La presencia de sonidos respiratorios graves durante el sueño en la vía respiratoria superior, conocidos como ronquidos, se producen cuando existe una obstrucción del paso de aire en la parte posterior de la boca y nariz, donde coinciden la faringe, la lengua, el paladar y la campanilla. Un problema más frecuente en hombres, aunque las mujeres también lo sufren. Según los últimos datos Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 20% de los varones ronca de forma habitual, frente al 10% de las mujeres, lo que puede indicar un problema de apnea de sueño. Varias especialidades son las que tratan esta patología: otorrinolaringología, neumología, y cirugía maxilofacial.
Si el ronquido
esta acompañado por la obstrucción de las vías respiratorias superiores, es
señal de que esa persona padece un tipo de trastorno del sueño denominado Síndrome de Apnea-Hipoapnea del
Sueño (SAHS). El SAHS consiste
en la aparición de episodios recurrentes de limitación del paso del aire
durante el sueño. Esto es debido a una alteración anatómico-funcional de la vía
aérea superior que conduce a ciertos momentos repetitivos de colapso o asfixia.
Ese cese o interrupción transitoria de la respiración, provoca descensos de los
niveles de oxígeno en sangre, así como microdespertares frecuentes, explica el
Dr. Hicham Moussa Fardoun, jefe de servicio de la unidad de otorrinolaringólogo
del Hospital Vithas
Málaga.
En la consulta
de otorrinolaringología del Hospital Vithas Málaga, la roncopatía y la apnea
del sueño provocan el 30%
de las consultas. Los afectados son el 2-4 % de las mujeres, el 4-6 % de los
hombres y entre el 1-3 % de los niños, según los datos ofrecidos por SEPAR. Los
pacientes presentan unas características comunes que ayudan al diagnóstico del
SAHS: sensación de sueño no reparador con somnolencia diurna, cefaleas,
cansancio crónico, trastornos cognitivo conductuales, problemas
cardiovasculares como hipertensión arterial.
Tratamiento y
prevención
El Dr. Hicham
explica como la observación de los patrones de ronquido permiten conocer las
causas más frecuentes de esta enfermedad:
- Las
obstrucciones a nivel nasal, como
dismorfia del septum nasal, rinitis crónica, o hipertrófia adenoidea. En
estos casos, la cirugía puede ser una buena alternativa, con técnicas
quirúrgicas poco invasivas que pueden ser realizadas bajo anestesia local.
- La
obesidad es una de las causas más comunes de los ronquidos. La acumulación
de tejidos y grasas en la zona del cuello es mayor en las personas con
sobrepeso, ya que oprime las vías respiratorias y dificulta la
respiración. Por eso, cuando el problema de roncar viene determinado por
el peso, el tratamiento más eficaz es el adelgazamiento.
- El
consumo de alcohol y tabaco, así como ciertos medicamentos, sobre todo
antes de irse a dormir. El alcohol es un relajante de los músculos de la
boca y de la garganta que mantienen despejadas las vías respiratorias, por
lo que dificulta la entrada y salida del aire que se respira. Es
conveniente evitarlos por la noche. Por otro lado, fumar irrita la
membrana mucosa de las fosas nasales, de la faringe y bloquea los vasos
sanguíneos que van a los pulmones, por lo que será complicado respirar por
la nariz al reducirse el flujo de aire.
- Los
sedantes e hipnóticosque actúan como relajantes musculares, por lo que
antes de automedicarse, es conveniente consultar al médico para que
aconseje la toma de ciertos medicamentos.
- Las
alteraciones a nivel mandibular; en estos casos la férula de avance
mandibular puede ser efectiva.Una funda de plástico fabricada por un
protésico dental especializado, que encaja en la boca y que empuja la
mandíbula hacia delante, lo que ayuda a aumentar el espacio en la parte
posterior de la garganta y, de esta forma, facilitar el paso del
aire.
- Las
obstrucciones faríngeas. Cuando los ronquidos se producen por algún
problema en la zona de la faringe, hay varias opciones quirúrgicas con las
que se puede ampliar el espacio nasofaríngeo y orofaríngeo. Es el caso de
la faringoplastia, que
mejora el flujo aéreo y el colapso reorientando los pilares anteriores y
posteriores faríngeos con extracción de la úvula o campanilla y una
porción posterior del paladar. Otras cirugías faríngeas son la amigdalectomía, o extirpación de las amígdalas;
la amigdalotomíao
reducción del tamaño de las mismas y la adenoidectomía o extracción de las adenoides
o vegetaciones.
El SAHS tiene
consecuencias graves sobre la salud, como demuestran recientes estudios (SEPAR)
que pueden derivar en diabetes, hipertensión e ictus, entre otras patologías.
Las consecuencias psicológicas tampoco no son desdeñables ya que la perdida de
atención provocada por el cansancio puede degenerar en cuadros de irritabilidad
y falta de concentración graves.
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