Más de 186.000 personas usuarias del servicio de Teleasistencia (143.204 mujeres y 43.694 hombres) tendrán acceso a la información y recomendaciones sobre el calor a través de Salud Responde con el fin de prevenir los efectos de las altas temperaturas en las personas mayores de 65 años, dependientes y con alguna discapacidad. Así lo ha señalado hoy la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, quien ha presentado el Plan Andaluz para la Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud y el Programa de Vigilancia Sanitaria de las zonas de baño de carácter marítimo y continental para este verano.
Los esfuerzos preventivos en las poblaciones de riesgo, identificándolas y estableciendo un seguimiento personalizado de las mismas, la coordinación y el intercambio de información entre las diversas instituciones y organismos implicados (servicios sociales, centros sanitarios, residencias, organizaciones de voluntariado, 112, etc.), un sistema de alertas por aumento de temperaturas a partir de las predicciones climatológicas de la Agencia Estatal de Meteorología, la información anticipada y puntual a la ciudadanía y un protocolo asistencial específico son algunas de las acciones en torno a las que se articula el Plan Andaluz para la Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud.
La finalidad de este Plan que la Junta de Andalucía activa cada año es minimizar las consecuencias que el calor pueda tener sobre los colectivos más vulnerables, como son las personas mayores, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave, menores de 4 años (especialmente lactantes) y personas que trabajan expuestas al sol.
Control y seguimiento
Desde 2004, el Servicio Andaluz de Salud tiene establecidas diversas líneas de trabajo con las enfermeras de atención primaria y atención hospitalaria, así como de los dispositivos de Salud Mental, para hacer frente, de manera efectiva, a los problemas de salud derivados de las elevadas temperaturas.
Por un lado, en atención primaria, se contemplan las siguientes actividades: información a la población general; identificación de los pacientes de riesgo para su inclusión en el plan de seguimiento telefónico que realiza Salud Responde; intensificación de las visitas domiciliarias (monitorizando los signos y síntomas relacionados con el calor y proporcionando consejos para evitar y controlar los efectos del aumento de las temperaturas); y talleres de formación e información a profesionales de los centros residenciales (con la remisión de información sobre el uso y conservación de medicamentos, medidas preventivas y protocolos de actuación ante la aparición de sintomatología relacionada con el calor).
Las personas identificadas como población de riesgo son, en su mayoría, personas mayores de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de alta morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, demencia, trastorno mental grave, insuficiencia renal, obesidad excesiva, hipertensión arterial o diabetes mellitus) y/o que tomen un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor (psicotropos, antidepresivos, hipotensores y diuréticos), a lo que se suma en muchos casos no disponer de condiciones de habitabilidad adecuadas en sus viviendas para protegerse del calor.
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