La
importancia fundamental del
agua en una dieta saludable y la necesidad de personalizar su ingesta en
función de la edad, la enfermedad y otros factores como la toma de medicamentos
son algunos de los temas que se han abordado hoy en la ponencia Pautas de Hidratación
en Atención Primaria.
Este encuentro científico, en el que han
participado el doctor Javier Aranceta, Presidente del Comité Científico de la
Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y la doctora Lourdes
Carrillo, Coordinadora del Grupo de Trabajo de Nutrición de semFYC, se ha
celebrado hoy dentro del II Foro de Educación Sanitaria sobre Nutrición,
Alimentación y Ejercicio Físico en Atención Primaria, que se organiza dentro del
XXXIV Congreso de la semFYC, que se clausura mañana.
Como indica el doctor Aranceta, “existe un consumo
de agua óptimo para cada edad, que generalmente no coincide con la necesidad
percibida por las personas sobre la cantidad necesaria a ingerir y que está
relacionada con situaciones fisiológicas, vitales o medioambientales”. Mantener
un adecuado estado de hidratación es fundamental para cubrir las necesidades
fisiológicas, pero también para cooperar en los procesos metabólicos y en la
eliminación de desechos orgánicos.
En este sentido, la SENC editó el año pasado, con
la colaboración de Solán de Cabras, un documento de consenso, con el aval de
siete sociedades médicas en el que se detallan las pautas de hidratación tanto en
la asistencia sanitaria integral como en la Atención Primaria (1-8): la
Asociación Española de Ciencias del Deporte, la Sociedad Española de
Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Sociedad Española de Médicos de
Residencias (SEMER), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN),
la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Sociedad Española de Pediatría
Extrahospitalaria y Atención Primaria (SepeAp) (9).
“Existen patologías en las que se recomienda una
ingesta hídrica disminuida –como la insuficiencia cardiaca, la insuficiencia
renal crónica y la ascitis– mientras que en otras se recomienda una ingesta
hídrica aumentada, como en la xerostomía, la mucositis, la enfermedad
inflamatoria intestinal, procesos febriles, la resección intestinal o la
diarrea y los vómitos” ha diferenciado el doctor Aranceta.
Patologías con recomendación de ingesta disminuida
-
Insuficiencia cardiaca: los pacientes con síntomas
leves-moderados pueden beber el agua que necesiten. Aquellos con síntomas
graves deben limitar la ingesta de líquidos a 1,5 litros/día
-
Insuficiencia renal crónica, diálisis: en fases
iniciales de la enfermedad, no es necesario limitar la cantidad de líquido
ingerido. La cantidad a ingerir se realizará en función del balance entre
cantidad ingerida y cantidad excretada. En relación con el aporte de sodio y
líquidos, sólo se recomienda la restricción de este elemento en los pacientes
con edemas que no respondan al tratamiento diurético aunque excepcionalmente
suelen ser necesarias restricciones graves. La restricción del aporte de
líquidos se reserva para pacientes con hiponatremia (concentración de sodio en
sangre) severa.
Ascitis (acumulación
anormal de líquido en el peritoneo, la -
membrana que recubre el abdomen): se aconsejan
dietas bajas en sodio para conseguir así un balance negativo de este elemento.
La restricción de líquido no es precisa en la mayoría de pacientes, ya que
presentan generalmente hiponatremia no severa. Al igual que los pacientes con
insuficiencia renal crónica, cuando es severa se recomienda una ingesta de
menos de un litro al día. La evaluación y seguimiento de estos pacientes debe
realizarse mediante la medición de la excreción urinaria de sodio, con una
determinación de orina de 24 horas, a causa de la falta de uniformidad de la
eliminación urinaria de sodio durante el día.
Patologías con recomendación de ingesta aumentada
-
Xerostomia (sequedad en la boca): ingerir a lo
largo del día abundantes líquidos como bebidas con gas, zumos, té o café con
hielo. Se aconseja beber con frecuencia pequeños sorbos de agua durante la
comida, así como tragar con frecuencia saliva para ayudar a la deglución.
-
Inflamación de mucosas: asegurar una ingesta
suficiente de líquidos templados o fríos con aporte nutricional como leche
entera, yogur líquido, batidos de leche o frutas o zumos de frutas no ácidos.
-
Enfermedad inflamatoria intestinal: debe aumentarse
la ingesta de agua/líquidos como agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal,
infusiones suaves.
-
Resección intestinal, gastrectomías y osteomías: es
importante no beber líquidos durante las comidas. Se recomienda tomar los
alimentos líquidos 60-90 minutos antes o después de las principales comidas. Se
debe beber un mínimo de dos litros de líquido variado al día.
-
Diarrea y vómitos: el aporte de líquidos –ya sea
agua, zumo, bebidas isotónicas, refrescos, infusiones, sopas, gazpacho, etc–
deberá compensar la cantidad perdida. La valoración del balance entre ingesta y
pérdida de líquidos debe realizarse mediante signos clínicos como la excreción
de orina, frecuencia cardiaca, presión arterial, temperatura, nivel de estado
de alerta, signo del pliegue cutáneo, aparición del tercer tono en la
auscultación cardiaca y presencia de edemas. En situaciones en la que es
necesaria una gran ingesta de líquidos, algunas de las pautas más frecuentes
utilizadas en Atención Primaria como ayuda terapéutica a partir de aguas
naturales son el agua de arroz, el agua de limón, las infusiones o agua natural
a la que se añade un poco de zumo de naranja o trozos de fruta (naranja, pera,
fresa, etc).
-
El agua embotellada es un ingrediente de gran
interés en la mesa y en la cocina. Las aguas de mineralización débil tienen un
sabor más neutro y equilibrado que permiten una mejor combinación con distintos
alimentos y bebidas.
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