El
Centro Asistencial San Juan de Dios de Málaga, especializado en Salud Mental, promueve
programas para favorecer la autonomía como método más adecuado para tratar y
frenar el deterioro progresivo que sufren los pacientes con patologías mentales
graves y persistentes.
Este
centro puso en marcha, ya hace casi una década, el Módulo de Alta Dependencia para
atender a personas con patología mental grave y persistente, que presentaban,
además, mayor grado de deterioro cognitivo, funcional y/o emocional.
Desde
la Unidad de Rehabilitación en Salud Mental se detectó que existían pacientes
con enfermedad mental que necesitaban mayor atención y terapias más específicas
y personalizadas que las estándares para tratar déficit más complejos. Melquiades
León, psiquiatra y coordinador médico del Área de Salud Mental del centro
malagueño, explica que comenzaron a detectar pacientes más desubicados que los
demás, con una conducta muy desorganizada y que necesitaban un apoyo especial.
El
perfil de los residentes y usuarios que se integran en este módulo del Centro
Asistencial se sitúa en torno a los 45 ó 50 años y presenta una larga evolución
de enfermedad. No obstante, como añade el doctor, cuentan también con casos de
personas más jóvenes que presentan ya alto grado de deterioro. Aunque estas
patologías no son coincidentes con las de personas mayores, sí presentan
síntomas que se podrían asemejar al deterioro de una demencia. “Son personas a
las que les cuesta mucho expresar las emociones, con dificultades cognitivas
para elaborar un discurso lógico, con una desorganización conductual, con
problemas para desarrollar el pensamiento mediante el lenguaje y con un importante
deterioro en actividades básicas de la vida diaria”, explica el doctor León.
El
Módulo de Alta Dependencia cuenta con un equipo de psiquiatras, psicólogos,
enfermeros, auxiliares y monitores que llevan a cabo un trabajo interdisciplinar
e interprofesional. María Victoria Molina, psicóloga de San Juan de Dios, explica
que “los resultados que conseguimos con los pacientes, ya sea frenar o retrasar
la progresión de ese deterioro, no serían posibles sin una intervención de todo
el equipo coordinada, continua y transversal”.
La
actividad terapéutica ha de estar en sintonía con la actividad asistencial, de
manera que una terapia en la que un psicólogo les haga practicar habilidades de
la vida diaria no serviría si un auxiliar de enfermería viste al paciente para
ahorrar tiempo, pues lo que se pretende es que mantengan de forma autónoma
estas capacidades y habilidades el máximo tiempo posible. Por este motivo, la
implicación de los profesionales, la constancia y la empatía de los mismos son
determinantes en la evolución de estos pacientes, pues “los profesionales en
Salud Mental no podemos ver una enfermedad mental, sino a una persona, por lo
que el equipo trabaja desde la cercanía y la implicación de todos los
miembros”, advierte el psiquiatra.
Programas enfocados al
mantenimiento de sus capacidades
El
objetivo fundamental de este módulo de Salud Mental es que los residentes y
usuarios alcancen el mayor grado de autonomía posible, de manera que todas las
actividades van encaminadas a practicar y mantener las capacidades y habilidades
que les son útiles en la vida diaria. Para ello, el equipo de este Centro de
San Juan de Dios desarrolla programas muy concretos y adaptados a las
necesidades de los pacientes.
Uno
de los últimos programas incorporados es el de Fotobiografía, en el que la
participación de los pacientes es activa, pues hacen un recorrido por sus vidas
mediante fotografías, de manera que son capaces de reconocer los lugares en los
que crecieron, a sus familiares y hasta a sus mascotas cuando ven las imágenes.
“Con este tipo de terapias se avanza mucho a nivel emocional, pues si bien es
cierto que al principio alguno de los pacientes no sonreían, después de estos
ejercicios muchos comienzan a mostrar expresiones gestuales, y esto supone una
experiencia muy gratificante para ellos y para nosotros”, resalta María
Victoria.
Otro
de los programas es el de Habilidades Sociales Básicas, mediante el que, más
que dotarles de competencias sociales, se busca mantener aquellas habilidades
útiles para el desarrollo de sus vidas, como saber dirigirse al médico cuando
algo les duele, realizar las peticiones y solicitudes que necesiten, saludar a
los demás, saber que han de ir al comedor cuando tengan hambre, etcétera.
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