Según
los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2011, más de
tres de cada 10 fallecimientos en España se deben a una enfermedad
cardiovascular. De hecho, en las mujeres es la principal causa de
muerte, siendo las responsables del 35,10% de fallecimientos. La edad
juega, sin duda, un papel importante tanto en hombres como en mujeres,
con un aumento de la prevalencia de enfermedad cardiovascular a medida
que se envejece. Sin embargo, en el caso de la población femenina, la
aparición de factores de riesgo cardiovascular va asociada más
estrechamente a la llegada de la menopausia, según ha puesto de
manifiesto eldoctor Plácido Llaneza, presidente electo de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), que estos días celebra su 13 Congreso Nacional en Bilbao.
Según
explica el doctor Llaneza, los datos epidemiológicos y diversos
estudios clínicos evidencian la acción protectora de los estrógenos
sobre el árbol vascular y los factores de riesgo de enfermedad
cardiovascular, de tal manera que si se analizan los datos de
fallecimientos por enfermedad cardiovascular separados por edades, “se observa un aumento claro de la incidencia y de la mortalidad después de la menopausia”.
Y es que la caída de los estrógenos que ocurre con la menopausia está
asociada a diferentes mecanismos relacionados con la enfermedad
cardiovascular, como el desarrollo de la arteriosclerosis, la alteración
de la actividad de los miocitos, el deterioro de la reactividad
vascular o modificaciones en el perfil lipídico. En este sentido, según
datos de la Sociedad Española de Cardiología, a partir de los 50 años,
el 50% de las mujeres padece hipertensión y una de cada tres, diabetes o
trastornos de metabolismo de los hidratos de carbono o colesterol
elevado.
Además,
agrega el doctor Llaneza, por las mismas razones, el riesgo también se
ve incrementado cuando la menopausia llega de forma precoz y cita un
estudio multicéntrico realizado por investigadores de la Universidad del
Sur de California en 3.000 mujeres, en el que se observa que “cuando la menopausia ocurre antes de los 45 años, el riesgo de padecer una enfermedad cardiaca es más alto”. En estos casos, la mujer pasa más años sin la cardioprotección asociada a los estrógenos.
¿Percepción de riesgo?
En opinión del doctor Llaneza, las mujeres españolas no son muy conscientes del aumento en el riesgo. “Suelen preocuparse por el aumento de peso tras la menopausia, pero no lo relacionan con el riesgo cardiovascular”,
asegura el experto. Los factores de riesgo cardiovascular en la mujer
madura son bien conocidos. Entre los más destacables y que no son
modificables se encuentran la edad, la menopausia, los antecedentes
familiares o el grupo étnico al que se pertenece, mientras que hay otros
factores de riesgo sobre los que sí se puede actuar. Por estos motivos,
el doctor Llaneza explica que las medidas más adecuadas que deberían
tomar los médicos que manejan estas pacientes son “analizar los
factores de riesgo cardiovascular para cada mujer y considerar que la
mejor prevención primaria de enfermedad cardiovascular es el abandono
del tabaco, la regulación del peso, de la glucemia y del perfil
lipídico, así como la práctica de ejercicio aeróbico”.
Por
último, el presidente electo de la AEEM analiza la relación entre
terapia hormonal y el riesgo cardiovascular. Afirma que esta relación ha
sido ampliamente estudiada desde los años 90, si bien aún hoy “no la conocemos en profundidad”. Hay algunos puntos sobre los que existe consenso, asevera, y explica: “Conocemos
que la terapia hormonal resulta peligrosa en mujeres mayores o con
factores de riesgo cardiovascular, mientras que en mujeres jóvenes que
inician el tratamiento cerca de la menopausia tiene un efecto neutro cuando se utiliza la combinación de estrógenos y progesterona y favorable cuando se usan estrógenos solos”.
El
doctor Llaneza considera que, en general, hay también acuerdo en que
las mujeres sanas que inician la terapia hormonal cerca de la menopausia
“no deberían estar preocupadas por el riesgo de enfermedad arterial o cardíaca”.
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