- En viajes con niños o adolescentes
con alergias alimentarias, los pediatras alergólogos
recomiendan llevar su plan de acción, medicación de
rescate e informe médico
- En viajes al extranjero, conviene
preparar una lista de los alimentos a evitar en inglés y
el idioma del país
- Comprar comida y bebida en puestos
callejeros suelen tener más riesgo de contaminación y no
suelen incluir información adecuada sobre alérgenos
El cambio de hábitos y comer fuera de casa
durante las vacaciones de verano aumentan el riesgo de tener
reacciones en niños o adolescentes con alergias alimentarias.
Por ello, conviene tomar precauciones especiales al viajar
este verano, según advierte la Sociedad Española de
Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
Así, el Grupo de Trabajo de Alergia en el
Adolescente de SEICAP ha elaborado una serie de
recomendaciones sobre viajes para adolescentes con alergia a
alimentos, en cuanto a la preparación general antes del viaje
y antes de coger un vuelo, así como a los alimentos seguros
durante las vacaciones.
“Viajar con alergia alimentaria puede ser
un gran desafío y un motivo de estrés y preocupación para los
adolescentes, sus padres y su entorno, en particular cuando
se viaja al extranjero. Sin embargo, con una
planificación cuidadosa es posible disfrutar de la
experiencia minimizando riesgos”, explica la doctora Marta
Vázquez-Ortiz, coordinadora del Grupo de Trabajo de Alergia
en el Adolescente de SEICAP.
En España, al igual que en el resto de
Europa, las alergias alimentarias han aumentado en los
últimos años. Según datos de SEICAP, afectan a alrededor del
8% de los niños españoles, lo que obliga a aumentar aún más
las precauciones y resalta la importancia de concienciar a la
población sobre estas patologías.
Alimentos
seguros
Los adolescentes con alergia a alimentos
necesitan evitar los alimentos que les dan alergia de forma
estricta para evitar tener reacciones, que pueden ser graves.
Por ello, los pediatras alergólogos de la SEICAP
aconsejan planificar dónde comer en el lugar de destino:
comprar comidas o bebidas en puestos callejeros, por ejemplo,
implica mayor riesgo de contaminación y de y, además, estos
establecimientos no suelen disponer de información adecuada
sobre alérgenos.
En la Unión Europea los 14 alérgenos más
importantes (leche de vaca, huevo, frutos secos, cacahuete,
pescado, marisco (crustáceos, moluscos), sésamo, soja, trigo,
mostaza, altramuz/lupino y dióxido sulfúrico) deben estar
indicados de forma clara en las etiquetas de los productos
envasados y en los menús de los restaurantes.
“Muchas reacciones alérgicas se deben al cambio
de hábitos como comer o comprar comida en sitios nuevos para
la familia, donde frecuentemente no se dispone de la
formación e información sobre alergenos. Los establecimientos
deben cumplir con la legislación vigente para minimizar el
riesgo de reacciones por accidente. La familia y los propios
adolescentes deben comprobar sus alergenos cada vez que
compren alimentos. Esto requiere preparación y práctica,
especialmente si se viaja al extranjero. Esperamos que
nuestros consejos les sean útiles”, comenta la doctora
Vázquez-Ortiz.
Precauciones al coger un vuelo
En cuanto a las precauciones generales al tomar
un vuelo por parte de un niño o adolescente alérgico, en
primer lugar, es importante saber la política sobre alergias
de la aerolínea, especialmente en lo que se refiere a llevar
medicación de rescate en cabina. A este respecto, el alérgico
debe llevar en el avión su informe médico y el plan de acción
que respalde la necesidad de llevar esta medicación y los
alimentos consigo en el equipaje de cabina, y no en el
equipaje facturado, durante todo el vuelo.
Por otra parte, en los vuelos largos es
recomendable llevar comida propia para minimizar riesgos y
optar por alimentos que estén permitidos transportar, tanto
en los países en que se realicen escalas como en el de
destino.
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