- Sangre, sudor y alegría es una película de hemofilia y superación, que narra la experiencia de 5 personas con hemofilia y sus familias, de la Asociación Malagueña de Hemofilia, durante el Camino de Santiago.
- La película, codirigida por Rodolfo Montero, ganador de dos premios Goya, y Rosana Marcos, está producida por la Asociación Malagueña de Hemofilia y Palamont Pictures, con la colaboración de Sobi.
Málaga ha acogido el estreno del documental “Sangre, sudor y alegría”, una película de hemofilia y superación, que narra la experiencia de 5 personas con hemofilia y sus familias, de la Asociación Malagueña de Hemofilia, durante el Camino de Santiago. La primera proyección de la cinta, con carácter nacional, ha tenido lugar en la tarde noche de este miércoles, 29 de octubre, en los cines Albéniz de Málaga, presentada por la actriz malagueña Virginia Muñoz.
Sangre, sudor y alegría” es un proyecto de la Asociación Malagueña de Hemofilia y Palamont Pictures, con la colaboración de Sobi. “Es una historia inspiradora, que pone en el centro a los verdaderos protagonistas: personas con hemofilia que muestran con su ejemplo la forma de afrontar esta enfermedad rara con valentía y esperanza”, afirma el director del documental, Rodolfo Montero, ganador, entre otros reconocimientos de dos premios Goya. “Ellos han sido capaces de llevar a cabo un sueño junto a sus familias: hacer el Camino de Santiago. Ellos y sólo ellos pueden expresar lo que sintieron y vivieron en esa experiencia y a ellos les damos voz y agradecimiento en la película, por habernos enseñado tanto en tan poco tiempo”, señalan los dos directores del documental, el propio Rodolfo Montero y Rosana Marcos.
El estreno ha contado con la presencia del propio director, Rodolfo Montero, y los miembros de la Asociación Malagueña de Hemofilia. “Este Camino lo hemos hecho con muchos propósitos, que puedo resumir en una idea: visibilizar los avances en hemofilia para mostrar a la sociedad y a otras personas con esta enfermedad que la hemofilia de hoy no es la de hace 40 años. Gracias a la ciencia y a los avances, podemos hacer cosas que antes eran impensables para nosotros”, asegura Juan Antonio García Macías, presidente de la Asociación Malagueña de Hemofilia. “Además, para nosotros es relevante que hayan participado también mujeres y niñas con coagulopatías, porque es importante que se conozca que las mujeres también pueden tenerlas”.
El proyecto ha contado con la colaboración de Sobi. “Vivir de cerca el Camino de Santiago con los miembros de la Asociación Malagueña de Hemofilia y sus familias ha sido una experiencia única, llena de mucho esfuerzo y superación. Y con una mirada esperanzadora al futuro de las personas con hemofilia”, explica Beatriz Perales, directora de Acceso y Relaciones Institucionales de Sobi Iberia. “Hemos visto que pequeños pasos continuados nos pueden llevar a la meta que queremos, como ha ocurrido con el Camino”.
La hemofilia y el desafío del Camino de Santiago
Las personas con hemofilia carecen de una proteína de coagulación, de manera parcial o completa, por lo que tardan más de lo normal en detener un sangrado después de una lesión o una herida. Además, pueden presentar sangrados prolongados y espontáneos en diferentes partes del cuerpo, lo cual puede derivar en problemas de movilidad permanentes.
Si la enfermedad no está bien controlada, los sangrados espontáneos, que se producen principalmente en las articulaciones y en los músculos pueden provocar un deterioro de las propias articulaciones ocasionando, además de dolor, lesiones articulares permanentes que derivan en pérdida de movilidad y discapacidad física.
Si ya las distancias cortas, los escalones, etc. suponen un problema para estas personas, hacer una etapa del Camino es todo un reto... Y hacer 6 seguidas en 6 días consecutivos es algo que no habían hecho nunca antes y que representa un hito histórico para este colectivo.
Por los motivos anteriores, recorrer las etapas del Camino de Santiago supone un gran reto físico y emocional para quienes viven con esta enfermedad. El documental busca visibilizar la realidad de las personas con hemofilia y subrayar la educación en salud han mejorado significativamente su calidad de vida. Si bien, existen necesidades no cubiertas. La adopción de nuevos objetivos como la normalización de la hemostasia puede acercar a las personas con hemofilia a una vida lo más parecida posible a la de la población general.
Imagen: Lucas Alcántara


