En los últimos años, se ha producido una revolución en el tratamiento
del cáncer, lo que ha permitido que aquellos pacientes con mal pronóstico y sin
estrategias terapéuticas eficaces, ahora puedan beneficiarse de innovaciones
que pueden suponer mejoras en su supervivencia y su calidad de vida.
Esta realidad, unida a las demoras en el acceso a los tratamientos más
innovadores, pone de manifiesto la necesidad de una mayor colaboración y
esfuerzo para revertir esta situación y lograr que los pacientes oncológicos
puedan beneficiarse cuanto antes de las nuevas estrategias terapéuticas. Estos
y otros temas se han abordado durante la jornada ‘¿Tienen
los pacientes con tumores digestivos acceso a la innovación?’
organizada por la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología
(ECO).
Tal y como ha puesto de relieve el Dr. Rafael López, presidente
de la Fundación ECO y jefe de Servicio Oncología Médica del Hospital de
Santiago de Compostela, “recibir un tratamiento a tiempo y sin demoras es un
aspecto fundamental en el abordaje de esta patología y supone una importante
mejora para la supervivencia y calidad de vida de los pacientes. Si queremos
ofrecer a nuestros pacientes una asistencia de máxima calidad, debemos trabajar
para que tengan acceso a la innovación lo antes posible. Para ello, debemos
dirigir la mirada hacia aquellos países de Europa que han conseguido reducir
considerablemente esos tiempos de espera”, ha aseverado.
Precisamente, el Dr. Enrique Aranda, patrono de la Fundación ECO,
presidente del Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos (TTD) y jefe de
Servicio Oncología Médica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, ha sido el
encargado de la ponencia ‘Tratamiento de los tumores digestivos: pasado,
presente y futuro’ en la que ha incidido en que, en la actualidad, gracias a la
secuenciación genómica “se han desarrollado terapias dirigidas, de modo que
pacientes que tenían hasta el momento una enfermedad de muy mal pronóstico, sin
estrategias terapéuticas eficaces, pueden ahora beneficiarse de un tratamiento
específico modificando así la historia natural de la enfermedad”.
Estos tratamientos, con mayor eficacia y mejor perfil de seguridad,
tolerabilidad y adherencia terapéutica, pueden suponer avances que representan
un cambio de paradigma para determinados pacientes que, hasta ahora, carecían
de estándares de tratamiento eficaces. “Un ejemplo es la terapia dirigida contra
la mutación BRAF o contra la inestabilidad de microsatélites (MSI) en cáncer
colorrectal, con mejoras en la supervivencia libre de progresión y la tasa de
respuesta, y que puede considerarse como un nuevo hito en el ámbito de la
medicina personalizada de precisión”, ha puntualizado.
Acerca de los retrasos en el acceso a fármacos innovadores, el Dr.
Aranda ha advertido de que actualmente los pacientes no pueden recurrir en
tiempo y forma a algunos tratamientos innovadores autorizados por la EMA por el
retraso de su incorporación al Sistema Nacional de Salud (SNS). Por ello, ha
señalado que “los oncólogos estamos preocupados ante la demora en el acceso a
los tratamientos más innovadores” y ha insistido en que “es latente que existen
diferencias significativas entre las distintas comunidades autónomas en cuanto
al acceso a estos fármacos, lo que ocasiona desigualdad para los pacientes”.
Desigualdades en el acceso a los tratamientos oncológicos
Por otro lado, la Dra. Pilar García Alfonso, patrono de la
Fundación ECO y jefe de Sección de Oncología Médica del Hospital Gregorio
Marañón de Madrid, ha ofrecido la charla ‘Acceso a la innovación: ¿dónde
estamos y dónde queremos estar?’, en la que ha puesto de manifiesto que la
innovación farmacéutica es una de las bases sobre la que se asientan los nuevos
avances en oncología, pero el acceso a esta innovación está siendo un problema
para muchos pacientes. Lamentablemente, según se puso de manifiesto durante IX
Foro ECO, España se sitúa a la cola de la inversión en oncología con un 4,9%
del gasto sanitario total, frente al 6,2% de la media europea, ha subrayado la
experta.
