El
asma es la patología crónica más frecuente en niños y adolescentes: uno de cada
diez la sufre. Y el incremento en la prevalencia de esta patología registrado
en los últimos años se debe a los cambios
de hábitos que se han producido en la población, según el estudio ISAAC
(The International Study of Asthma and Allergies in Childhood), una de las
principales fuentes de información mundial sobre prevalencia de asma. De hecho,
el entorno y cómo nos relacionamos con él influyen decisivamente en los síntomas
y en la prevalencia de la enfermedad, ya que esta patología se desencadena
cuando determinados contaminantes ambientales actúan sobre nuestros genes.
Así
lo sugieren múltiples estudios de cohortes que siguen a poblaciones expuestas a
ellos incluso desde antes de nacer. Un claro ejemplo que ilustra la relación
existente entre asma y entorno es la reducción
en hasta un 10% de las hospitalizaciones de niños por asma tras la implantación
de la Ley Antitabaco en España. Otro ejemplo es la mejora de la función
pulmonar registrada a lo largo de veinte años en niños de California tras reducirse la contaminación ambiental, de
acuerdo con uno de los últimos estudios elaborados al respecto.
Por
ello, los buenos hábitos de vida y un entorno saludable son fundamentales,
especialmente durante la infancia, ya que como explica el doctor Manuel Praena,
coordinador del Grupo de Vías Respiratorias de la Asociación Española de
Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y miembro del comité asesor de la
Fundació Roger Torné, en los niños el impacto del medio ambiente es mayor al
estar su organismo en desarrollo y responder de forma más limitada a las
agresiones, por lo que son más vulnerables. En este sentido, la exposición al humo de tabaco durante el
embarazo es un factor de riesgo para desarrollar asma, ya que aumenta la
probabilidad de sibilancias en la infancia, y también lo es la contaminación por tráfico, que influye
en los síntomas asmáticos y otras enfermedades respiratorias.
Otro factor de riesgo en las ciudades es la pobreza por la combinación de elementos
que favorecen el asma, como viviendas de peor calidad situadas en vías de alta
densidad de tráfico, peor calidad de los alimentos y carencias de conocimientos
sobre dietas equilibradas. Además, las familias desfavorecidas tienen menos
oportunidades de salir de las ciudades para realizar a actividades
en contacto con la naturaleza. No
obstante, el asma se puede controlar con la medicación adecuada, el seguimiento
y la educación de los pacientes y la familia. En este sentido, la lactancia
materna, la dieta mediterránea, la exposición a la luz solar y estar más en
contacto con la naturaleza influyen positivamente sobre esta patología.
VI Jornada: ‘Influencia del entorno en
el asma’
Para
los asmáticos, tener información es clave para mejorar su calidad de vida. Por
ello, y con motivo del Día Mundial del Asma, la Fundació Roger Torné y la AEPap
organizan conjuntamente la mesa redonda “Influencia del entorno en el asma”, la
VI Jornada sobre Salud Infantil y Medio Ambiente de la Fundació Roger Torné. El
acto tendrá lugar el martes 5 de mayo en
el Palau Macaya, de 10.30 a 13.00h.
La Jornada cuenta con la colaboración y
participación de la Agència de Salut Pública de Barcelona, la Federación de
Asociaciones de Matronas de España (FAME) y la Associació Asmatològica
Catalana. La delegada de Salud de l’Ajuntament de Barcelona, Cristina Iniesta,
será la encargada de abrir el acto, estructurado en torno a una mesa redonda en
la que participarán el responsable
del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap, el doctor Manuel Praena; la
presidenta de la FAME, Cristina Martínez y la doctora en Psicología Isabel
Sierra.
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