El ADN circulante cada vez adquiere mayor importancia en el ámbito del laboratorio clínico aplicado a algunas patologías como el cáncer. Así se ha expuesto en IX edición del Congreso Nacional del Laboratorio Clínico, un referente a nivel nacional en el campo de los análisis clínicos, organizado de forma conjunta por la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), la Asociación Española de Biopatología Médica (AEBM) y la Asociación Española de Farmacéuticos Analistas (AEFA).
Según explica el Dr. Rafael Molina, miembro de la SEQC, y del Hospital Clinic, “el ADN circulante tumoral es el material expulsado por las células tumorales al torrente sanguíneo en forma de pequeños fragmentos de material genético y, por lo tanto, es un “espejo fiel” de las características moleculares específicas de cada tumor”.
Es lo que en la actualidad se ha denominado como “biopsias líquidas”, terminología que refleja la paradoja de conseguir la misma información que se obtiene de la extracción de tejido tumoral, pero partiendo de una simple muestra líquida de sangre periférica.
“Hasta ahora, el estudio molecular del cáncer, por lo general, se conseguía obteniendo una muestra de tejido del propio tumor mediante una biopsia, algo que supone un mayor gasto hospitalario y una mayor molestia para el paciente. Sin embargo, el análisis del ADN circulante tumoral representa un gran avance para los pacientes, ya que permite obtener el máximo de información del tumor a partir de una técnica muy poco invasiva y cómoda como es la obtención de una muestra de sangre periférica”, indica el Dr. Molina.
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