Ya
están aquí las fiestas navideñas y, con ellas, las comidas con amigos, compañeros
y, cómo no, la familia. Aunque no existen los milagros, si se cumplen una
sencillas pautas podremos conservar una buena salud y mantener a raya nuestro
peso.
Siguiendo
los consejos del doctor Daniel Cabo, endocrino
de la Unidad Integral de Obesidad de Quirón Campo de Gibraltar, “es preciso
subrayar la necesidad de conservar un estilo de vida saludable durante todo el
año, aunque sepamos que lo modificaremos puntualmente en estos días,
en los que se suelen comer alimentos propios de estas fechas y a los que
resulta muy difícil resistirse. Una dieta equilibrada pasa por
un consumo de alimentos lo más variado posible, pero eso sí, en su justa medida”.
El menú para los pacientes que tengan que pasar la Nochebuena
hospitalizados en el centro de Los Barrios consistirá en sopa de picadillo,
ensalada de langostinos con salmón ahumado, pechuga de pavo rellena de pasas y
almendras con guarnición de patatas y cebollas caramelizadas y de postre
pudding casero de manzana con salsa de fresas y frambuesas y surtido de dulces navideños.
Se persigue que sea una cena especial que les haga más llevadera su estancia
hospitalaria, comenta Rocío López Fernández, jefa de cocina de Quirón Campo de
Gibraltar.
La
actividad física, continúa el especialista, “debe acompañar a esa forma de
alimentarse. Si ya es recomendable
durante todo el año hacer ejercicio físico moderado, al menos durante 20-30
minutos diarios, en Navidad conviene
insistir en lo saludable de esta práctica y aumentar su intensidad y duración
con el fin de quemar los excesos de las celebraciones”. El baile en las fechas
señaladas es una buena manera de hacerlo. El resto de los días será suficiente
con un largo paseo a paso rápido.
En
cuanto a la comida, resulta fundamental alimentarnos adecuada, moderada
y ordenadamente, lo que significa hacer cinco COMIDAS AL DÍA (desayuno, media mañana, almuerzo,
merienda y cena).
“Si
en lugar de llegar a la cena de Navidad o Nochevieja sin haber probado bocado
desde el almuerzo, merendamos, por ejemplo, una macedonia a base de yogur
desnatado con una pieza de fruta, evitaremos las ansias compulsivas de arrasar
con todo lo que nos pongan por delante al sentarnos a la mesa”, aconseja Daniel
Cabo.
Consejos prácticos para
elaborar una cena saludable de Nochebuena y Nochevieja
Una
buena alimentación empieza en el mismo momento de hacer la compra; es
recomendable hacerla después de haber comido, es decir, no ir con hambre,
llevar una lista con lo que realmente se necesita y, a ser posible, con los
menús programados.
Cuidar las raciones. Se puede comer de todo, pero teniendo muy en cuenta la cantidad. Los excesos
pasan factura.
Menús equilibrados. Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes
son fechas señaladas para las celebraciones familiares, en las que las mesas se
llenan de todo tipo de alimentos, en variedad y en cantidad. A la hora de
confeccionar los menús es importante tener en cuenta el conjunto de nutrientes
y la función que cada uno de estos cumplen, manteniendo la debida proporción
entre grasas, proteínas, hidratos de carbono y azúcares:
El marisco es siempre una buena opción, dado su bajo
contenido en grasa y sus excelentes propiedades nutricionales.
No debe faltar una ensalada, ya que aporta grasas monoinsaturadas, favorece el tracto intestinal por su contenido en fibra y facilita la regulación de la absorción de grasas saturadas y poliinsaturadas.
Es importante eliminar la grasa de la carne antes de proceder a cocinarla y
seleccionar las partes magras del animal. En el caso de las aves (pollo o pavo),
es preferible eliminar la piel. Ya se elija carne o pescado, en cualquier caso
es esencial cocinar sano.
Las guarniciones vegetales cocinadas al vapor son una
excelente opción para el acompañamiento de estos platos.
Cuidado con el alcohol. Las bebidas alcohólicas son hipercalóricas
y con un matiz importante: son calorías vacías, pues carecen de valor
nutricional. Si no puede evitarse su consumo, un buen truco
es poner más hielo en el vaso y mezclar con refrescos light. Es la mejor opción para reservar las calorías para los alimentos con mayor
valor nutritivo.
Limitar los postres navideños. La bandeja con turrones y otros productos típicos navideños tiene una
presencia continua en la mesa familiar durante la Navidad. Y por ello, es una tentación de ingerir muchos hidratos
de carbono, azúcar y grasas saturadas. Algunos sustitutivos podrían ser el yogur
descremado con macedonia de frutas o estos mismos productos en sus versiones light, que aseguran un 30% menos de
calorías con respecto al producto original.
El día después…
Las grandes ingestas no se deben compensar anulando
otras comidas principales como el desayuno o la cena. El organismo necesita un
suministro de recursos constante, aunque moderado. Es muy positivo incluir en la
primera comida del día la fruta, si
no
se hace habitualmente, y obsequiar al cuerpo con un paseo matinal. Es necesario
dar un reposo al estómago, consumiendo platos más ricos en verduras y hortalizas en
el almuerzo y en la cena, sin olvidar la
fruta en el postre.
En
resumen, insiste Daniel Cabo, “moderación, cinco comidas al día y ejercicio
físico harán que pasemos con buena nota estas fiestas navideñas”.
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