Elia, a sus 74 años arrastraba los pies al caminar, no podía atarse los
zapatos ni ducharse ni ponerse una chaqueta ni subir escalones y estaba atada a un respirador continuamente. Son
las graves consecuencias, muy incapacitantes, de la Enfermedad Pulmonar
Obstructiva Crónica (EPOC).
En España esta enfermedad afecta a más de 2,1 millones de personas, es
la causante de 50 muertes diarias y origina un gasto sanitario que supera los
2.600 millones de euros anuales.
La vida de Elia, como la de otro medio centenar de pacientes, ha
cambiado radicalmente después de que el neumólogo Dr. Javier Flandes y su
equipo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, implantara
en los bronquios unas minúsculas válvulas que permiten mejorar la funcionalidad
de los pulmones dañados, posibilitando que estos enfermos mejoren su calidad de
vida.
“Ahora me he olvidado del respirador, puedo estirar los brazos, subir
escaleras, caminar…volver a vivir”, asegura Elia emocionada. Mientras su
marido, Carlos, asiente y enfatiza que las válvulas “han cambiado nuestras
vidas al 100%, después de cuatro años terribles por las limitaciones de su
enfermedad”.
Las implantación de estas válvulas, diseñadas por PulmonX, permiten que
un enfermo con EPOC severa mejore de forma relevante su calidad de vida y la
tolerancia al esfuerzo.
Pioneros y único centro
integral
Del total de enfermos aquejados en España por la EPOC, el Dr. Flandes
estima que unos 40.000 son susceptibles de mejorar con ésta y otras técnicas
broncoscopicas de las que dispone el Hospital Universitario Fundación Jiménez
Díaz, único centro integral en España que proporciona a cada paciente de EPOC con
enfisema grave el tratamiento que requiere.
La Unidad de Broncoscopias y Neumología intervencionista de la Jiménez
Díaz, liderada por el neumólogo Javier Flandes, es pionera en España en la
realización de todas estas técnicas.
El enfisema pulmonar es una forma de enfermedad pulmonar obstructiva
crónica que se produce cuando los alvéolos se destruyen gradualmente, normalmente
debido al consumo de tabaco. El pulmón inflado necesita más espacio en el
tórax, y por esta razón la respiración es muy difícil. Los afectados no logran
respirar profundamente, sufren de disnea (falta de aire) y no tienen
resistencia al esfuerzo físico.
Válvulas
Con esta técnica las válvulas se colocan en las vías aéreas y permiten
que el aire y las secreciones salgan pasando a través de la válvula. El volumen
del lóbulo se reduce y favorece a las partes sanas del pulmón a expandirse, con
lo que mejora el intercambio gaseoso de oxígeno.
El procedimiento es ambulante y no necesita anestesia general. El
paciente al que se le colocan estas válvulas sólo recibe fármacos sedantes para
inducir un sueño ligero asegurando que el procedimiento es lo más confortable
posible. Con un broncoscopio que se introduce por la boca o la nariz se evalúa
si en las vías aéreas hay canales que comunican entre un lóbulo y otro de los
pulmones. Si no los hay, las válvulas que tienen un diámetro de 4 milímetros de
ancho y 10 milímetros de largo serán posicionadas en los bronquios adecuados.
El procedimiento no dura más de 30 minutos, y el paciente sale consciente de la
sala de broncoscopias.
Este tratamiento es reversible y las válvulas se quedan en los pulmones
todo el tiempo en que el paciente obtenga beneficios y mejore su calidad de
vida. No obstante, si hay que reemplazar alguna válvula tras la intervención se
pueden sustituir o retirar puesto que están diseñadas para ello, al contrario
que otros tratamientos que son más agresivos e irreversibles.
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