“La depresión es consustancial con el dolor crónico; es algo que no se puede separar ya que se da en un mismo proceso. No es que los pacientes con dolor crónico acaben deprimiéndose, sino que, después de mucho tiempo sufriendo esta circunstancia, están deprimidos. Por este motivo, las terapias psicológicas están al mismo nivel q las terapias anestésicas. El psicólogo o psiquiatra es imprescindible desde el primer momento”. Las declaraciones corresponden a la doctora María Luisa Franco, anestesióloga y directora de la Clínica del Dolor Praxis Bilbao, quien pronuncia hoy en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao, a las 19:00 horas, una conferencia sobre los últimos avances en el tratamiento del dolor crónico.
Para la especialista, “tratar el dolor, de manera aislada respecto a la persona, no consigue los mejores resultados. Un paciente con un dolor intenso y prolongado durante meses o incluso años, no sólo tiene un problema de hipersensibilidad en el ámbito cerebral y del sistema nervioso, sino que, en la mayor parte de los casos, tiene problemas asociados en su vida familiar, profesional y social, además de, muy probablemente, afectaciones en su salud mental. No sólo hay que tratar el dolor, sino, muy especialmente, a la persona que lo sufre”.
Por este motivo, la experta hace hincapié en un abordaje multidisciplinar de las personas con dolor crónico. “Por un lado, están los propios especialistas en dolor, que son los anestesiólogos; también es de gran importancia la presencia de un médico rehabilitador familiarizado con este tipo de pacientes para el diagnóstico y para prescribir el tratamiento rehabilitador más adecuado; un médico de familia también es de gran ayuda, tanto en la valoración del paciente como en el manejo farmacológico; por último, la presencia de un psicólogo o psiquiatra –también especializado- se hace ya casi imprescindible”.
Importancia del propio paciente
Según explica la directora de la Clínica del Dolor Praxis Bilbao, la complejidad del dolor crónico, ya que “cada dolor es único, debido al hecho de que ante un mismo estímulo doloroso, cada persona responde de manera diferente”, obliga a un trabajo en el que se hace necesario la implicación y compromiso del propio paciente”.
Una vez que los distintos miembros del equipo multidisciplinar han valorado individualmente al paciente, “se celebra una sesión clínica conjunta en la que se exponen los resultados, se perfila el diagnóstico y se propone el tratamiento. Los resultados en el dolor crónico se logran con tiempo y paciencia; para ello, es imprescindible la exposición del tratamiento al paciente, lograr su consentimiento y, lo que es más importante, su implicación”.
La doctora reconoce que muchos pacientes con dolor crónico, “muestran poca adherencia al tratamiento, debido a que la lucha contra el dolor es, en muchos casos, un proceso largo y paulatino, en el que hay que huir de expectativas poco realistas”. Frente a esto “la doctora recalca la importancia y el buen resultado que permite al paciente estar con el médico, y compartir el problema con profundidad, conociendo todas las secuelas que el dolor provoca en la vida del paciente”.
Con la ayuda de técnicas psicológicas como el biofeedback y la modificación conductual, “el paciente puede disminuir paulatinamente su atención sobre el dolor. Se ha demostrado que este proceso tiene efectos muy positivos en el pronóstico de la enfermedad. La involucración activa del paciente en su propia curación tiene unos resultados muy positivos”.
Nuevas técnicas intervencionistas
“Hoy en día, en todo el mundo, las clínicas del dolor más modernas se están volcando en el desarrollo de terapias intervencionistas, como las infiltraciones, los bloqueos nerviosos o las técnicas de radiofrecuencia”, ha señalado la doctora Franco. Los bloqueos nerviosos consisten en infiltraciones con anestésico local “que permiten comprobar, si el dolor desaparece, qué estructura es la que está dañada y por tanto, es la fuente que origina el dolor”.
El dolor sí es constatable
La doctora Franco ha puesto de manifiesto que las nuevas tecnologías de resonancia magnética funcional han permitido constatar en pacientes con dolor crónico “una hiperactividad de determinadas zonas del cerebro relacionadas con la existencia de dolor y cómo esas zonas permanecían durante más tiempo activadas que las personas sin dolor crónico”. Para la experta, “es una prueba que nos permite evidenciar que el dolor crónico es una realidad constatable y real”.
Encuentros con la Salud es una iniciativa organizada de forma conjunta por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, el diario El Correo, la facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Hetrriko Unibertsitatea y la agencia especializada Docor Comunicación, con la colaboración de la Clínica del Dolor Praxis Bilbao.
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