Aunque resulta complicado atisbar consecuencias positivas de la actual
situación de pandemia de coronavirus y del confinamiento domiciliario impuesto,
expertos reunidos por la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en un webinar de
SEMERGENVIVO (su plataforma online) señalan algunas tendencias y
comportamientos que podrían suponer un cambio
significativo y positivo en la salud de las personas confinadas que tienen una
enfermedad cardiovascular y/o renal.
Básicamente, como reseña el Dr. Vicente Pallarés, médico de Familia y coordinador
del Grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de
SEMERGEN, “estamos asistiendo a una transformación de
la relación médico-paciente y, por otro, observamos desde Atención Primaria
como muchos de estos pacientes con enfermedades cardiovasculares y/o renales
cumplen más y mejor con los consejos higiénico-dietéticos habituales y con el
tratamiento farmacológico prescrito”.
El momento de la telemedicina
Motivados por la situación de excepcionalidad, que impone restricciones
para abandonar el domicilio, médicos y pacientes han establecido, fomentado y
mejorado nuevas formas de relación, basadas en recursos tecnológicos. “Sin perder la esencia de la relación
médico-paciente, estamos comprobando que se ha transformado y tecnologizado, y
que el cambio puede ser definitivo”, asegura el Dr. Vicente Pallarés. “Ahora empleamos muy a menudo recursos de
teleconferencia o telefonía, como Skype, FaceTime o WhatApp, para hacer un
seguimiento de los pacientes”, informa el experto de SEMERGEN, quien apunta
también que “lo mejor es que los
pacientes y los propios médicos empiezan a confiar mucho más que antes en estas
tecnologías, se sienten cada vez más cómodos a la hora de utilizarlas y asumen
que pueden resultar necesarias e imprescindibles en la etapa postconfinamiento,
sobre todo para hacer seguimientos o controles rutinarios, extender la
prescripción de medicación ya establecida o responder dudas sencillas”.
En esta misma línea, el Dr. José Luis Górriz, jefe
de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, reconoce que “muchos pacientes, médicos y gestores han sido hasta ahora reacios a
las consultas telemáticas”; sin embargo, atendiendo a su experiencia, “esta crisis ha demostrado la gran utilidad
de esta estrategia tanto para una optimización de los cuidados como para la
eficiencia del sistema”. En concreto, en el
paciente con enfermedad renal crónica, especialmente en estadios avanzados y en
la unidad cardiorenal, la teleconsulta ha permitido optimizar la atención. “La clave ha sido una formación previa del
paciente, que se hace de forma habitual en colaboración con Enfermería; de esta
manera, el paciente conoce los parámetros a monitorizar, así como los signos de
alarma, facilitando su manejo (incluyendo el ajuste de fármacos y
recomendaciones generales)”, indica el Dr. Górriz.
Por lo tanto, se aconseja trabajar con plataformas que incluyan
sistemas de monitorización digital (balanzas, podómetros, pulseras/relojes de
monitorización) para una adecuada monitorización del paciente; “esto, sin duda, podrá mejorar el pronóstico
del mismo y reducir las hospitalizaciones”, destaca el Dr. Górriz. Poniendo
como ejemplo su unidad cardiorenal en el Hospital
Clínico Universitario de Valencia, los pacientes con insuficiencia cardiaca, ayudados por Enfermería y
algunas consultas telemáticas por parte del médico, han mostrado capacidad para
un manejo de la enfermedad, con ajuste de diuréticos y otras medicaciones. “Es una oportunidad para implementar el
empoderamiento del paciente en su autocuidado, y lo han hecho muy bien; de
hecho, no hemos tenido ingresos hospitalarios por descompensación en este
periodo”, asegura.
El refuerzo del empoderamiento y autocuidado
Y es que la mejoría del autocuidado es otro efecto secundario derivado
del estado actual. En el ámbito de la Atención Primaria, como revela el Dr.
Pallarés, “estamos comprobando como
muchos pacientes con enfermedades crónicas, como las cardiovasculares o
renales, llevados sobre todo por el miedo o recelo a experimentar un
agravamiento de su enfermedad de base y verse obligados a acudir a su médico de
cabecera o al hospital, están siguiendo de forma más estricta las
recomendaciones de su médico”. En este sentido, según su experiencia, “aprecio diariamente como mis pacientes no
solo van entendiendo mejor que no hace falta que acudan como antes a mi
consulta, sino que también han puesto mucho más empeño en realizar actividad
física, tomar menos sal…En general, están haciendo las cosas mejor…y se sienten
mejor”.
Sin embargo, como advierte el Dr. José Luis Llisterri, presidente
de SEMERGEN, “esto no debe confundirse
con evitar acudir al médico de Familia o a Urgencias ante signos claros de
agravamiento de la enfermedad cardiovascular o renal; es importante que la
población no tenga miedo a acudir a los centros asistenciales ante cualquier
sospecha de enfermedad grave, porque se constata un aumento de complicaciones y
fallecimientos al retrasar o eludido esta visita”.
Un buen momento para reevaluar tratamientos
prescritos
Otra oportunidad que ofrece la situación de excepcionalidad que existe
actualmente es la de revisar algunos tratamientos farmacológicos que se mantienen
durante años en pacientes con enfermedades crónicas, como las cardiovasculares
o renales. A juicio del Dr. Vicente Pallarés, “ahora es una excelente oportunidad
para reevaluar en nuestros pacientes crónicos todos sus tratamientos farmacológicos
y desprescribir los que no sean necesarios u ofrezcan un verdadero beneficio y que,
en caso de tener que ingresar por COVID-19, pueden generar interacciones y
problemas más o menos graves”.
El webinar completo ya está
disponible en www.envivo.semergen.es, junto con sesiones previas también
focalizadas en el coronavirus y sus efectos en distintos grupos de pacientes o
colectivos sociales.
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