La artrosis es una enfermedad crónica compleja, con una
elevada prevalencia, que puede presentarse asociada a otras enfermedades
graves.
Nuevos datos comunicados en el Congreso Mundial de Artrosis organizado por la OARSI
(Osteoarthritis Research Society International) que se ha celebrado este fin de
semana en Seattle (Estados Unidos), afirman que el 37% de los pacientes artrósicos
a los que se les ha practicado una operación de reemplazo de rodilla o de
cadera, además de la artrosis sufre otra enfermedad más. Concretamente, el 50%
de pacientes tienen hipertensión arterial y el 11% diabetes. “Hemos visto que la artrosis a menudo aparece
vinculada o desencadena otra enfermedad grave y por eso es muy importante
prescribir un tratamiento eficaz y sobretodo seguro”, explica el Prof. Nigel Arden, epidemiólogo de la
Universidad de Oxford (Reino Unido).
En este sentido, el Prof. Arden pone de manifiesto que “algunos de los tratamientos más utilizados
en artrosis, como los antiinflamatorios, el paracetamol o los inhibidores de la
COX-II, están demostrando una efectividad limitada para tratar los síntomas de
la artrosis y considerables efectos secundarios, como problemas hepáticos,
gastrointestinales o cardiovasculares.
De hecho, recientes estudios señalan que el uso de antiinflamatorios a largo
plazo se asocia con un incremento del riesgo de infarto”. Por este motivo,
enfatizó la necesidad de ir hacia un tratamiento personalizado del paciente
para evitar la interacción de medicamentos y reducir los efectos adversos.
“Una buena
alternativa para estos enfermos son los fármacos llamados protectores del
cartílago, como el condroitín sulfato y la glucosamina, que cada vez cuentan
con una evidencia científica más sólida y un elevado perfil de seguridad”,
explico en su presentación el Prof.
Allen Sawitzke, reumatólogo de la Universidad de Utah (Estados Unidos). El
Prof. Sawitzke presentó los resultados del ensayo
clínico MOVES, publicados recientemente en la revista Annals of the Rheumatic Diseases. La principal conclusión del
estudio es que la combinación de condroitín sulfato y glucosamina tiene una
eficacia comparable al antiinflamatorio celecoxib a los seis meses de
tratamiento en artrosis severa, reduciendo
de una forma clínicamente relevante
el dolor, la incapacidad funcional, la rigidez, la inflamación y el derrame
articular. “La principal diferencia es que el condroitín sulfato y la glucosamina
presentan menos efectos secundarios, son más seguros para los pacientes y, por
lo tanto, se pueden administrar de forma crónica”, añade el Prof. Sawitzke.
Los resultados confirman los obtenidos en el estudio GAIT por el grupo
de Clegg en 2006 y publicados en el New
England Journal of Medicine en el cual la combinación fue superior a
placebo en pacientes con dolor moderado a severo.
Finalmente, se presentó la revisión Cochrane sobre condroitín
sulfato publicada el pasado mes de febrero. El
objetivo de dicha revisión fue evaluar
la eficacia y seguridad del condroitín sulfato en el tratamiento de la
artrosis y para ello se realizó una búsqueda en 7 bases de datos que incluyó un
total de 43 ensayos clínicos que
abarcan 4.962 pacientes tratados con este fármaco. Los
resultados de esta evaluación independiente evidencian que los pacientes
tratados con condroitín sulfato presentaron una mejora estadísticamente
significativa y clínicamente relevante frente a placebo en estudios de menos de
seis meses.
Todos estos estudios se presentaron durante el simposio “Nueva
evidencia en el tratamiento sintomático de la artrosis” organizado por Bioibérica, la única compañía española
presente en el congreso.
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