Además de competencias clínicas, el ejercicio de la Psiquiatría requiere
habilidad para identificar y resolver conflictos éticos. “Esta exigencia, que
es válida para cualquier profesión y para la Medicina en general, es
particularmente importante en el campo de la Psiquiatría y la Psicoterapia,
porque en ellas se trabajan los aspectos más íntimos de la vida de las
personas”, ha explicado el Prof. Diego
Gracia, catedrático de Historia de la Medicina y Bioética de la Universidad
Complutense de Madrid.
El Prof. Gracia hacía
estas apreciaciones en el transcurso del VIII
Congreso Nacional de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), que se celebra estos días en
Sevilla.
En este encuentro
científico, el especialista se refería a la Guía
de Ética Practica en Psiquiatría y Psicoterapia elaborada por expertos de la Fundación para la
Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) y la Fundación Ciencias de
la Salud como un apoyo fundamental a la hora de abordar conflictos de valor
“que en este campo son especialmente frecuentes y para cuya correcta resolución
la formación ética de los profesionales resulta de la mayor importancia”.
Se trata de la presentación de un
libro que ha compuesto un grupo de psiquiatras bajo la dirección del propio
Prof. Gracia y dentro de la Fundación de Ciencias de la Salud. La Guía está
accesible en la página web de la fundación.
Para su elaboración se ha llevado a
cabo una encuesta entre los especialistas para identificar los problemas éticos
más frecuentes o relevantes en su actividad profesional. Tras una selección de
los mismos, se les somete a un procedimiento de análisis y se concluye con unas
recomendaciones a los profesionales sobre cómo proceder.
Así, tras la exposición del caso, se
define el "conflicto moral", se identifican los ‘valores en conflicto’
y se analizan los cursos de acción posibles, comenzando por los que se
denominan ‘extremos’, aquellos en los que se opta por proteger uno de los
valores en juego en detrimento de los demás.
“Los cursos extremos son pésimos, ya
que lesionan completamente un valor (o más de uno). Ya que nuestra primera
obligación ética es no lesionar ninguno. Los cursos óptimos están entre los que
se denominan ‘cursos intermedios’, que buscan promover la realización de todos
los valores en juego, o lesionarlos lo mínimamente posible”, explica.
Entre esos cursos intermedios habrá
que identificar el curso óptimo, “el que debemos elegir para que nuestra
decisión sea correcta desde el punto de vista ético”, añade.
“El buen profesional es el que siempre
busca ese curso óptimo, cualquier decisión distinta a la óptima es, en
realidad, una mala decisión”, puntualiza.
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