La anemia es una complicación
frecuente de la enfermedad renal crónica y se asocia a una disminución en la
calidad de vida en el día a día de los pacientes que viven con ella. En España,
debido a la falta de concienciación y conocimiento acerca de esta patología
tanto a nivel social como en el ámbito sanitario, todavía existe un importante
margen de mejora para la optimización del abordaje terapéutico de la anemia.
Por
este motivo, GSK ha puesto en marcha el Instituto Nacional de Anemia Renal
(INAR), un proyecto a largo plazo que tiene como objetivo contribuir al avance
en el abordaje de los pacientes que viven con anemia asociada a la enfermedad
renal crónica. Para ello, esta iniciativa involucra a todos los agentes
implicados (pacientes, distintos médicos especialistas, farmacia hospitalaria y
enfermería) para conseguir una mejora en el manejo de estos pacientes y
del abordaje de la patología. “La enfermedad renal crónica es una patología muy
prevalente en la sociedad. Se calcula que hasta un 15% de la población española
vive con ella, y la presencia de anemia es frecuente en los pacientes renales.
Los objetivos prioritarios del Instituto son dar a conocer su prevalencia,
contribuir a incrementar su diagnóstico y sus implicaciones clínicas, así como
conseguir una adecuada remisión al nefrólogo para su correcto tratamiento.
Además de promover la investigación sobre aspectos relacionados con la anemia
renal”, afirma el Dr. Aleix Cases, Consultor Senior del servicio de Nefrología
del Hospital Clínic de Barcelona.
El
INAR ayudará a visibilizar la importancia de la anemia asociada a la enfermedad
renal crónica y de su adecuado abordaje a todos los niveles, impulsar el acceso
a la formación de todos los
profesionales sanitarios que están en contacto con estos pacientes y dar voz al
paciente
para que participe en el éxito del manejo de su patología.
De acuerdo con el Dr. José María Portolés, jefe del Servicio de
Nefrología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, en los próximos años se
verá el impacto que tiene el INAR en los resultados de salud de los pacientes
renales. “Queremos tener una visión 360º de la ruta del paciente con anemia
renal, definir los objetivos y el mejor manejo posible de una forma integrada.
Así como de las consecuencias de la anemia sobre distintos elementos de la
patología cardiovascular, progresión de enfermedad renal o la calidad de vida,
entre otras”, asegura.
De
esta forma, el INAR recabará la visión, ideas e iniciativas de los expertos con
el soporte de GSK para facilitar la implementación. Para ello, se ha contado
con la representación de las diferentes especialidades y agentes que forman parte
del ecosistema de la enfermedad renal: nefrología, cardiología, geriatría,
medicina interna, atención primaria, farmacia hospitalaria y enfermería.
Además,
el papel de los pacientes es imprescindible para el éxito de este proyecto, por
lo que la Federación ALCER (Federación Nacional de Asociaciones para la lucha
contra las enfermedades del riñón) también está representada en este grupo de
trabajo y es clave para conocer la perspectiva y las necesidades que tienen los
pacientes. “Queremos poner al paciente en el centro del proceso. Nos interesa
su punto de vista, conocer qué es lo que más valora más allá de los niveles de
hemoglobina que definen su anemia, que participe en la elección de su
tratamiento y que nos adaptemos a sus necesidades”, concluye el Dr. José María
Portolés.
GSK es una compañía comprometida con la búsqueda de soluciones para
hacer frente a la anemia asociada a la enfermedad renal crónica y mejorar la
calidad de vida de los pacientes que viven con ella.
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