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18 June 2012

UNA OBRA SOBRE EL CONSUMO DE ALCOHOL EN LA ADOLESCENCIA GANA EL V CERTAMEN LITERARIO DEL HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS DE SANTURTZI


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Un relato escrito por la estudiante vasca Sara Almazán Sanz sobre la primera experiencia en el consumo abusivo de alcohol en la adolescencia ha ganado la quinta edición del Certamen Literario para escolares del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi. El segundo puesto ha sido logrado por el joven David Novales de la peña, con un relato en euskera titulado “Kontsulta berezia”. El tercer puesto lo ha ganado Leire Izaguirre Marfagón, con un relato breve sobre los malos hábitos de vida relacionados con el consumo de sustancias tóxicas y la bulimia.

La entrega de premios se ha celebrado en el Hospital San Juan de Dios de Santurtzi. En la misma, además de los premiados y sus familiares, han participado Libia Marrodán, como representante de la Asociación Poética Marrodán, que colabora en la organización del premio-, Mercedes Peña, directora de Enfermería del Hospital y presidenta del Jurado, y el Hermano Benjamín, en representación de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

En esta edición se han presentado más de 60 relatos de diversos colegios, institutos e ikastolas de Bizkaia. Los ganadores se han llevado 300, 200 y 100 euros en metálico para material escolar, junto con sus correspondientes trofeos y diplomas.

La principal característica de la edición de este año del Certamen Literario del Hospital San Juan de Dios estriba en que los textos no debían superar las 275 palabras de extensión. Asimismo, debían comenzar con una frase relacionada con el mundo de la Salud: “Aquella mañana no me sentía bien y fui con mi madre a Urgencias”.


PRIMER PREMIO: Sara Almazán Sanz

Causas:
Aquella mañana no me sentía bien y fui con mi madre a Urgencias, la tarde anterior celebré mi cumpleaños, nunca  bebo, y por eso soy la “rarita”; esta vez me dejé llevar.
Síntomas:
La primera sensación fue de euforia, pero pronto pasé de ver todo de color de rosa, a no ver ni oír casi nada. No recuerdo la música que sonaba, y eso que estuve semanas eligiéndola. No recuerdo los regalos, ni sus dedicatorias y por no recordar, no recuerdo ni si quiera el sabor de mi tarta, ¡con lo que me gusta a mí la tarta!
Pero de lo que sí me acuerdo es de aquel amargo sabor a vómito, del golpe que me di contra la puerta del baño, del semblante de mis padres junto a la puerta al verme llegar y, lo peor de todo, recuerdo la huída de Euken, el chico por el que estaba coladita desde hacia tiempo, al ver que no era capaz ni de pronunciar su nombre.
Diagnóstico:
Leve deshidratación producida por continuos vómitos, una fortísima jaqueca y un eterno sentimiento de culpa.
Tratamiento:
Suero para la deshidratación.
Analgésicos para la jaqueca.
Ajo y agua para el sentimiento de culpa.
Conclusiones:
En Urgencias el trato fue amable, no faltaron miradas cómplices hacia mi madre, tampoco gestos de desaprobación hacia mi persona, que aunque merecidas, sentí una gran vergüenza
Ha pasado casi un año de aquello, pronto volveré a celebrar mi cumpleaños.
Soy como quiero ser, “rarita”, no bebo ni fumo, y disfruto de mi juventud.
La simpatía, el desparpajo y la autoestima son cualidades que se encuentran en uno mismo, y no necesitan aditivos.


