No cabe duda de que a lo largo de la historia el ser humano ha sido capaz de demostrar su capacidad intelectual con el diseño de inventos extraordinarios como tecnologías inimaginables que, a día de hoy, salvan vidas mediante procedimientos nanotecnológicos o avances de vanguardia que nos han llevado a lanzar al espacio aeronaves… “Es lógico pensar que este potencial de nuestro intelecto podría ayudarnos también a resolver los problemas que surgen en el día a día o ayudarnos a superar dificultades emocionales para alcanzar la felicidad. Sin embargo, nuestro cerebro se afana con la misma intensidad en mantener las defensas que en generar nuestro malestar más hondo. Es el que crea y sostiene muchas de las enfermedades mentales y el origen de nuestro sufrimiento más profundo”, explica el Jefe de Servicio de Psicología de Quirónsalud Marbella, Antonio de Dios.
El experto revela que la estructura de nuestro
cerebro y su condición evolutiva ofrece una explicación de esta circunstancia
en la medida en que “mucho
antes de que la evolución nos aportase corteza cerebral (inteligencia) teníamos
el bulbo raquídeo y el sistema límbico
(conocido como cerebro emocional). Este último
se encarga de nuestra supervivencia activando una respuesta inmediata de estrés
ante amenazas. Una de sus características
fundamentales es que recibe información de cualquier estímulo
externo seiscientos milisegundos antes de que llegue a
nuestro cerebro racional. Esa anticipación hace
que reaccione automáticamente de una manera muy básica,
ya que fue creado en los primeros tiempos del ser humano cuando había que
reaccionar rápidamente para salvar la vida. Los peligros a los
que nos enfrentamos ahora han cambiado radicalmente y requieren respuestas
sociales, emocionales e inteligentes más que físicas.”,
detalla Antonio de Dios.
Otra de las características
del ser humano es que nace vulnerable y muy dependiente del adulto. Tal y como
relata el psicólogo del hospital marbellí “un bebé necesita
del adulto que le cuida para su supervivencia, para satisfacer sus necesidades
tanto físicas como de cariño, que es
lo que le asegura al niño que le cuidarán y protegerán. Cuando tiene éxito su
conducta queda grabada en el cerebro emocional
con una subida dopamina, que es un
neurotransmisor conocido como la Hormona de la Felicidad, que nuestro
cerebro busca constantemente y es la responsable de las adicciones”.
El Jefe de Servicio de Psicología de Quirónsalud Marbella
expone que desde edad temprana, el ser humano “busca
resortes que suplan sus necesidades básicas
y se da cuenta de que haciendo lo que los adultos esperan de ellos, se obtiene
satisfacción inmediata. Sin embargo, a la larga, ese esfuerzo por demostrar
siempre una versión perfecta de sí mismo
genera sentimientos de frustración,
inestabilidad emocional y trastornos psicológicos”.
Antonio de Dios subraya que la clave para
evitar que nuestro cerebro sea el origen de nuestro malestar más
profundo radica en ser consciente de nuestra identidad única
e iniciar un proceso de conocimiento de nuestra propia existencia basado en
apartados fundamentales:
-
Autoevaluación: ¿Quién soy realmente,
más allá de mis miedos?, ¿Cuáles son mis
valores?
-
Coherencia: adquirir un compromiso de coherencia con nuestros valores y tomar
decisiones en base a esos principios personales.
-
Coraje: para enfrentarnos a los miedos grabados en nuestro cerebro límbico
y soltar los anclajes de las defensas elaboradas a lo largo de nuestra vida.
Ser consciente de que ahora somos un adulto con plenas capacidades para cuidar
y dar seguridad a un niño.
-
Cariño: si nos tratamos bien a nosotros mismos,
como se cuida a un bebé vulnerable,
tendremos la fuerza suficiente para afrontar los retos diarios.
-
Constancia: puesto que hemos repetido ciertos comportamientos durante
años que han creado conexiones neuronales muy profundas, ahora debemos tener
perseverancia para repetir las nuevas conexiones que reestablezcan nuestro
equilibro interior.
-
Corazón: Cuando acallamos los pensamientos de la mente,
se abre un espacio de silencio en el que podemos escuchar al corazón y no se
trata de un sonido figurativo sino lo que los japoneses llaman
KoKoRo. Cada latido genera un impulso
electromagnético lleno de información que
manda a todas nuestras células y que
compartimos con los demás que
se encuentran en nuestro campo bioenergético.
Si conectamos con el corazón, conectamos con nuestra esencia.
Servicio de Psicología
de Quirónsalud Marbella
El servicio de Psicología de Quirónsalud Marbella
está formado por psicólogos y
psicólogas de reconocida trayectoria y diferentes especialidades que ofrecen
una respuesta global a las necesidades de cada paciente.
La estructura de trabajo de esta Unidad se
basa en el objetivo de resolución de los síntomas
que afectan a la persona mediante procesos de análisis
y evaluación de la raíz
del problema para conseguir, en el menor tiempo posible, que el paciente pueda
recuperar la libertad y la felicidad en su vida.
El campo de actuación de los especialistas
del Servicio de Psicología
trasciende del campo de atención a un trastorno o enfermedad concreta. Los
especialistas, desarrollan sesiones específicas
encaminadas a ayudar a las personas a sentirse más
satisfechas y a superar cualquier tipo de insatisfacción vital como es el caso
de falta de autoestima. Asimismo, diseñan trabajos de desarrollo personal para
ayudar a la persona a descubrir sus recursos y superar sus limitaciones para
aprovechar y disfrutar de su vida en toda su amplitud.
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