Llega el verano y con él los riesgos del sol y las piscinas. Por ello, un año más el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, en colaboración con Cruz Roja e ISDIN, ponen en marcha una nueva edición de la campaña "Este verano quiérete mucho". El objetivo de esta iniciativa sanitaria es prevenir los posibles riesgos del verano, ofreciendo consejos sobre fotoprotección, seguridad en el agua para prevenir posible accidentes en las playas, piscinas o ríos, y promover un uso responsable del entorno, cuidando el medio ambiente. Para ello, los farmacéuticos de todo el país asesorarán a la población sobre hábitos adecuados y pautas de actuación, con el fin de que los ciudadanos disfruten de sus vacaciones sin poner en peligro su salud.
-Cuidado con el sol, pregunte a su farmacéutico
El sol emite diferentes tipos de radiaciones entre las que destacan los rayos ultravioletas. Los rayos ultravioleta B (UVB) son las radicaciones de mayor energía, pero penetran poco en la piel. Son responsables del eritema o enrojecimiento, y desencadenan el proceso del verdadero bronceado. Las radiaciones ultravioleta A (UVA) poseen menor energía, pero penetran profundamente en la piel y son responsables de la aparición de la pigmentación inmediata. Además, juegan un papel esencial en el desencadenamiento de las alergias solares, de las reacciones fototóxicas y, a largo plazo, del fotoenvejecimiento de la piel.
La exposición sin las debidas precauciones al sol, puede provocar insolaciones, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares y cáncer de piel. Para evitar todos estos efectos adversos de la exposición al sol se ha desarrollado un tipo de cosméticos conocidos como protectores solares o fotoprotectores.
El fotoprotector debe ser personalizado en función de tres tipos de factores. En primer lugar factores ambientales como la hora del día, la estación del año o la situación atmosférica. Las características individuales también deben tenerse en cuenta, es decir, la edad, el tipo de piel o el fototipo. Por último, hay que prestar especial atención a otros factores como algunos medicamentos que pueden provocar reacciones de fotosensibilidad, o si existen otros problemas de piel.
A la hora de elegir el fotoprotector se debe tener siempre en cuenta la tipología cutánea. Así, el fototipo I incluye a las personas con la piel extremadamente blanca, y el fototipo II a quienes tienen la piel clara, ojos azules y pelo rubio. Las personas de piel clara, ojos castaños y pelo oscuro se incluyen en el fototipo III. El fototipo IV hace mención a pieles ligeramente morenas, el fototipo V a pieles morena y, por último el fototipo VI a pieles negras.
-El 87% de la población no se aplica bien el fotoprotector
El fotoprotector se debe extender de forma uniforme sobre toda la superficie de nuestro cuerpo, sobre la piel completamente seca y 30 minutos antes de la exposición solar. Así pues, lo mejor es aplicar el fotoprotector en casa para asegurar que se absorbe completamente, reaplicándolo siempre que sea necesario durante la exposición al sol. Los más pequeños deben utilizar protectores solares infantiles que tienen unas características específicas, son especiales para pieles sensibles, muy hidratantes, con un factor de protección elevado y son resistentes al agua, al roce y a la fricción. La Encuesta Nacional sobre Fotoprotección, llevada a cabo por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, a través de la Vocalía Nacional de Dermofarmacia con la colaboración de ISDIN, revela que sólo un 12,4% de los encuestados se aplica de forma correcta el fotoprotector.
---DECÁLOGO PARA UNA FOTOPROTECCIÓN ADECUADA
Reducir al mínimo la exposición al sol desde las 12 p.m. hasta las 16 p.m., que es cuando el sol es más peligroso.
Usar sombrero, camisas de manga larga y pantalones largos para estar al sol, preferiblemente de trama apretada para una mayor protección.
Aplicarse un protector solar antes de cada exposición al sol, y volver a aplicarlo profusa y frecuentemente, por lo menos cada dos horas, mientras se está al sol. Siempre hay que aplicar de nuevo el protector solar después de nadar o de sudar profusamente, ya que los productos difieren en su grado de resistencia al agua. Se recomiendan protectores solares con un FPS (Factor de Protección Solar) de 15 o más.
Usar un protector solar cuando se llevan actividades a gran altitud, como esquiar o montañismo. El riesgo de quemaduras es mayor a grandes altitudes donde hay menos atmósfera para absorber los rayos solares. También es más fuerte el sol cerca del ecuador, donde sus rayos son más directos a la tierra.
No olvidar aplicarse el protector solar en días nublados. Tan perjudiciales son para la piel los rayos del sol en días nublados como en los soleados.
Cuando hay un alto riesgo de cáncer de piel (los que trabajan al aire libre, los de tez clara y las personas que lo hayan padecido) deben aplicarse el protector solar diariamente.
Fotosensibilidad (sensibilidad aumentada a la exposición del sol), es un posible efecto secundario de ciertos medicamentos y cosméticos. Si se está utilizando algún medicamento, consulte al médico o al farmacéutico antes de exponerse al sol.
Si se desarrolla una reacción alérgica a su protector solar, se debe cambiar de marca. De entre los muchos de estos productos en venta hoy día, alguno resultará adecuado.
Se debe tener cuidado con las superficies reflexivas, como la nieve, la arena y el agua, que pueden reflejar en la piel más de la mitad de los rayos solares. El sentarse a la sombra no garantiza protección del sol.
No exponer al sol a los niños de pocos meses. A los 6 meses comenzar a usar protectores solares, y luego exponerlos al sol con moderación. Desde edades tempranas enseñar a los niños a protegerse del sol. El daño por el sol se inicia con cada exposición y va acumulándose durante toda la vida.
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