La arritmia es el problema cardiaco más frecuente,
y la fibrilación auricular (FA) es la arritmia sostenida más común,
caracterizada por generar un ritmo cardiaco rápido e irregular, en el que las
cámaras superiores del corazón “vibran” de forma descontrolada, pudiendo llegar
a 300 latidos por minuto. La FA debe ser tratada por el alto riesgo de sus complicaciones
y se estima que más de un millón de personas la sufren en España.
Con el fin de dar a conocer esta
patología a la población general, mañana
martes 29 de septiembre, en el
marco de la Semana del Corazón,
organizada por la Sociedad Española de
Cardiología (SEC) y la Fundación
Española del Corazón (FEC), se celebrará el taller ‘Encuentra tu ritmo’, organizado por Biosense Webster, compañía de Johnson & Johnson. Además de
ayudar a identificar los síntomas y explicar las opciones de tratamiento, se
enseñará a los asistentes a medirse el pulso, un gesto que parece sencillo,
pero que mucha gente desconoce cómo realizar correctamente.
El taller estará estructurado en tres
zonas:
- Conoce tu corazón: donde se
impartirá una charla informativa sobre FA por parte de un cardiólogo.
- Controla tu ritmo: en esta zona
se enseñará a los asistentes a medirse el ritmo cardiaco mientras se toca una batucada.
Se trata de que, con las indicaciones del médico, los músicos varíen el ritmo
de la percusión, acelerándolo o disminuyéndolo según se vaya explicando el tipo
de arritmia.
- Cuida tu alimentación: se
instalará un mini mercado con alimentos saludables, que se entregarán a los
visitantes.
La fibrilación
auricular (FA)
El riesgo de
padecer FA a lo largo de la vida se sitúa en torno al 25% en las personas que
han alcanzado los 40 años, siendo más frecuente a partir de los 60. Así, en
palabras del Dr. Ignacio Fernández Lozano, jefe de Sección de la Unidad de Arritmias del Hospital Puerta
de Hierro, “la causa más frecuente está asociada a los factores de riesgo
cardiovascular, como la edad, la hipertensión arterial, el colesterol, la
diabetes o el tabaquismo, entre otros. Sin embargo hay casos en los que no
encontramos ninguna causa aparente”.
“Aunque el perfil de paciente se suele
corresponder con una persona de más de 60 años que presenta alguno o algunos de
dichos factores de riesgo o una cardiopatía establecida, como cardiopatía
isquémica, valvular, hipertrófica, etc., ocasionalmente, se presenta en gente
joven sin ninguna cardiopatía”, añade el doctor.
Si bien pueden variar según el paciente
o no llegar a presentarse, los síntomas más frecuentes de la FA son cansancio o
falta de energía, pulso más rápido de lo habitual o que alterna entre rápido y
lento, falta de aire, palpitaciones, dolor, presión, opresión o molestia en el
pecho, mareos, aturdimiento o desmayos, o necesidad de orinar con más
frecuencia.
Según explica el Dr. Fernández Lozano,
“el principal reto en el tratamiento de la FA al que nos enfrentamos en estos
momentos es proteger a los pacientes de sufrir un accidente cerebrovascular, principal
causa de muerte en este colectivo”.
En este sentido,
el objetivo del tratamiento se centra en evitar la formación de coágulos de
sangre, revertir el corazón a un ritmo normal, controlar la frecuencia cardiaca
y controlar otros factores de riesgo que pueden hacer que esta patología
empeore. Así, el tipo de tratamiento, que se prescribe en función de los
síntomas, tipo y causa de la FA, pasa por los medicamentos antiarrítmicos, medicamentos
para el control de la frecuencia cardíaca y anticoagulantes. También se trata
mediante la cardioversión o, cuando los fármacos antiarrítmicos no son
eficaces, se recurre a la ablación por catéter, una alternativa no quirúrgica
cuyo objetivo es reducir la frecuencia, duración y disminución de síntomas,
mejorando la calidad de vida del paciente y, en muchos casos, la curación definitiva
de la FA.
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