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17 March 2009

La cafeina estimula el sistema nervioso central y favorece la concentración

Investigadores del Grupo de Neuropsicología de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas Pi i Sunyer (IDIBAPS) han puesto en marcha un estudio pionero en España cuyo objetivo principal es valorar los efectos de la cafeína y el azúcar sobre el funcionamiento del cerebro y el rendimiento intelectual. Para ello, utilizaron pruebas neuropsicológicas estandarizadas y de imagen por resonancia magnética cerebral funcional.Según los primeros resultados, se observa que el grupo de personas a las que se les administró conjuntamente cafeína y glucosa tiene un patrón de activación cerebral diferente al resto de grupos. Ello significa que para rendir igual que los sujetos de los otros grupos que tomaban agua sola o agua con glucosa o agua con cafeína, el grupo que tomó cafeína y glucosa necesita de menor activación cerebral para ejecutar una tarea de atención, lo que podría ser interpretado como un mecanismo de facilitación del rendimiento intelectual.

-Un estudio pionero
Es la primera vez en España que se utilizan pruebas de imagen por resonancia magnética funcional para evaluar el efecto de la cafeína y el azúcar sobre el cerebro y su rendimiento. Estudios previos ya habían constatado este efecto beneficioso con dosis bajas de cafeína, mientras que el consumo de dosis excesivamente altas de cafeína (más de 500 mg) se asocia con estados anímicos de ansiedad y exceso de estimulación.“Son diversos los efectos que la cafeína puede ejercer sobre el sistema nervioso central cuando se consume en cantidades bajas o moderadas. Así, aumenta el estado de alerta y reduce la fatiga, especialmente en situaciones de cansancio o bajo grado de alerta (por ejemplo, en trabajadores de turno de noche o personas privadas de sueño)”, afirma la Dra. Ana Adan, una de las coordinadoras del trabajo.La cafeína también aumenta el rendimiento en tareas de vigilancia, en tareas simples que requieren respuestas sostenidas, así como en tareas que requieren movimientos finos y precisos. “En contraste, cuando se deja de consumir, los perjuicios sobre el rendimiento son escasos y de poca magnitud. Existe a menudo un incremento en las percepciones de estado de ánimo negativo que sigue a la retirada del consumo de cafeína, aunque dichos efectos pueden estar más relacionados con las expectativas de los consumidores que con la propia privación”, agrega la Dra. Ana Adan.

El estudio tiene como finalidad valorar de forma objetiva los efectos sobre el rendimiento intelectual de diferentes bebidas que contengan azúcar y cafeína mediante pruebas neuropsicológicas estandarizadas y a través de imágenes por resonancia magnética funcional. Entre otras aptitudes, se han medido la velocidad de procesamiento de la información, la destreza manual, la capacidad visuo-espacial, la memoria inmediata y la atención sostenida de un grupo de jóvenes universitarios de entre 18 y 25 años.“Este es un estudio pionero porque utiliza la técnica de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf), que permite recoger de forma objetiva el efecto de la cafeína y la glucosa sobre el funcionamiento cerebral e ilustrar con una excelente resolución espacial (de 3 mm) si existe un patrón de actividad cerebral diferente en los sujetos en función de si toman sólo agua, sólo cafeína, sólo glucosa o la combinación de cafeína y glucosa. Especialmente interesantes son los resultados obtenidos en la región prefrontal dorsolateral del cerebro, la región crítica en el mantenimiento de la atención sostenida”, donde los sujetos que tomaron cafeína combinada con glucosa muestran una menor activación mientras que su rendimento (nº de aciertos, nº de errores y tiempo de reacción) no difiere de los otros grupos añade el Dr. Josep Maria Serra- Grabulosa, otro de los expertos participantes en el trabajo.

-La dosis
Una de las cuestiones principales se centra en fijar los límites para el consumo responsable. La dosis más habitual que seleccionan las investigaciones, con independencia de que utilicen un diseño de administración naturalístico o artificial con una disolución o cápsula, es la de 200 mg, que corresponde aproximadamente a 2-3 cafés o 5-6 refrescos de cola de 330 ml.“Pero en nuestro estudio quisimos evaluar una dosis de 75 mg, que es la misma dosis que utilizó otro investigador, Scholey et al. (2004) en un estudio en el que también evaluaba el posible efecto sinérgico de la cafeína y la glucosa. Con esta pequeña dosis de cafeína ya se aprecian mejoras significativas en la memoria y la velocidad de atención, no apreciándose otros efectos cognitivos ni sobre el estado de ánimo”, añade la Dra. Ana Adan. Este consumo no sólo no perjudica la salud, sino que además puede favorecer el rendimiento o capacidad intelectual, la asociación de ideas y la atención.El café es la bebida con mayor contenido de cafeína y, por lo tanto, es muy fácil superar estas cifras de consumo moderado si se toman varios cafés diarios. En cambio, los refrescos de cola contienen mucha menos cafeína pudiendo facilitar un nivel de consumo más adecuado y una pauta de administración más distribuida a lo largo del día.

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