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04 December 2009

16 millones de dólares de indemnización para la familia de una mujer que falleció por beber agua en exceso

La mujer, de 28 años y madre de tres niños, bebió unos 7.5 litros de agua con la esperanza de poder ser la ganadora de un concurso puesto en marcha por una emisora de radio, y cuyo premio era una consola de videojuegos para sus hijos.
Un tribunal de California (EE.UU.) acaba de condenar a una emisora de radio local y a su responsable, a indemnizar a la familia de la fallecida con el pago de 16 millones de dólares. El trágico suceso, ocurrido en 2007, comenzó cuando Jennifer Strange, una joven madre de 28 años, participó en un concurso organizado por una cadena de radio norteamericana consistente en ser la persona capaz de beber la mayor cantidad de agua sin ir al baño. Como reclamo, el premio consistía en una Wii para el ganador que la fallecida pensaba regalar a sus hijos.
Los concursantes recibieron botellas de agua de 225 ml que debían beber cada 15 minutos sin poder ir al baño. Tras haber ingerido unos 7,5 litros de agua, y sin haber eliminado cantidad alguna por medio de la orina, la mujer murió a las pocas horas por una intoxicación de agua aguda.
Según los expertos, la intoxicación por exceso de ingesta de agua puede alterar el equilibrio natural de los electrolitos en el organismo, y producir hiponatremia o descenso de sodio en la sangre, derivada de un exceso de líquido sin el aporte necesario de este electrolito. La hiponatremia puede ser causa de diversos problemas de salud y de fallecimiento en último caso, debido a la inflamación que puede producir en el cerebro, y que puede derivar a su vez en la paralización de funciones vitales.
El responsable de la emisora de radio, argumentó por su parte que la mujer fallecida debería haber sabido los peligros que entrañaba el concurso, y aunque los organizadores del mismo no se enfrentan a cargos penales, además de hacer frente a la indemnización millonaria la emisora ha despedido a diez de sus empleados.

-Hidratarse con responsabilidad
La forma más correcta de hidratarse es reponer los líquidos que pierde nuestro organismo y expulsarlos convenientemente. Cualquier retención de líquidos es perjudicial para nuestro organismo, y más si se produce después de una ingesta elevada de fluidos.
Los deportistas son un grupo especial de riesgo tanto para la deshidratación como para la hiperdratación. Los excesos nunca son buenos y la única manera de prevenirlos es tomar líquidos en cantidades suficientes, repartidas a lo largo del día, para evitar desequilibrios y favorecer el rendimiento diario sin caer en la sobreabundancia.
Para lograr una hidratación saludable, los médicos apuestan por la diversidad de bebidas hoy en día disponibles, que además de hidratar, aportan nutrientes beneficiosos para nuestro organismo. El sabor de la diversidad de bebidas contribuye a aumentar su consumo y por tanto favorece a una mayor hidratación.
cantidades de líquido exageradas generalmente no causa hiperhidratación, siempre que la hipófisis, los riñones y el corazón estén funcionando normalmente. Un adulto tendría que beber más de 7,5 litros de agua al día para exceder la capacidad de excreción del organismo.
El mayor peligro de la hiperhidratación se produce cuando los riñones no excretan normalmente el agua. Del mismo modo que en la deshidratación, el órgano más propenso a la hiperhidratación es el cerebro. Cuando se produce lentamente, las células del cerebro tienen la posibilidad de adaptarse, de manera que se manifiestan pocos síntomas. Cuando se produce rápidamente, el paciente puede manifestar confusión mental, convulsiones y coma.
Por esta razón, se recomienda a los adultos sanos beber de 1,5 a 3 litros como máximo al día, para protegerse de la deshidratación y no poner en situación de peligro a su organismo.

-Hiponatremia: otra consecuencia
En condiciones normales, una persona sana podría beber hasta 7,5 litros de agua al día, a razón de 1,5 litros por hora. Si se superan esos valores, se produce una disminución de la concentración de sodio en sangre conocida como hiponatremia, que en casos extremos, puede producir edemas cerebrales, comas, o incluso morir, ya que el cerebro es el órgano que más se ve afectado.
La hiponatremia se define como una concentración de sodio en sangre por debajo de 135 mmol/l. Los síntomas que produce la hiponatremia se derivan de la hiperhidratación neuronal debido al paso de agua al interior de las células, secundaria a la hipoosmolalidad del espacio extracelular.
Dado el estrecho vínculo entre el sodio y el buen funcionamiento del sistema nervioso, las primeras manifestaciones de una hiponatremia tienen que ver con cuadros de anorexia, letargo, apatía y/o náuseas.
No importa tanto el agua que se bebe como que el resultado de ello es diluir la sangre y bajar las concentraciones de algunos iones que son esenciales para el funcionamiento de las células. Entre esos iones, el que provoca consecuencias más graves es el sodio y el síndrome que provoca esta caída en la concentración del sodio se denomina hiponatremia.
Este síndrome de exceso de agua no es habitual entre la gente que no practica deportes y, por ello, se estudió en primer lugar en corredores de maratón como, por ejemplo, en Boston en 2002. En este trabajo, desarrollado por la Universidad de Harvard, se incluyó una muestra de 488 corredores y 13 de ellos presentaron hiponatremia. En el maratón de Zurich, de 2006, Samuel Mettler y su equipo de trabajo encontraron 5 de 167 corredores con hiponatremia. En ambos trabajos, en Boston y en Zurich, el sodio se midió en muestras de sangre que voluntariamente cedieron los corredores.

-Hiperhidratación en deportistas
Una de las estrategias que utilizan los deportistas para prevenir la deshidratación que se produce durante la práctica deportiva es la hiperhidratación, aumentando los líquidos corporales por ingesta voluntaria de agua y otras bebidas, incluyendo refrescos y zumos, sin estar deshidratado.
En este caso, conviene limitar la posibilidad de accidentes porque el riesgo que se corre es que puede producir malestar gastrointestinal, incluyendo vómitos. Aún así, los expertos aseguran que las ventajas son mucho mayores a los inconvenientes de esta práctica dietética. Para ver realmente los beneficios de la hiperhidratación los investigadores han realizado estudios con diferentes grados de deshidratación durante el ejercicio, permitiendo la ingesta paulatina de líquidos.
Cuando se permitió poco o nada de bebida durante el ejercicio, la hiperhidratación antes del ejercicio mejoró, al menos, una medición de la función cardiovascular o regulación de la temperatura (Gisolfi y Copping. 1974. Gruesa et al, 1987; Lyons et al, 1990 citados por (Shirreffs et al., 1996)).
La mejor manera de combatir la deshidratación que se produce durante la competición es ingerir líquidos antes, durante y después de la misma, dependiendo de factores como la intensidad y duración de la tarea, la temperatura ambiente y humedad y las características fisiológicas y bioquímicas del atleta.
El Colegio Americano de Medicina del Deporte recomienda que los fluidos ingeridos estén más fríos que la temperatura ambiente (entre 15° y 22°) y que tengan buen gusto para mejorar su sabor promoviendo el reemplazo de fluidos.

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