El recién nacido prematuro y el abordaje de las patologías asociadas a él son grandes desafíos en la clínica actual. Diversos estudios aseguran que existe un aumento de la tasa de prematuridad en los países desarrollados; se estima que sólo en España nacen cada año 31.000 bebés prematuros, lo que evidencia que pueda existir un alto riesgo de padecer deficiencias y discapacidades a nivel respiratorio. “El nacimiento de un bebé antes del término de la gestación condiciona la necesidad de una adaptación inmediata para la respiración, lo que supone un riesgo elevado de desarrollar insuficiencia respiratoria. En este sentido, el óxido nítrico inhalado (INO) tiene un potencial terapéutico enorme gracias a su gran efecto de vasodilatación durante la adaptación postnatal”. Así lo ha manifestado el doctor Manuel Sánchez Luna, Jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid durante su intervención en el V Simposio Internacional en Neonatología: el pulmón Neonatal en 2014, organizado por Linde Healthcare con el objetivo de actualizar conocimientos relacionados con los problemas respiratorios de los recién nacidos y abordar estudios de investigación en desarrollo.
El recién nacido con prematuridad tiene un desarrollo pulmonar aún escaso y eso hace que en este tipo de pacientes los cuadros de insuficiencia respiratoria sean más frecuentes y graves que en edades posteriores. En este sentido, los expertos reunidos durante el simposio explicaron que en esta etapa la función pulmonar está comprometida por diversos factores entre los que se encuentra la inmadurez de la musculatura respiratoria. Para el doctor Sánchez Luna, “esta inmadurez se debe a factores como el escaso desarrollo de la vía área y el árbol bronquial y a un déficit de síntesis de surfactante”.
No obstante, es importante tener en cuenta que el grado de inmadurez será diferente según la prematuridad. Es decir, cuanto más prematuro es el bebé, menor es el desarrollo de la vía área y menos importancia tiene el defecto surfactante. “Cuando la inmadurez es extrema, en el caso de recién nacidos al límite de la viabilidad, además de la falta de desarrollo pulmonar existe una reducción en el crecimiento del pulmón postnatal, lo que condiciona cambios que son en muchos casos permanentes, llegando a producirse la denominada displasia broncopulmonar o enfermedad crónica del pulmón inmaduro” explica este especialista.
Óxido nítrico y helio, alternativas para prematuros con problemas respiratorios
En este tipo de casos existen terapias eficaces que pueden ser muy útiles en aquellos momentos en los que el recién nacido presenta un alto grado de prematuridad. A modo de ejemplo, el óxido nítrico inhalado se convierte en una terapia fundamental para conseguir un rápido descenso de la resistencia vascular pulmonar al nacimiento. “Sabemos que es mediador de los estímulos de crecimiento de los alveolos y de la vía aérea y arterias pulmonares. Además, su facilidad de administración hace posible que se pueda usar para relajar las arterias pulmonares y mejorar el flujo sanguíneo en los pulmones” asegura el doctor Sánchez Luna.
Por otra parte, durante el simposio se destacó que el helio es todavía un gran desconocido en el tratamiento de problemas neonatales. Sin embargo, su potencial radica en unas características físicas que hacen que el gas atraviese fácilmente áreas estrechas transformando el flujo turbulento en flujo laminar. Según este doctor “el helio facilita, por su parte, la salida de gas en zonas donde hay atrapamiento pulmonar, pero además transporta de una manera muy eficaz el CO2 y reduce el trabajo respiratorio, lo que puede condicionar un potencial enorme para tratar el fracaso respiratorio del recién nacido al disminuir el riesgo de necesitar ventilación mecánica”.
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