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20 June 2014

Más de 300 expertos en cáncer de mama se dan cita estos días en RAGMA 14

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Precisamente, la comunidad autónoma de Navarra puso en marcha en 1989 de forma pionera un Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama, que ha servido de modelo al resto de regiones. Menos de una década después de su implantación, la supervivencia a los cinco años de las pacientes con cáncer de mama había pasado de un 75% a principios de los años 90 a más del 87% en el año 2001, según se desprende de un reciente informe presentado por GEICAM (El Álamo III). Además, los estudios realizados han constatado disminuciones significativas de la mortalidad por encima del 40% en las mujeres a las que se ofrece el cribado.  

Estos datos tan positivos para la mujer se producen fundamentalmente por dos hechos: la existencia de más y mejores programas educacionales y de campañas de cribado, pero también gracias a la mejora de las opciones de tratamiento complementarios. Actualmente existen programas de cribado de cáncer de mama en todas las comunidades, pero la participación media se sitúa alrededor del 70%, ya que aunque en algunas regiones participan más del 80-85% de las mujeres, en otras todavía muchas no responden a la invitación que se les envía.
La mamografía ofrecida a las mujeres de entre 50 y 69 años en el marco de programas de cribado organizados y de carácter poblacional ha sido clave en términos de mejora de supervivencia y disminución de mortalidad; en el grupo de mujeres de 40-50 años todavía está por demostrar que tenga un beneficio suficiente como para compensar los posibles efectos adversos que pudiera tener”, puntualiza la doctora Ascunce. “Una cuestión es el cribado sistemático en estos grupos de edad, donde todavía está por comprobarse su impacto real, y otra cosa es la oferta de mamografía como prueba de diagnóstico con carácter individual a mujeres en especial situación de riesgo, por ejemplo por la presencia de múltiples antecedentes familiares o patología benigna, que exige un seguimiento específico”.

Las mamografías no son perfectas y su efecto positivo en cuanto a disminución de mortalidad  se acompaña de efectos adversos como por ejemplo los “falsos positivos” o diagnóstico de lesiones que sin mamografía no se hubieran manifestado clínicamente con el consiguiente y necesario sobretratamiento; esto implica serios efectos tanto a nivel físico como psicológico en la mujer sana. De hecho, explica esta experta, “es necesario tener en cuenta estos efectos y, a la hora de desarrollar programas de cribado, considerar su realización garantizando siempre la calidad de todas las fases del mismo, a fin de maximizar el efecto positivo y minimizar sus posibles efectos negativos. La investigación que en este momento se está llevando a cabo sobre el efecto de la aplicación de diferentes estrategias de cribado en función de características individuales, como riesgo familiar, densidad mamaria etc., ayudará a mejorar este balance con el consiguiente beneficio para la mujer”.  

En cualquier caso, la comunidad científica está de acuerdo, tal y como se debate estos días en RAGMA 14, en la importancia de la prevención y detección precoz. Cuanto más y mejor esté informada la población sobre los beneficios de llevar un estilo de vida saludable  y de la necesidad de acudir a las campañas de detección precoz, en mejor disposición estarán las mujeres de enfrentarse y sobrevivir a la enfermedad.

A este respecto, desde la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), Josefa Madrid señala que “nadie con valor científico ha puesto en duda el valor de las mamografías y la importancia de la detección precoz en cáncer de mama. Lo que sí pedimos es que se realicen bajo la autoridad, supervisión y responsabilidad de la sanidad pública. Los profesionales de la sanidad, en quienes confiamos y a quienes sentimos como nuestros aliados, nos han enseñado que el diagnóstico precoz puede evitar algunos de los tratamientos más duros; puede evitar la quimioterapia en algunos casos. Un diagnóstico precoz puede evitar tratamientos agresivos”.

Lo importante hoy – prosigue- no es gastar tiempo y energías en criticar la mamografía como instrumento de diagnóstico precoz, sino gastar tiempo, energías y presupuestos en investigar en el ámbito de la biología y en los efectos de los nuevos fármacos”.

Más investigación contra el cáncer de mama
Junto a la prevención, la investigación clínica académica desarrollada por los grupos cooperativos de investigación ha sido y seguirá siendo clave en la mejora de la supervivencia y calidad de vida de los pacientes y en el avance del conocimiento de esta patología.

Encuentros científicos como el que se celebra estos días en Madrid ponen de relieve el papel de la investigación clínica académica desarrollada por grupos como GEICAM en la búsqueda de nuevas pautas y regímenes de los fármacos oncológicos en beneficio del paciente. De hecho, más de un 80% del incremento de la esperanza de vida en la población occidental en los últimos años se debe a las lecciones derivadas de ensayos clínicos, pero aún se podría avanzar más en el conocimiento y resultados en cáncer, otorgando a la investigación clínica académica un mayor peso dentro del sistema”, señala el doctor Enrique Alés, miembro del Comité Organizador de RAGMA 14 y co-coordinador del grupo de tratamientos preventivos y epidemiología de GEICAM.

No obstante, desde GEICAM lamentan la falta de apoyo a la investigación española y solicitan de forma urgente se realice un cambio legislativo en la práctica del mecenazgo privado. Los ensayos clínicos son un bien a proteger y las donaciones a entidades no lucrativas pueden suponer un notable ahorro de costes a la Administración, ya que se encargan de labores que ésta no puede asumir.

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