La
osteoporosis es una enfermedad del esqueleto caracterizada por una disminución
de la resistencia ósea y un incremento de la fragilidad de los huesos que
origina mayor susceptibilidad a sufrir una fractura. Presenta una elevada
prevalencia en mujeres después de la menopausia y ancianos. En
España se calcula que afecta a unos 3,5 millones de personas y el número de
fracturas osteoporóticas anuales asciende hasta 100.000.
Las
complicaciones asociadas a las fracturas incluyen un incremento en la morbilidad
(dolor, discapacidad física, peor calidad de vida, etc.), un aumento en el
riesgo de padecer nuevas fracturas y una subida de la tasa mortalidad. Todo esto
genera
un elevadísimo gasto sociosanitario y de dependencia.
La
osteoporosis no tiene un comienzo bien definido y sus síntomas son difíciles de
prever ya que no se manifiestan de forma clara hasta que se ha producido una
fractura que descubre la enfermedad.
Estas
afirmaciones han sido realizadas por la Dra. M.ª Elena Martínez Rodríguez, coordinadora
del Grupo de trabajo de Rehabilitación en Osteoporosis de la Sociedad Española
de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) con motivo del Día Mundial de
la
Enfermedad, que se celebra este próximo domingo 20 de
octubre.
La Dra.
Martínez, que
desarrolla su labor en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y que
es la portavoz de la sociedad científica en este Día Mundial, ha subrayado que
la prevención es “clave” para un desarrollo de huesos
fuertes y por ello ha instado a la población española a llevar
“un estilo de vida saludable que ayude a cuidar sus huesos,
fortalecerlos y a evitar que se fracturen”.
Prevención
“Es
necesario incluir en la vida cotidiana ejercicio físico, no fumar, beber alcohol
con moderación, moderar el consumo de sal y de proteínas, así como consumir
aportes adecuados de calcio y vitamina
D”, ha recomendado la experta, quién, pese a todo, ha afirmado
que “un paciente puede desarrollar la enfermedad por genética, edad o por otras
enfermedades, por lo que una prevención se postula muy importante”. En este
sentido, ha aconsejado “participar en los programas de cribado de esta
enfermedad” y ha advertido que “si un ciudadano sospecha que puede tener varios
factores de riesgo para desarrollar la enfermedad es importante que se lo
comunique a su médico”.
Abordaje
La labor preventiva del médico rehabilitador en el abordaje
de la enfermedad es muy importante porque ayuda a que no aparezca y no avance,
evitando la aparición de fracturas. En el caso de que aparezca una fractura, el
médico prescribirá tratamiento enfocado a que el paciente recupere la máxima
movilidad posible y vuelva a realizar sus actividades de la vida diaria de la
manera más independiente. Así, el profesional volcará su labor en intentar que
el paciente no sea dependiente y pueda seguir su vida normal sin llegar a tener
discapacidad que le limite.
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