Dermatólogos del Hospital Costa del Sol han participado junto a un grupo de investigadores liderados por la Universidad Libre de Bruselas (ULB) en la identificación, por primera vez, del mecanismo de acción de la mutación del gen FAT1 que afecta a la progresión y diseminación metastásica de los carcinomas espinocelulares (tipo de cánder de piel). Además, han identificado una nueva terapia para los tumores con mutaciones de este gen.
Recientemente se ha descubierto que la mutación del gen FAT1 está relacionada con el mal comportamiento del cáncer de piel espinocelular (CEC) y su potencial mestastásico. Este gen -que en condiciones normales tiene una función protectora frente a la metástasis ya que mantiene a las células del tumor inhibidas impidiendo que se escapen fuera de la piel-, cuando se altera como consecuencia de una mutación, pierde su función protectora y las células del tumor se desprenden e invaden otros tejidos.
Los hallazgos de este trabajo europeo multicéntrico en el que han colaborado diferentes grupos de investigación y departamentos clínicos de Bélgica, Francia y España, han sido publicados en ‘Nature’, una de las revistas científicas más importantes del mundo. En concreto, los investigadores del Hospital Costa del Sol son, la responsable del equipo de investigación en este centro y directora del Área Integrada de Dermatología de la Agencia Sanitaria Costa del Sol de Marbella, Magdalena de Troya, y los dermatólogos, Francisco Millán Cayetano y Miguel Aguilar.
En este estudio se desentrañan por primera vez los mecanismos que subyacen a la mutación FAT1 en el desarrollo de las metástasis del cáncer de piel espinocelular (CEC) (y otros tumores humanos como el cáncer de pulmón). Además, se han identificado posibles dianas terapeúticas para el desarrollo de nuevos fármacos que podrían cambiar el pronóstico vital de los pacientes afectos este tipo de cáncer de piel en su estadío avanzado.
El CEC es una variante de cáncer de piel frecuente (el segundo en frecuencia tras el carcinoma basocelular), que se presenta con una incidencia de unos 50 casos por 100.000 habitantes y año. Afecta, sobre todo, a personas de edad superior a los 70 años, y se localiza habitualmente en áreas expuestas al sol debido a su relación causa-efecto con las radiaciones ultravioletas y el daño que éstas generan en el ADN de las células epidérmicas.
El comportamiento del CEC es variable, puede tener un crecimiento lento y quedarse confinado a la piel durante muchos años, o por el contrario pude crecer de forma rápida y extenderse fuera de la piel hacia los ganglios linfáticos más próximos, o incluso alcanzar el torrente sanguíneo invadiendo otros órganos del cuerpo. El pronóstico del tumor y la mortalidad del CEC dependen en gran medida de su comportamiento.
Para la primera autora de este artículo, Ievgenia Pastushenko, “fue particularmente emocionante descubrir que las mutaciones en un solo gen, FAT1, promueven el estado híbrido de EMT, que conduce a la metástasis y se asocia con un mal pronóstico en pacientes con cáncer” .
“La identificación de los mecanismos que promueven este estado tumoral altamente metastásico, nos permitió identificar resistencias y sensibilidades terapéuticas. Hemos descubierto que los cánceres con mutaciones en FAT1 son altamente resistentes a los medicamentos, incluyendo inhibidores de EGFR (factor de crecimiento epidérmico), que son comúnmente utilizados para el tratamiento de pacientes con carcinomas metastásicos. Y, lo más interesante, es que fuimos capaces de identificar que los cánceres con mutaciones en FAT1 son particularmente sensibles a otros medicamentos, como los inhibidores de la kinasa SRC, que actualmente sólo se utilizan en tumores hematológicos¨, comenta el director de esta investigación, Pr Cedric Blanpain.
“Estos hallazgos tienen una aplicación directa a la práctica clínica, y son de una gran relevancia ya que marcan el camino de las líneas de desarrollo terapeútico frente al CEC avanzado, lo cual sin duda impactará en el pronóstico vital de nuestros pacientes, afirma Magdalena de Troya, quien recuerda la elevada incidencia de cáncer de piel en la Costa del Sol Occidental.
En España, el Hospital Costa del Sol ha sido el único centro hospitalario andaluz que ha participado en este estudio. Por su parte, de Bélgica, se ha contado con los equipos de la Pr Isabelle Salmon y otros departamentos del Hospital Erasme, el Hospital Brugman, así como el Instituto Bordet, Cliniques d’Europe, KU Leuven y VIB. En Francia, han participado el grupo de investigación de Pr. Helmbacher de la Universidad de Marsella y grupos de investigación de la Universidad de París. Y es España, además del Hospital Costa del Sol, los Hospitales Ramón y Cajal (Madrid), Hospital Clínic (Barcelona), Hospital Clínico Lozano Blesa (Zaragoza), Complejo Asistencial de León (León), Clínica Universitaria de Navarra (Pamplona), el Instituto Valenciano de Oncología (Valencia) y Academia Española de Dermatología y venereología (AEDV).
Este trabajo ha sido financiado por el FNRS, TELEVIE, WELBIO, la Fundación Contra el Cáncer, la Fundación ULB, Fonds Erasme, el Consejo Europeo de Investigación (ERC), y la fundación Baillet Latour.
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