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23 May 2019

Las infecciones del sitio quirúrgico son la complicación quirúrgica más frecuente e incrementan en más de una semana de media la estancia del paciente afectado




La compañía Johnson & Johnson Medical Devices tiene un firme compromiso con la innovación y la sostenibilidad del sistema. Por ello ha participado en el 21 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), celebrado en Santiago de Compostela bajo el lema “Innovación: camino de la sostenibilidad”.

Así, mediante la celebración del taller 'Retorno de la inversión en la prevención de las infecciones quirúrgicas' se ha propiciado el debate sobre la importancia de este tipo de infecciones, que representan una de las complicaciones más frecuentes de la cirugía y la infección hospitalaria más frecuente, influyendo su aparición en la calidad de vida del paciente, incrementando el coste del tratamiento y afectando de manera significativa a la organización de los recursos del hospital.

“Las infecciones del sitio quirúrgico -–aquellas que ocurren en la incisión quirúrgica o cerca de ella, durante los primeros 30 días, o hasta un año, si se ha dejado un implante-  afectan a la calidad de vida del paciente de diferentes formas, desde un aumento de su estancia hospitalaria, que necesite más medicación y curas por un tiempo más prolongado, sufrir una o varias reintervenciones, reingresos, e incluso fallecer a consecuencia de ésta”, señala el Dr. Manuel Bustamante Montalvo, jefe de servicio de Cirugía de la Xerencia de Xestión Integrada de Santiago de Compostela y ponente de este taller. 

“Los hospitales nos hemos vuelto cada día más complejos atendiendo a una población envejecida, polimedicada y haciendo unas intervenciones de una dificultad extrema, pero probablemente entre un 50-60% de estas infecciones sea evitable con el cumplimiento y conocimiento de las medidas preventivas por parte de los profesionales sanitarios”, apunta.

Este aspecto es clave, más teniendo en cuenta que este tipo de infecciones incrementan en más de una semana de media la estancia hospitalaria del paciente afectado.

La Xerencia de Xestión Integrada de Santiago de Compostela ha promovido este último año un estudio con 5.081 pacientes de distintos servicios quirúrgicos (Cirugía General, Traumatología, Neurocirugía. Urología y Ginecología) para avanzar en este campo.

El estudio consistió en dos grupos, utilizando en uno las suturas convencionales y en el otro unas suturas recubiertas con un antiséptico (Triclosán) con el objetivo de determinar si había un descenso en las ISQ. Los resultados muestran una reducción del 29,9% de la tasa de infección con el uso de Triclosán (7,22% de tasa de infecciones en el grupo de suturas convencionales frente a un 5,06% en las recubiertas) y se evitó que 61 pacientes en los tres meses del estudio en el que se usaron las suturas con antiséptico desarrollaran una ISQ.

Para el Dr. Bustamante,  el ahorro observado en el estudio con la puesta en funcionamiento de las suturas ha sido una disminución significativa en la tasa de ISQ, “pero derivado de esto en un año se evitaría la infección en 244 pacientes, lo que supondría 3.172 días de estancia que equivalen a 7 camas disponibles diarias y un “ahorro” calculado por coste de cama día de más de millón y medio de euros, aunque más que de ahorro tenemos que hablar de eficiencia en el gasto pues no es un ahorro como tal sino redistribución en el resto de los procesos”.

Por ello, “prácticamente todo lo que se haga para prevenir la ISQ es coste-efectivo, pues el gasto derivado tanto económico (difícil de cuantificar, pero millonario) como en la calidad de vida del paciente es muy importante”, subraya este especialista.

Por último, para poder seguir reduciendo las infecciones de sitio quirúrgico en el futuro, para el Dr. Bustamante resulta clave medir, saber realmente la cifra exacta de ISQ para que los Comités de infecciones y los distintos servicios implicados puedan actuar. “Igualmente, es fundamental continuar avanzando en la prevención de estas infecciones y apurar al máximo todas las medidas preventivas demostradas con una política sanitaria que insista e invite al cumplimiento de éstas”.


Experiencias en reordenación asistencial
Por su parte, diferentes profesionales han abordado la reordenación asistencial en nuestro Sistema de Salud en el marco del 21 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria.

En la mesa ‘Experiencias en reordenación asistencial’, celebrada con el patrocinio de Johnson & Johnson Medical Devices Companies como muestra de su compromiso de aportar valor al sistema de salud, se ha podido profundizar sobre cómo se estructura nuestro sistema asistencial al tiempo que se han presentado experiencias de automatización y digitalización dentro del marco quirúrgico.

Asimismo, se han abordado los últimos avances en el análisis de la variabilidad clínica, experiencias en reordenación de procesos asistenciales o la eficiencia en la gestión de consultas.

En este sentido, la Dra. Soledad Romea, directora de Procesos del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, ha indicado que los profesionales sanitarios “deben liderar, participar y corresponsabilizarse en el cambio organizativo que requiere el sistema para dar respuesta a los retos del entorno actual, dado que son quienes están más cerca de la realidad asistencial.  Asimismo, es necesario incorporar a los pacientes en la mejora de procesos, para así identificar el valor desde su punto de vista y mejorar los resultados de salud que son importantes para él”.

Para facilitar esta transformación cultural y organizativa orientada a la mejora de los resultados en salud que son importantes desde el punto de vista del paciente, el Hospital Universitario Vall d’Hebron ha desplegado el Modelo de Procesos Avanzados desde el año 2015 y su aplicación ha obtenido una reducción de la variabilidad, una eliminación de actividades de ‘no valor’, una mejora en la eficiencia del flujo (de paciente, de material y de información), en la seguridad y en la adecuación de la práctica clínica, una mayor trabajo en equipo y una mayor satisfacción del paciente. 

Para obtener estos resultados, se han realizado cambios a 3 niveles: en la organización (con una evolución de un modelo tradicional jerárquico, estructurado por direcciones y servicios compartimentados, hacia una estructura matricial); en la manera de trabajar (enfatizando el trabajo en equipo, una visión compartida y la integración de la mejora continua en la rutina diaria) y en la relación con los pacientes, los profesionales y los proveedores (creando un nuevo modelo de relación que permita compartir conocimiento y evolucionar de compra de producto o servicio, a compra de resultado en salud).

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