El ictus es la segunda causa de muerte en España
(la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el
adulto y la segunda de demencia. Según datos de la Sociedad Española de
Neurología (SEN), cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en nuestro
país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.
No obstante,
la atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus
pueden reducir las consecuencias devastadoras de esta enfermedad neurológica,
principalmente gracias a que en los últimos años el tratamiento del ictus en su
fase aguda ha incorporado nuevos avances. Las nuevas medidas terapéuticas, si
son administradas en las primeras horas, aumentan considerablemente la
probabilidad de recuperación neurológica: la probabilidad de fallecer o quedar
con una discapacidad grave pueden reducirse a la mitad.
Sin embargo,
y según los datos obtenidos de una encuesta que la Junta Directiva de la SEN ha
llevado a cabo en 18 hospitales de 11 Comunidades Autónomas españolas, en este
mes de marzo podría haberse reducido hasta en un tercio el número total de
ingresos por ictus respecto al mes anterior (febrero de 2020). Ante estos
datos, la SEN recuerda que, independientemente de la situación actual, es muy
importante que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo a
utilizar los servicios de urgencia o acudir a los centros sanitarios.
“Estos datos
deben manejarse con cautela y deben confirmarse y analizarse convenientemente.
En cualquier caso, es importante recalcar que el ictus sigue siendo una
urgencia médica. El retraso en la llegada al hospital para recibir el
tratamiento adecuado es uno de los factores que más negativamente influyen en
el pronóstico de esta enfermedad”, señala la Dra. María Alonso de Leciñana,
Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la
Sociedad Española de Neurología. “A pesar de que actualmente los hospitales
están volcados con la pandemia COVID-19, las enfermedades urgentes, como es el
ictus, se siguen atendiendo exactamente igual y sigue habiendo neurólogos a
disposición de todas aquellas personas que necesiten una atención urgente. Los
sistemas de Código Ictus siguen funcionando y cada minuto es vital para
reducir la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados
institucionales en los pacientes con ictus”.
La SEN
recuerda que sólo un solo síntoma de ictus es una urgencia, por lo que ante la
primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061, o en caso
de que actual situación no permita el contacto con este servicio, acudir
rápidamente al hospital, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.
Los principales síntomas del ictus son:
• Pérdida de
fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
• Trastorno
repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la
cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
• Pérdida
súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
• Alteración
repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos
escucha.
• Dolor de
cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
• Sensación
de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.
Además, la
SEN insiste en que durante el confinamiento sigue siendo recomendable llevar a
cabo hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de esta enfermedad
neurológica: ejercicio moderado, dieta sana y equilibrada, que todos los
pacientes con factores de riesgo vascular (hipertensión, diabetes, colesterol,
obesidad) sigan realizando un control estricto de los mismos y que no dejen de
tomar los tratamientos indicados.
Ante estos datos, la SEN recuerda que, independientemente de la situación actual, es muy importante que los pacientes no lleguen a espiar su llegada al hospital de
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