Este sábado, 17 de octubre, se conmemora el Día Mundial contra el Dolor. Dentro de los diferentes tipos de dolor el más complicado de comprender y controlar es el dolor neuropatico, un síntoma propio de múltiples enfermedades neurológicas, dado que engloba diferentes etiologías, mecanismos fisiopatológicos y manifestaciones clínicas.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que la prevalencia del dolor neuropático se situaría entre un 0,6 y un 1,5% de la población –a pesar de que algunas fuentes señalan que podrá ascender al 8%- , lo que significa que entre 300.000 y 600.000 personas en nuestro país sufren esa dolencia y que un 6% de las familias españolas pueden tener alguno de sus miembros con alguna forma de dolor neuropático.
“El dolor neuropático se define como un dolor iniciado o causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso y como un síntoma que puede ocurrir en diversas enfermedades del sistema nervioso central o periférico”, explica el Dr. José María Gómez Argüelles, Coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología. “Se trata, además, de un dolor que con frecuencia es difícil de abordar porque su tratamiento es diferente al del dolor nociceptivo, ya que no responde a analgésicos convencionales ni a antiinflamatorios”.
Aunque en la actualidad se dispone de diferentes tratamientos para el dolor neuropático, lo que permite que aproximadamente el 50% de los pacientes consiga reducir en casi un 30-40% su dolor, en muchas ocasiones estos pacientes son refractarios, lo que hace necesario seguir investigando en nuevos tratamientos o probando otros ya existentes que, por su utilidad en otras patologías, podrían ser eficaces. Actualmente se estima que entre un 40-70% de los pacientes con dolor neuropático aún no han conseguido un control completo del dolor.
“Siempre que sea posible, el abordaje terapéutico deberá ser multidisciplinar, el cual incluye no sólo el tratamiento farmacológico, sino también fisioterapia, tratamiento psicológico u otras modalidades terapéuticas”, señala el Dr. José María Gómez Argüelles. “Lo que está claro es que se hace necesario seguir dedicando recursos para luchar contra esta forma de dolor crónico que produce un importante menoscabo en la calidad de vida de los pacientes y que, sin embargo, y según apuntan diversos estudios, en muchas ocasiones éstos no reciben un diagnóstico ni un tratamiento terapéutico adecuado”.
Teniendo en cuenta que el cuadro de dolor neuropático dura más de 12 meses en más del 65% de los pacientes no es de extrañar que el 85% de los pacientes presenten un deterioro significativo en su calidad de vida. Además, se asocia de forma muy frecuente a la ansiedad (63%) y a la depresión (56%) y motiva una alta demanda de consultas médicas.
“Aunque en los últimos años han surgido iniciativas para estudiar con profundidad la etiopatogenia y la fisiopatología del dolor neuropático, todavía quedan diversos aspectos sobre los que también se debería investigar: es necesario obtener datos más fiables sobre su epidemiología, estudiar con mayor profundidad la efectividad de los tratamientos actuales, o cuantificar el gasto socio-sanitario de esta dolencia, lo que sin duda nos permitiría estar mejor preparados para abordar mejor la lucha contra el dolor neuropático. Sobre todo si tenemos en cuenta que su incidencia crece cada año como consecuencia del aumento de la expectativa de vida y de otras enfermedades que lo provocan”,destaca el Dr. José María Gómez Argüelles.
En España, el 8% de los pacientes que acuden al neurólogo sufren dolor neuropático y actualmente es octavo diagnóstico neurológico en orden de frecuencia. La prevalencia del dolor crónico –entre el que se incluiría el dolor neuropático- podría llegar al 11% de la población y un 47% de estos pacientes padecen dolor diariamente.
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