estarán implicadas las universidades, el sector empresarial y el sistema sanitario para trabajar en nuevos servicios y procedimientos que impacten de manera positiva en la salud de la ciudadanía.
Implantación y evaluación
Una vez aprobado por el Consejo de Gobierno, comienza ahora el proceso de implantación de las políticas de salud para los próximos años. Así, todas las políticas que se lleven a cabo en Andalucía tendrán esta visión de la salud y se analizarán los compromisos en este sentido cada dos años. El Comité Director del IV Plan Andaluz de Salud, presidido por la consejera del ramo y formado por las consejerías del Gobierno cuyas actividades tengan mayor potencial de impacto en salud, y la Comisión Asesora de Participación Regional, formada por representantes de la ciudadanía organizada y de entidades locales, serán los encargados de velar por estos acuerdos.
Por otra parte, la implantación del IV Plan Andaluz de Salud tendrá una traducción a nivel provincial y local, a través de los Planes Provinciales y los Planes Locales de Salud, por lo que se ha propuesto la creación de dos estructuras a nivel provincial que se harán cargo del seguimiento de este proceso de descentralización.
El protagonismo ciudadano e intervención del conjunto de actores en la sociedad andaluza que implica este plan obliga a un riguroso seguimiento de los compromisos adquiridos y una evaluación externa, independiente, que asegure la imparcialidad de los resultados. Al mismo tiempo, el alto nivel de compromiso adquirido con la sociedad andaluza obliga a plantear la rendición de cuentas en el lugar de mayor nivel en la representación social, que se hará en el Parlamento.
Tres planes anteriores
En 1992, la Junta de Andalucía puso en marcha el I Plan Andaluz de Salud durante el que se creó el Sistema Sanitario Público y la Ley de Salud. Esta estrategia, puesta en marcha por catorce comunidades autónomas, priorizó los problemas de salud de mayor impacto, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, los accidentes de tráfico o las enfermedades infecciosas ligadas a las condiciones de vida y planteó objetivos específicos para el SIDA.
En 1999, se puso en funcionamiento el II Plan Andaluz de Salud que incorporó la evidencia científica e integró nuevos derechos para los ciudadanos en el sistema, como la atención bucodental a toda la población infantil entre 6 y 15 años –de la que hasta ahora se han beneficiado 2,8 millones de niños y niñas- o el derecho a una segunda opinión médica –que ha registrado cerca de 4.200 solicitudes desde 2003-. También planteó la atención dirigida a colectivos más vulnerables y prioritarios como la población inmigrante. Dentro del plan, que elaboraron ocho comunidades autónomas, la Consejería creó el documento de Reconocimiento Temporal de Asistencia Sanitaria del que se benefician más de 30.000 personas cada año.
El III Plan Andaluz de Salud, creado en 2004, contó, por primera vez, con la participación de profesionales, ciudadanía, asociaciones, empresas, entidades locales e instituciones públicas. Durante los años que estuvo vigente esta estrategia se tramitó la Ley de Salud Pública de Andalucía, que entró en vigor a principios de 2012 y que planteó una nueva perspectiva enfocada en las políticas de protección y promoción. Además, en el III Plan se introdujo por primera vez el enfoque de reducción de desigualdades sociales y la perspectiva de género.
La evaluación del III Plan reveló una mejora en la atención sanitaria a los colectivos vulnerables; un avance en la asistencia sanitaria, gracias a la creación de los planes integrales para abordar diferentes enfermedades; y un impulso definitivo a las nuevas tecnologías, con la puesta en funcionamiento de Salud Responde. También consolidó la acreditación de calidad en el sistema público y el modelo de gestión clínica, así como la estrategia en investigación.
El III Plan permitió también detectar áreas de mejora, por ejemplo, en la atención a personas en situación de discapacidad o en la participación ciudadana en el funcionamiento del sistema sanitario. Estos dos ámbitos se han integrado como elementos principales dentro del IV Plan Andaluz de Salud.
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