La falta de adherencia al tratamiento en las enfermedades cardiovasculares (ECV) es un importante problema de salud, tanto en los países desarrollados como en aquellos que están en vías de desarrollo. El correcto cumplimiento del tratamiento se asocia a resultados positivos para la salud y la mala adherencia, aumenta la probabilidad de sufrir un nuevo evento cardiovascular. Esto se asocia a un empeoramiento considerable de la enfermedad, re-hospitalización, morbilidad y mortalidad. Además, la falta de cumplimiento terapéutico también tiene repercusiones socioeconómicas y genera elevados costes para los sistemas sanitarios. En la Unión Europea (UE), se calcula que el número de muertes asociadas con dosis inadecuadas y falta de adherencia a la medicación prescrita es de aproximadamente de 194.500 al año. En este sentido, se estima que, la falta de cumplimiento terapéutico le cuesta a la UE 1.250 millones de euros anuales.
El número de dosis prescrito por día está inversamente relacionado con la adherencia. Así, en los tratamientos con dosis más simples y menos frecuentes se observan mejores tasas de cumplimiento del tratamiento en diversas áreas terapéuticas y enfermedades. En este caso, la optimización de los tratamientos y el aumento del cumplimiento terapéutico pueden ayudar a prevenir la recurrencia de eventos cardiovasculares.
En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el desarrollo de una polypillpara aumentar la adherencia a los medicamentos, y, en 2007, analizó el valor que podría tener para la prevención de la ECV. Por otro lado, las directrices de la Sociedad Europea de Cardiología de 2016 abogan por el uso de la polypill para aumentar la adhesión al tratamiento. El desarrollo de una polypill cardiovascular (que contiene un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina, una estatina y aspirina) a raíz de la colaboración público-privada CNIC-Ferrer ha demostrado ser eficaz en esta enfermedad. Concretamente, aumenta la adherencia mediante la simplificación del régimen de tratamiento, la mejora de las instrucciones para el paciente y la reducción de la cantidad de píldoras. Diversos estudios recientes han demostrado que, solo con el incremento del cumplimiento del tratamiento por el uso de una polypill cardiovascular, se podrían evitar, en diez años, entre 48 y 58 muertes y eventos cardiovasculares no mortales por cada 1.000 pacientes. El uso de la polypill, aprobada por la UE, es una estrategia simple, fácil y eficiente para mejorar la adherencia de los pacientes con ECV y ayuda a reducir la inaceptable carga social, económica y humana de esta pandemia moderna. Por ello, su uso debe ser considerado por los médicos y los sistemas de salud pública como una opción disponible e innovadora para mejorar la salud cardiovascular.
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