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21 December 2021

Apoyar el pie tras una fractura, cómo empezar

                

  


¿Has sufrido recientemente una fractura y no sabes ni cuándo ni cómo comenzar a apoyar el pie durante la recuperación posterior? En primer lugar, es clave la figura del profesional que nos ayude a lo largo de todo el proceso de vuelta a la carga. Acudir a una Clínica fisioterapia Valencia es el primer paso que debemos recorrer para poder comenzar, y avanzar, en nuestra recuperación.

 

A continuación, en este artículo explicamos algunos de los principales pasos que debemos llevar a cabo con el objetivo de poder asegurar nuestro proceso de recuperación.

 

El tratamiento a llevar a cabo tras la fractura

El tiempo de recuperación de una fractura de tobillo depende en gran medida del tratamiento que se lleve a cabo en el momento en el que se produce la fractura. Durante el mismo, se tiene que garantizar tanto la estabilidad como el correcto funcionamiento de la articulación.

 

Una inestabilidad demasiado acentuada puede traducirse en la aparición de una artrosis de tobillo. Por lo que se le debe dar la importancia necesaria a esta situación.

 

El tiempo de recuperación y los apoyos

Son muchas las variables que intervienen en el proceso de recuperación. Entre ellas, el tipo de fractura, el tratamiento ejecutado o el tipo de ejercicio que se ha llevado a cabo durante todo el proceso. Además, también es importante conocer si ha existido, o no, cirugía en el tobillo.

Durante las dos o tres semanas posteriores a la fractura, podemos comenzar a realizar ejercicios de movilización. Tales como la flexión dorsal y plantar del tobillo. Además de ejercicio con la botella y con la ayuda de una goma que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos.

 

Cuando pasen las cinco semanas, y dependiendo de la estabilidad ósea conseguida, es cuando comenzamos el inicio de carga con el walker. Se lleva a cabo de forma parcial con las muletas y, de manera progresiva, vamos incrementando nuestro peso. El walter se debe mantener durante siete semanas de manera continuada. Una vez superadas es cuando es recomendable sacarlo y llevarlo por la calle.

 

A partir de las ocho semanas, apoyos graduales sin riesgo

A partir de las ocho semanas debemos comenzar a andar, en la medida de lo posible, sin elementos externos que nos ayuden. Pero debemos continuar con los ejercicios de movilidad y continuar realizando ejercicios de propiocepción y de musculación. Son ejercicios que resultan muy similares a aquellas situaciones en las que tenemos un esguince, pero que se deben realizar con un mayor cuidado para poder actuar con cautela ante cualquier señal que obliga a paralizar la rehabilitación.

 

A partir de los tres meses es cuando podemos valorar el retorno progresivo a la actividad deportiva. Tales como correr o saltar. Sin embargo, debemos estar atentos a cualquier molestia o comportamiento de nuestro pie. Es mejor ralentizar el proceso de recuperación a tiempo antes de asumir un riesgo indeseado.

 

Durante todo este proceso, es el especialista en cuestión el que debe ir guiando cuáles son los siguientes pasos que debemos recorrer con el objetivo de poder cubrir todas las etapas con seguridad. Minimizando cualquier posible riesgo al que tengamos que enfrentarnos.

 

La recuperación de nuestro pie una vez sufre una fractura debe realizarse de manera progresiva y siempre teniendo en cuenta cuáles son los diferentes escenarios a los que debemos enfrentarnos. Un equipo de fisioterapia especializado en esta cuestión es clave para poder garantizar la cobertura de todas las necesidades que nuestro cuerpo requiere. Clínicas como la mencionada previamente son fundamentales para poder llevar a cabo el estudio pertinente en torno a la evolución de nuestro pie, asegurando cada etapa sin ningún riesgo.

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