SEGUNDO PREMIO: David Novales de la Peña

Kontsulta berezia
Goiz hartan, ez nintzen lar ondo sentitzen, eta amarekin joan nintzen Larrialdietara.  Sukarra eta  izugarrizko buruko mina nuen. Medikuaren hainbat galderari erantzun ondoren, gripea neukala esan zidan eta etxean bost egunez deskantsatzen egon beharko nuela. Ezin nuen sinetsi.  Hurrengo egunean Italiara ikasketa bidaian joatear ginen. Baina ezin izango nintzen joan.
Guztiz lur jota atera nintzen kontsultatik. Jendea niri begira geratu zitzaidan, hain nuen aurpegi goibela. Amak ez zekien ni kontsolatzeko zer esan ziezadakeen, oso ilusio handia bainuen ikasketa bidaiara joateko. Bat-batean edadetu bat hurbildu zitzaidan. Zer gertatzen zitzaidan galdetu zidan eta arazoa azaldu nion. Agureak honela erantzun zidan:
"Antzeko zerbait gertatu zitzaidan niri txikia nintzela. Hanka apurtu nuen uda hasieran eta ezin izan nintzen ibili bi hilabetetan. Uda osoa galduko nuela uste nuen, baina ez zen hala izan. Lehenengo egunetan guztiz lur jota egon nintzen, hanka apurtu ez banu egin nitzakeen gauzetan pentsatzen pasatzen bainituen orduak. Geroxeago, baina, konturatu nintzen ez zuela merezi goibel bizitzea. Bizitza laburra da, eta pozik bizi beharra dago. Egoera ezin baduzu aldatu, zertarako kezkatuko zara? Zoriona ez dago beste edozeren baitan, norberaren baitan baizik, izan ere geure zoriontasuna edozein helmugan kokatzen badugu, ez gara pozik biziko bertara heldu arte. Eta bizitzan uneoro disfrutatzen jakin beharra dago, bidea gozatzen. Horregatik, denbora pasan gitarra jotzen ikasteari ekin nion, eta konturatu nintzenerako, uda igaro zen. Beraz, gozatu momentua."
Irri bat atera zitzaidan. Irakaspen ona eman zidan agureak, eta konturatu nintzen ez duela merezi gerta izan zitekeenean pentsatzea, benetan gertatzen ari dena zoriontasunez gozatzea baita garrantzitsuena. Hogeita zortzi urte pasatu dira egun horretatik. Psikologia ikasketak egin nituen eta ospitale batean lanean ari naiz orain, jendea laguntzen, agure hark ni lagundu ninduen moduan.


TERCER PREMIO: Leire Izaguirre Marfagón

“Aquella mañana no me sentía muy bien y fui con mi madre a Urgencias”. Esas eran las palabras que Julia (una adolescente), escribía en su diario.

Desde hace ya un tiempo se dejó influenciar negativamente, fumaba, bebía y se dedicaba a comer lo que quería para luego después vomitarlo. No era consciente del daño que me estaba haciendo, cada vez, me iba debilitando más y perdía la luz, esa luz que nos guía por el camino adecuado. Pero ella continuaba con sus malos hábitos, a pesar de que su madre y la doctora le avisaron del peligro.

Los días pasaban, al igual que la chica, que pasaba olímpicamente del tema y hacía cuanto quería. No me quedaba demasiado tiempo, era como si una espina se me hubiera clavado y no podía hacer nada para evitarlo. Muchos días, Julia sufría, se mareaba y tenía fuertes dolores, casi insoportables. Yo, me iba contrayendo, despacio, se me acababan las pilas como a un juguete.

El cansancio llegaba acompañado por mal humor, todo junto, se hacía insoportable. La vida se convertía en una horrible pesadilla cada vez mayor mientras la joven no se percataba del daño.

Un día, la chica no despertó al sonar la alarma. Su cuerpo se volvió frágil y palideció al instante. Julia se encontraba inconsciente y mi hora había llegado. Una luz potente iluminando un camino fue la última visión de aquella chica. Siento no haberme presentado, soy el corazón de Julia y os cuento esta terrible historia para que os fijéis en la realidad. Los humanos nos dañamos a nosotros mismos y para ello utilizamos nuestros malos hábitos de cuchillo.

 

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