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26 June 2014

VERANO: TIEMPO DE VIVIR Y DE TENER UNA HABITACIÓN

 “Los fines de semana y, por ende, LAS VACACIONES, DEBEN SER PARA VIVIR, disfrutar y hacer todo aquello que nos produzca placer y bienestar”, asegura el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP). Para este fin, asegura este experto, no es necesario realizar un largo viaje o utilizar los lugares “ideados por el imaginario popular, existe un truco bastante sencillo, recordar la última vez que uno se sintió a gusto, feliz, satisfecho y repetir  dentro de las vacaciones lo que estuviéramos haciendo en ese momento”, añade.

Ahora bien, la sociedad y el mundo en el que vivimos no facilita la tarea de “elegir vacaciones al gusto. La familia, el trabajo y, hoy más que nunca, el factor económico condicionan las vacaciones del individuo”. Estos factores son “relativamente” salvables, pues no es tan importante el dónde sino el tipo de actividades que se realizan durante el periodo vacacional. Es más, asegura el doctor, “debemos ser, de vez en cuando, un poco egoístas y buscarnos algo de tiempo para tener nuestros momentos propios en los que realizar actividades que redunden en el beneficio personal”.

En nuestra sociedad actual, en la que el ajetreo, las prisas y el nerviosismo tienden a imperar, se hace más que necesario “servir al cuerpo y la mente de un espacio donde abunde todo lo contrario: calma, serenidad y tranquilidad”. Sin embargo, la sociedad en que vivimos parece tener cierto miedo a practicar el “sano ejercicio de no hacer nada” y aún en vacaciones “tendemos a copar todas nuestras horas libres con multitud de actividades”.  

Es en este punto donde surge la necesidad de “UNA HABITACIÓN”. Es necesario crear hábitos individuales para la estabilidad mental del individuo,- asegura el experto- es ahí donde entra el concepto de tener nuestra propia habitación, nuestro tiempo, nuestro espacio, exclusivamente para nosotros, no es para nuestros hijos, ni para nuestra mujer, marido, ni para el jefe”.  En este sentido, añade el doctor López Rodriguez, “es vital en nuestra vida tener nuestra propia habitación, el lugar en el que uno entra solo y tiene todas sus cosas íntimas. Las vacaciones son el momento ideal para desarrollar este espacio personal. Todo individuo, necesita un momento, un espacio, un lugar, que sea solo para él”.


Vacaciones adaptadas
Las vacaciones han de adaptarse a la personalidad del individuo. Es decir, “aquellas personas de naturaleza muy activa y con un trabajo muy estresante, bajo ningún concepto han de seguir aquellos consejos bienintencionados de sus familiares y amigos que les instan a no hacer absolutamente nada durante las vacaciones, pues lo más seguro es que dicha inactividad acabe generándoles un cuadro de ansiedad”. Por el contrario, asegura el doctor López Rodríguez, “han de mantener, si así lo desean, su nivel de actividad, ahora bien, practicando una actividad que nada tenga que ver con su actividad laboral.

Como norma general, a estos individuos les cuesta mucho “desconectar” de su actividad laboral, algo que solo es posible si encuentran una actividad “muy motivadora y placentera” que les permita dejar a un lado las cuestiones relativas al trabajo.  “Si tras probar con diversas actividades la persona no es capaz de relajarse, es probable que estemos hablando ya de algún tipo de problema relacionado con el estrés y sería conveniente que aprendiera a vivir de otra manera con ayuda psiquiátrica”, concluye el doctor.

Por el contrario, existe otro perfil de individuos, “mucho más relajados y tranquilos a los que las vacaciones de hamaca y la vida contemplativa durante el periodo vacacional  les vienen perfectas para desconectar y cargar pilas de cara a la vuelta al trabajo”. 

El objetivo de las vacaciones es darle un descanso a nuestro cuerpo y a nuestra mente, sobre todo a nuestra mente, de modo que lo recomendable es cambiar de ritmo y de actividad y permitirnos tiempo y espacio para hacer aquellas cosas que siempre queremos hacer y que no hacemos”, asegura el doctor.  En este sentido, este experto asegura que existen diferentes tipos de vacaciones, tantas como individuos.

El vicepresidente de ASEPP distingue dos partes importantes en las que han de dividirse las vacaciones. “La primera de ellas hace referencia a los primeros días, en los que es necesario un descanso físico, un sueño reparador que nos predisponga a estar descansados y disfrutar de la segunda parte de nuestras vacaciones”, explica el doctor.  Esta segunda parte tiene un componente más lúdico, “olvidemos el reloj, los horarios impuestos por la sociedad y los teléfonos, dejemos de lado las prisas y  dediquémonos a hacer lo que nos gusta, lo que siempre queremos hacer y en el día a día no nos da tiempo y lo más importante, dediquémonos tiempo a nosotros”.

Una parte fundamental de las vacaciones, según el doctor López Rodríguez, ha de estar dedicada a la reflexión. “En un ambiente distendido, sin presiones de ningún tipo, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra vida, en lo que hacemos a diario, ¿Es lo que nos gusta? ¿Nos hace felices? ¿Queremos cambiar algo? ¿Podemos cambiar algo? Traer de las vacaciones un propósito y llevarlo a cabo nos hará sentir que realmente han sido unas vacaciones descansadas, aprovechadas y meditadas”.


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