La
insuficiencia tricuspídea es una patología que afecta a una de las válvulas del
corazón (la tricúspide), dolencia que afecta a menos del 1% de la población,
cursa a menudo asintomática y de la que existen escasos datos sobre
los resultados de su tratamiento quirúrgico. De ahí que un grupo de
cirujanos cardiovasculares andaluces hayan decidido acometer un estudio de su
seguimiento a largo plazo, de la que han extraído valiosos datos para futuras
intervenciones. Para el tratamiento quirúrgico de la insuficienia tricuspídea
grave, en general, los especialistas contemplan dos opciones: la reparación
de la válvula o su sustitución por otra, resultando preferible, siempre
que sea posible, la primera opción sobre la segunda.
"Por desgracia no siempre puede repararse la válvula tricúspide",
explica Carlos Porras, cirujano cardiovacular adscrito al Área del Corazón del Hospital
Universitario Virgen de la Victoria de Málaga y participante del estudio.
Cuando aparece una insuficiencia tricúspide grave, detalla el doctor Porras,
"lo ideal es reparar la válvula para conseguir que cierre
correctamente". En este caso, prosigue, las reparaciones en las que se
emplean un anillo protésico tienen mejor resultado que las reparaciones sin
anillo. En cambio, si la válvula no es reparable, según la experiencia que
consta en los hospitales andaluces objetos de estudio, resulta preferible
reemplazar la válvula por una prótesis biológica, en lugar de por una mecánica.
Este estudio, en el que han participado cirujanos cardiovasculares y
cardiólogos del hospital malagueño y publicado en la Revista Española de
Cardiología, incluyó el seguimiento de los resultados de 119 pacientes
consecutivos con insuficiencia tricuspídea grave sometidos a cirugía entre
abril de 1996 y febrero de 2010. En total, se realizaron 61 reparaciones sin
anillo y 23 con anillo y se implantaron 11 prótesis biológicas y 24 mecánicas.
La mortalidad perioperatoria fue del 18,5%, y se asociaron a ella la edad y el
tiempo de circulación extracorpórea.
Pregunta: ¿A
qué tipo de pacientes debería indicarse, en genérico, una reparación o una
sustitución?
Respuesta doctor Carlos Porras: Siempre que sea posible reparar la válvula, la
reparación es preferible a la sustitución, aunque, por desgracia, no siempre se
puede.
P.: ¿Que
influencia tienen factores como la edad o el tiempo de circulación
extracorpórea en estas intervenciones?
R.: Influyen en la supervivencia de los pacientes. Se registra más mortalidad
en los pacientes de mayor edad y en aquellos en los que hubo que soportar al
corazón con circulación extracorpórea durante más tiempo.
P.: ¿Existe alguna técnica recomendada para este tipo de patologías valvulares?
R.: En general la mayoría de los cirujanos preconizamos la reparación
(anuloplastia) con anillos rígidos. Existe otra técnica denominada
'bicuspidización' de la válvula en la que no se emplea anillo protésico y que
parece tener también buenos resultados a largo plazo. Las reparaciones o anuloplastias
clásicas sin anillo están en desuso porque parece que tienen peores resultados
a largo plazo.
P.: ¿Es cierto
que la tendencia en la práctica clínica es la reparación en detrimento de la
sustitución valvular? ¿Para qué tipo de casos?
R.: Sí. Siempre se prefiere la reparación valvular; el problema es que a
veces las válvulas no son reparables, lo cual ocurre más frecuentemente si el
paciente se opera con su enfermedad muy evolucionada. Es por eso importante no
retrasar innecesariamente la cirugía. Además si la enfermedad está muy
evolucionada el riesgo de la intervención es muchísimo mayor.
P.: ¿Qué
ventajas tiene el tipo de método indicado con respecto al resto?
R.: Las válvulas reparadas funcionan mejor y los pacientes tienen menos
complicaciones en el seguimiento.
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