La falta de investigación en nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento del
asma infantil hace difícil establecer medidas para afinar en los orígenes de la
enfermedad y evitar la aparición de nuevos casos, según la Sociedad Española de
Inmunología Clínica, Alergología y Asma Infantil (SEICAP). Desde la SEICAP, con
motivo del Día Mundial del Asma que se celebra este martes, quieren concienciar
sobre la importancia de contar con nuevas herramientas que permitan aclarar las
causas concretas, identificar el tipo de asma y ajustar el tratamiento adecuado
a cada caso. En España, alrededor del 10% de la población en edad escolar sufre
asma, según la SEICAP. “Estos niños ven afectada su calidad de vida debido a las
frecuentes visitas a urgencias o ingresos hospitalarios y las consiguientes
faltas de asistencia al colegio”, señala el doctor Javier Torres, coordinador
del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de SEICAP.
Unos 334 millones de personas en todo el mundo tienen esta enfermedad
respiratoria que se desarrolla con mayor frecuencia en la primera infancia,
según el Informe Mundial del Asma 2014. La carga del asma,
medida por discapacidad y muerte prematura, es mayor en los niños con edades
comprendidas entre los 10 y 14 años. De hecho, es la cuarta enfermedad que más
años de discapacidad causa a esa edad en todo el mundo según el Institute for Health Metrics and Evaluation con
datos recopilados en 2010. “Dada la alta prevalencia del asma, es preciso tomar
conciencia de la importancia de una mayor labor de investigación que permita
identificar los distintos fenotipos y orígenes para poder anticiparnos a la
enfermedad y prevenir que aparezcan nuevos casos”, comenta el doctor Luis García
Marcos, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la
SEICAP. Por otro lado, resalta este especialista, “esto conllevaría el ahorro de
muchos costes asociados al tratamiento y atención de los pacientes”.
Las herramientas de diagnóstico y tratamiento del asma infantil “están
estancadas pues se usan las mismas que hace 10 años por lo que es necesario unas
nuevas para indicar un tratamiento más individualizado, ya que no todos los
casos son iguales, ni el asma de los niños es como el de los adultos y ni
siquiera todos los niños tienen el mismo tipo de asma”, comenta el doctor Luis
Moral, miembro del mismo grupo de SEICAP. Esto, señala este especialista, puede
dificultar, en parte, “la correcta aplicación de la medicación. Hay familias que
no siguen el tratamiento cuando los niños no tienen síntomas o que no saben usar
de manera adecuada los inhaladores”. Los resultados de una encuesta publicada en
abril en Allergy
and Asthma Proceedings revelan como muy pocos pacientes están
seguros de hacer un uso correcto de los inhaladores.
Las sibilancias recurrentes en lactantes suponen la expresión clínica más
frecuente de asma a esa edad. De
hecho, hasta tres de cada diez niños con sibilancias en el primer año de vida
tendrán asma en el futuro ,
según datos de la SEICAP. “Si se identifican a tiempo y se estudia su origen es
posible que se pueda frenar la aparición futura del asma”, asegura el doctor
García Marcos. Otro factor de riesgo añadido son las infecciones respiratorias.
Una investigación publicada en abril en Plos
One concluyó que los menores de 3 años hospitalizados por
infecciones agudas tienen un mayor riesgo de desarrollar asma entre los 3 y los
10 años.
La labor investigadora “permitiría una mejor gestión y control de la
enfermedad asmática”, indica el doctor García Marcos. De hecho, el impulso de
estrategias por parte de las distintas administraciones, según el Informe
Mundial del Asma de 2014, “mejorará el diagnóstico precoz, el control de la
enfermedad a largo plazo y la introducción de medidas para la propia autogestión y
prevenir las crisis”.
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