| -Recoge
  y describe los aspectos más relevantes e imprescindibles sobre la
  valoración integral y multidimensional del paciente anciano
  hospitalizado   -Pretende
  servir de orientación hacia una adaptación de la práctica asistencial en los
  Servicios de Medicina Interna y para dar respuesta al cambio demográfico y al
  perfil epidemiológico actual del mayor hospitalizado   -Entre
  sus objetivos: facilitar el reconocimiento de necesidades y vulnerabilidades
  de los pacientes, contribuir al desarrollo de planes individualizados de
  atención, y aumentar el trabajo en equipo para evitar el deterioro funcional
  y cognitivo de las personas ancianas tras su ingreso, así como mejorar, en lo
  posible, los resultados en salud y la experiencia de la hospitalización   -El
  perfil de la persona anciana que atienden los internistas presenta “un mayor
  número de enfermedades crónicas, un peor estado funcional, y una situación
  social más compleja”   -Dicho
  posicionamiento reconoce y resalta que “la valoración integral y
  multidimensional y la elaboración multidisciplinar de un plan de atención
  durante el ingreso pueden tener un impacto para evitar mortalidad,
  discapacidad e institucionalización al alta” | 
|    La Sociedad
  Española de Medicina Interna (SEMI) acaba de publicar un documento de posicionamiento que, a través
  de 17 recomendaciones, recoge y
  describe los aspectos más relevantes e imprescindibles sobre la valoración integral y multidimensional
  del paciente anciano hospitalizado.   Dicho documento, publicado en
  Revista Clínica Española (RCE) ─publicación científica de SEMI─, y
  desarrollado por el Grupo Focal de Envejecimiento y el Grupo de Trabajo de
  Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de SEMI, pretende servir de
  orientación hacia una adaptación de la práctica asistencial en los Servicios
  de Medicina Interna que brinde respuesta
  al cambio demográfico y al perfil epidemiológico actual de la persona mayor
  hospitalizada.   Asimismo, también pretende
  facilitar el reconocimiento de las necesidades y vulnerabilidades de los
  pacientes, contribuir al desarrollo de planes individualizados de atención, y
  aumentar el trabajo en equipo para evitar el deterioro funcional y cognitivo
  de las personas ancianas tras su ingreso hospitalario, así como mejorar, en
  la medida de lo posible, los resultados en salud y la experiencia de la
  hospitalización.   Cambio del patrón
  demográfico y del perfil epidemiológico En los últimos 20 años, según
  se explica en el documento, “la
  edad media de los pacientes ingresados en los Servicios de Medicina Interna
  de nuestro país ha aumentado en 19,3 años” y solamente en el
  período comprendido entre 2007 y 2014 este incremento ha sido de tres años.
  Como consecuencia de ello, el perfil de la persona mayor que atienden los
  internistas presenta “un
  mayor número de enfermedades crónicas, un peor estado funcional, y una
  situación social más compleja”.   El envejecimiento progresivo de
  la población junto con la mejora de las condiciones sociales y el avance de
  los cuidados sanitarios han generado un “marcado incremento del número de
  pacientes con enfermedades crónicas, fragilidad y dependencia, lo que condiciona
  un mayor consumo de recursos sanitarios y sociales”, reza el documento. Además, dicho posicionamiento
  reconoce y resalta que “la valoración integral y multidimensional y la
  elaboración multidisciplinar de un plan de atención durante el ingreso pueden
  tener un impacto para evitar mortalidad, discapacidad e institucionalización
  al alta”.   Este documento pone en valor la
  necesidad de potenciar el trabajo en equipo para conseguir mejorar resultados
  en salud en este perfil de pacientes. Para ello, la atención junto con
  enfermeras, trabajadores sociales, farmacéuticos y otros actores que
  habitualmente participan de la asistencia de los pacientes ancianos
  hospitalizados, se constituye en una estrategia clave que se ha tenido en
  cuenta en la propuesta de recomendaciones. En este sentido, la colaboración
  entre especialidades de ámbito generalista (médicos de familia, geriatras,
  internistas, profesionales que trabajan en las urgencias, etc.) y el
  aprendizaje mutuo debe ser un elemento a potenciar en el trabajo diario de
  nuestros servicios de medicina interna y en los hospitales".   17 recomendaciones
  propuestas por los médicos internistas Recomendación 1. Es
  preciso realizar una valoración integral y multidimensional de las personas
  ancianas (VIMA) hospitalizadas en Medicina Interna. Recomendación 2. La
  valoración integral y multidimensional debe incluir fundamentalmente una
  evaluación clínica y de la capacidad para realizar las actividades de la vida
  diaria, de la función cognitiva, del estado afectivo, de la medicación y de
  la situación social. Recomendación 3. Es
  necesario evaluar en los ancianos hospitalizados la capacidad para realizar
  las actividades de la vida diaria. Recomendación 4. Es
  necesario evaluar la situación cognitiva en los ancianos hospitalizados. Recomendación 5. Hay
  que prevenir e identificar de forma precoz el delírium en los ancianos
  hospitalizados. Recomendación 6. La
  evaluación del estado afectivo y el despistaje de un trastorno depresivo en
  los ancianos hospitalizados deben realizarse utilizando una herramienta de
  cribado o, cuando esto no sea posible, mediante la entrevista clínica
  ordinaria. Recomendación 7.
  Durante la hospitalización de los ancianos es conveniente identificar a la
  persona cuidadora principal y detectar las situaciones de riesgo social. Recomendación 8.
  Durante la hospitalización de los ancianos, y en colaboración con los
  profesionales de enfermería, hay que evaluar la existencia de otras
  situaciones de riesgo como fragilidad, desnutrición y los riesgos de caídas y
  de úlceras por presión. Recomendación 9. Es
  conveniente realizar una valoración del pronóstico en los pacientes ancianos
  hospitalizados para adecuar junto al paciente y su familia, los objetivos y
  la intensidad de los cuidados, los estudios diagnósticos y los tratamientos. Recomendación 10. Es
  imprescindible identificar durante la hospitalización a las personas ancianas
  con enfermedad crónica avanzada o en situación de cuidados paliativos, para
  organizar y planificar los cuidados teniendo en cuenta sus expectativas,
  preferencias y valores. Recomendación 11. Es
  conveniente aprovechar el ingreso hospitalario para hacer una revisión
  sistemática de la medicación de la persona anciana. Recomendación 12.
  Durante la hospitalización de las personas ancianas, antes de prescribir un
  fármaco nuevo o de plantear la desprescripción de un medicamento, hay que
  valorar el beneficio-riesgo teniendo en cuenta los resultados de la VIMA. Recomendación 13. La
  VIMA debe acompañarse de la realización de un plan de intervención
  individualizado que apoye la mejora o resolución de los problemas
  identificados. Recomendación 14. Es
  recomendable la utilización de listados de verificación, o checklists, para mejorar
  la información obtenida en la VIMA durante la hospitalización. Recomendación 15. La
  VIMA puede hacerse de forma multidisciplinar con la participación de
  diferentes profesionales. Recomendación 16. Tras
  una hospitalización, los resultados de la VIMA deben constar en el informe de
  alta. Recomendación 17. La
  VIMA debe actualizarse periódicamente. | 
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