La Clínica Universidad de Navarra, en coordinación con otros centros
hospitalarios de Estados Unidos y Europa, va
iniciar en breve un ensayo clínico internacional y multicéntrico para
comprobar la eficacia y seguridad de un nuevo fármaco en
pacientes con cáncer de pulmón escamoso.
La nueva molécula que se va a investigar actúa en el bloqueo de dos efectores (ejecutores) de la actividad del oncogén RAS. El cáncer de pulmón escamoso constituye,
aproximadamente, el 30% del total de los pacientes con cáncer de pulmón.
“Comenzamos un nuevo ensayo
clínico con un fármaco que de forma directa bloquea dos reguladores del ciclo de las células
tumorales. Se llaman CDK4 y CDK6. Queremos comprobar si ese fármaco puede inhibir ambos efectores que están en la vía efectora del oncogén RAS, del que hablamos en este
simposio”, ha
anunciado el doctor Ignacio Gil Bazo, co organizador del evento científico y
codirector del Departamento de Oncología de la Clínica en el curso del II Congreso “International Frontiers in Oncology”.
La reunión científica, en la que han participado, durante los últimos tres días,
doscientos investigadores básicos y clínicos de todo el mundo, ha sido
organizada por la Clínica Universidad de Navarra, el Centro de Investigación
Médica Aplicada (CIMA) y el Stanford Cancer Institute de la Universidad de
Stanford (EE.UU.). Los científicos han
debatido durante el congreso los últimos avances en el conocimiento del oncogén
RAS, “cuya alteración está presente en
al menos un 30% de los enfermos de alguno de los cánceres más frecuentes y de mayor
mortalidad”, ha señalado el
doctor Silve Vicent, co-organizador del simposio e investigador
del Programa de Tumores Sólidos y Biomarcadores del CIMA.
Evitar
toxicidad
El estudio de estas alteraciones genéticas concita un especial
interés científico-clínico ya que el oncogén
RAS se ha localizado en los tumores más letales: páncreas, colon, pulmón y melanoma. Con tal motivo, los investigadores
han centrado su análisis en dichas
alteraciones y en descubrir las dianas que puedan ser inhibidas con fármacos, “lo que supondría un gran avance médico ya que las terapias
convencionales tienen un efecto limitado en estos tumores”, apunta el
doctor Ignacio Gil Bazo.
La actuación del fármaco en los dos efectores específicos
del gen RAS alterado y no en la totalidad del oncogén se debe a que "está comprobado que bloquear RAS directamente
tiene muchas implicaciones en toxicidad porque es un gen con otras funciones
necesarias para la vida de las personas, por lo que inhibirlo de forma total genera en el
paciente una
toxicidad inasumible”, ha subrayado.
Avances importantes en 5 ó
10 años
Por su parte, el doctor Alejandro Sweet-Cordero miembro del Instituto del Cáncer de Stanford
(EE.UU.) ha señalado que la investigación de la vía RAS es el factor de impulso
hacia una medicina de precisión. “Creo
que se va a poner mayor énfasis en estas medicinas personalizadas y dirigidas a las vías
de señalización que se alteran en cada tumor de cada individuo. Y RAS es una de las vías más importantes”, ha manifestado.
Estimó en este sentido que en los próximos cinco o diez años “va a haber avances muy importantes; van a
producirse descubrimientos
que permitan crear medicamentos dirigidos específicamente a esta vía de
señalización de RAS y, aquellos pacientes que tienen tumores en los que está activada esa vía, van a
tener mejores opciones de tratamiento”,
ha precisado.
“No
hay esperanza sin investigación”
Los oncogenes RAS, descubiertos hace 30 años, son
responsables de algunos de los tumores más malignos. A pesar de todo el
esfuerzo investigador realizado durante los últimos 30 años “todavía no hay un fármaco
selectivo para tratar a los pacientes que tienen este tipo de mutación”, ha señalado uno
de los principales responsables de este progreso científico, el doctor Mariano
Barbacid, director del Grupo de Oncología
Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
“Conocemos muchísimo sobre cómo estos genes causan cáncer
pero no hemos podido dar todavía con esa tecla clave de un tratamiento que sea selectivo y eficaz contra estos tipos de tumores”, ha subrayado.
El científico ha incidido en la complejidad del cáncer
que imposibilita encontrar terapias panacea: “Todos los tumores tienen tantas
mutaciones que es quimérico pensar que un fármaco puede curar todo”. Pero la perseverancia investigadora es
la clave para dar con la solución, insiste Barbacid. “Sólo si seguimos investigando vamos a estar mejor de lo que estamos hoy”, ha sido su mensaje alentador.
E incidió en lo que para él supone la clave del futuro: “Si no hay investigación no hay esperanza”.
Cronificar
el cáncer
El doctor Josep Tabernero, jefe del
Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, señaló ayer los pasos que se están dando con tratamientos
que pueden convertir el cáncer en una enfermedad crónica. “Aunque la cronificación tiene el peligro de las resistencias –alertó-. Evidentemente lo importante es que el
paciente esté mejor, ya sea cronificando la enfermedad o erradicándola y
preferimos erradicarla”. En este sentido, indicó que ya se han conseguido
fármacos de segunda generación que vencen resistencias, “son pasos que se van dando, aunque en el cáncer es muy complicado. Ojalá pudiéramos cronificar todas las
enfermedades oncológicas. Sólo mediante la investigación llegaremos un día a
conseguirlo", aseveró.
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