Asimismo, de acuerdo al informe de la EFPIA Patients W.A.I.T. de 2020,
el retraso en la aprobación de productos oncológicos en España es de 413 días,
por encima de países como Alemania (120 días), Dinamarca (136 días), Inglaterra
(266 días), Italia (399 días) e incluso Rusia (355 días) y Macedonia (361
días). Además, en 2019, la EMA aprobó ocho fármacos oncológicos, de los cuales
únicamente fue aprobado uno en España (12%).
“Se debería trabajar para agilizar el proceso de aprobación, así como el
tiempo de reevaluación por parte de las autonomías. Puede que una innovación se
apruebe en una Comunidad Autónoma, pero no en todos los hospitales, generando
desigualdad y falta de equidad en el acceso a la innovación”, ha explicado la
experta respecto a los retos que hay por delante en este ámbito.
Antes de concluir su intervención, la Dra. García ha insistido en que,
“son varios los tratamientos que han significado una innovación real y de gran
interés para los pacientes. La mayoría de estos nuevos tratamientos están
pendientes de la obtención de precio y reembolso, siendo un claro ejemplo del
retraso en la innovación que sufren los pacientes en nuestro país”.
En esta línea, ha señalado que se cuenta con terapias dirigidas en
cáncer colorrectal metastásico con la mutación BRAF, en adenocarcinoma de
páncreas metastásico con la mutación BRCA y en carcinoma hepatocelular o
inmunoterapia en cáncer colorrectal en pacientes con inestabilidad de
microsatélites (MSI), entre otros tratamientos, pendientes de aprobación en
España.
La voz de los pacientes
Para Luis Miguel de la Fuente, presidente de EuropaColon,
“resulta sorprendente que estos fármacos innovadores ya aprobados por la AEMPS
y la EMA, de los que se pueden beneficiar miles de pacientes, requieran para su
administración de autorizaciones vinculantes adicionales de órganos
desconocidos del hospital o del área de salud o de la propia administración
autonómica, guiados por criterios economicistas y no mirando el beneficio de
los pacientes”.
Como ha asegurado el presidente de EuropaColon, para que un fármaco
innovador vea la luz, se requiere mucho esfuerzo, mucha inversión y mucho
tiempo. “Si cumplidas estas tres premisas nos encontramos con tratamientos
oncológicos aprobados por las agencias reguladoras y con un precio-reembolso ya
marcado, lo exigible es que los pacientes se puedan beneficiar de ellos cuanto
antes. A fin de cuentas, nuestros pacientes merecen estar en la vanguardia”, ha
apostillado, antes de remarcar la importancia de incorporar los biomarcadores a
la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud como herramienta
predictiva del tratamiento clínico más eficaz para los pacientes.
A su vez, Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de
Pacientes con Cáncer (GEPAC), ha querido resaltar que si bien, por un lado,
cualquier avance e innovación que se produzca en oncología es recibido “con
alegría”, por otro, la falta de acceso que existe en muchos casos es “lamentable”.
“En ocasiones, existen retrasos en la incorporación de los nuevos
tratamientos mucho mayores que en otros países de nuestro entorno y, todavía,
hay una situación más grave como el hecho de que a pesar de que se aprueben
tratamientos en España no siempre tenemos acceso a ellos. Por tanto, existe
cierta discriminación en función del hospital en el que recibamos el
tratamiento”, ha advertido Barragán, quien ha destacado que el criterio para
que esto ocurra no es médico, sino económico.
Además, ha agregado que, desde hace unos años, se observa que, una vez
que la EMA aprueba un determinado tratamiento y dado que España como miembro de
la Unión Europea lo tiene que aprobar, se hace, pero en ocasiones sin
financiación, “lo que se traduce, nuevamente, en que tampoco tenemos acceso a
dichos avances”.
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