En España, entre el 14 y el 30 % de las gastroenteritis
agudas están causadas por el rotavirus, requiriendo hospitalización en uno de
cada cuatro casos. Los recién nacidos prematuros constituyen la población de
mayor vulnerabilidad frente a este virus que afecta, sobre todo, en los dos
primeros años de vida, tanto por el riesgo de contagio como por la mayor
probabilidad de presentar complicaciones. Por este motivo la Asociación
Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Neonatología (SENeo) han
elaborado un documento de consenso en el que abogan por la vacunación frente al
rotavirus sin retraso de los neonatos pretérmino, aunque esto suponga
administrarla durante la hospitalización. El escrito elaborado por ambas
sociedades científicas incluye una serie de recomendaciones a seguir para
llevar a cabo esta vacunación de forma eficaz y exitosa, además de recopilar la
evidencia científica existente al respecto. Según los expertos, esta medida
podría beneficiar a un 10% de los recién nacidos prematuros.
En palabras del doctor Máximo Vento Torres, presidente
de la SENeo, los prematuros y los neonatos con bajo peso al nacer presentan un
mayor riesgo de enfermedad grave por rotavirus incluso varios meses después del
nacimiento. “Esto se debe a que han tenido una menor transferencia materna
de anticuerpos y, a que la tasa de lactancia materna en ellos es menor que en
aquellos recién nacidos a término”, aclara. Por este motivo, añade el doctor
Javier Álvarez Aldeán, del Comité Asesor de Vacunas de la AEP (CAV-AEP), “resulta
especialmente necesario protegerles frente a la posible infección. La
vacunación frente a este virus en niños prematuros ha mostrado una eficacia
similar a la comunicada en los niños nacidos a término y una relación
beneficio-riesgo adecuada para su utilización”.
La infección por rotavirus cursa en forma de vómitos, diarrea
y, a veces, fiebre. “Generalmente, la infección suele evolucionar de forma
favorable con la curación en pocos días. Sin embargo, especialmente en
lactantes menores de dos años, si la diarrea y vómitos se producen con
demasiada frecuencia, pueden surgir dificultades para reponer la pérdida de
líquidos a través de la ingesta y aparece la deshidratación, que supone la
principal causa de hospitalización por gastroenteritis aguda en nuestro país”,
explica el doctor Vento.
El retraso en la vacunación, principal obstáculo
Desde la AEP y la SENeo insisten en que los prematuros
reciban la vacuna sin retrasos, incluso durante la hospitalización si fuera
necesario. “Con frecuencia los prematuros, especialmente aquellos cuyo peso
es inferior a 1500 gramos, suelen estar hospitalizados cuando les corresponde
la administración de la primera dosis, y siempre que su la condición clínica
del niño lo permita la vacunación debe realizarse a tiempo, incluso si están
hospitalizados, ya que esperar hasta después del alta puede conllevar que se
supere la edad para recibir la vacuna, y, en definitiva, que se reduzca la
cobertura en esta población”, añade el doctor Álvarez Aldeán.
Según recoge este documento, una de las razones por las que
la vacuna se utiliza menos en prematuros hospitalizados que en recién nacidos
llegados a término es el riesgo potencial de transmisión horizontal. En este
sentido, el doctor Vento asegura que “tanto el riesgo de diseminación a
otros niños como consecuencia de la eliminación del virus vacunal en heces como
el de infección nosocomial durante la hospitalización resultan bajos, según los
estudios realizados. En cuanto a los efectos adversos, los análisis han probado
que la frecuencia de fiebre, vómitos, diarrea e irritabilidad resultan
similares entre niños vacunados y aquellos a los que se les ha administrado el
placebo, lo que prueba su seguridad”.
Recomendaciones generales en prematuros
El doctor Álvarez Aldeán incide en que en el caso del
rotavirus se deben seguir las mismas recomendaciones generales de vacunación
para prematuros que propone el Comité Asesor de Vacunas de la AEP. “En
términos generales, se debe vacunar al recién nacido de acuerdo con su edad
cronológica e independientemente de su edad gestacional, iniciar la vacunación
a partir de las 6 semanas de vida y no retrasar la edad de vacunación, salvo en
situaciones excepcionales” insiste el experto. “La efectividad de la
vacunación en neonatos prematuros es elevada y la reactogenicidad es similar a la
de los recién nacidos a término, por lo que la vacuna frente al rotavirus
debería ser una práctica habitual en las unidades de neonatología cuando se
alcanzan las 6 u 8 semanas de vida en prematuros clínicamente estables”.
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