Mañana 28 de junio se celebra el Día Mundial de la
Afasia, un trastorno del lenguaje secundario a un daño cerebral adquirido que afecta a las áreas del lenguaje y
puede acarrear dificultades de expresión, comprensión del lenguaje, dificultades en la lectura, escritura y/o cálculo.
El ictus es la causa más frecuente de este trastorno del que, sólo en Andalucía, se dan más de 7.000 casos nuevos al año. Se trata de una dolencia se asocia a una elevada morbilidad,
mortalidad y gasto sanitario y sólo un 20% de los afectados se recupera espontáneamente. En casi todos los casos de afasia post-ictus, la rapidez de
actuación es crucial para obtener mayores posibilidades de recuperación.
La logopedia es una profesión sanitaria fundamental en la recuperación de pacientes que han sufrido un ictus, ya que el lenguaje supone la
puerta a la socialización, principal uso de la comunicación. Así, mediante la terapia logopédica se rehabilita el habla, la articulación, la deglución e incluso la voz de las personas que sufren de afasia post-ictus.
Durante la rehabilitación de la persona afásica, lo que se pretende, no es el logro de nuevos conocimientos, sino
la recuperación de los procesos que han quedado bloqueados. El objetivo principal de
la terapia que la persona afectada pueda seguir con su vida con
normalidad.
Diferentes tipos de
afasia
Sin embargo, la afasia asociada a los ictus no es el único tipo de afasia
que hay, sino que, en palabras de la logopeda especialista en casos neurológicos y colegiada del Colegio de Logopedas de Andalucía, Marisa Mayorgas, “hay muchos más tipos de afasias que no se diagnostican porque por error sólo se vinculan a un ictus”.
Un buen ejemplo de
ello es el caso de Bruce Willis, que, explica Mayorgas, “es una afasia
progresiva primaria”. En casos como el del actor, “la logopedia se hace cargo de ralentizar la evolución de esta enfermedad a nivel neurodegenerativo, ya que de principio
afecta al lenguaje para posteriormente pasar al resto de capacidades cognitivas”.
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