El tabaquismo es un hábito extremadamente
perjudicial para la salud, que continúa estando muy presente la población en
general. En España, el 25% de la población sigue fumando y el 22,3% lo hace a
diario, práctica que supone la primera causa evitable de muerte prematura en el
mundo, según el documento “Tabaquismo y Cáncer en España” de la Asociación
Española Contra el Cáncer.
Con sus más de 4.000 componentes tóxicos,
el humo del tabaco afecta de manera directa a la salud bucodental. El tabaquismo
influye en la salud bucodental de las personas, afectando negativamente el
resultado de casi todos los procedimientos terapéuticos realizados en la
cavidad oral. Por ejemplo, la curación tras una intervención dental como la
extracción de una pieza o tras realizar algún tipo de cirugía oral es mucho más
lenta en las personas que fuman, y es mucho más probable que sufran patologías
bucales como gingivitis o sangrado de encías e incluso son más propensos a la
aparición de caries.Las consecuencias del tabaco también pasan por aspectos estéticos, las manchas o tinciones en los dientes son una de las causas más visibles de los fumadores. La nicotina, el monóxido de carbono, nitrosaminas, bencenos, aldehídos y cianuro de hidrógeno son las toxinas que más perjudican a nivel bucal.
Más de 37.000
fumadores desarrollan cáncer oral al año
“La consecuencia más grave
del tabaco en nuestra boca es, sin duda, el cáncer oral, en el que la tasa
de mortalidad a los cinco años del diagnóstico es muy elevada, del 50%, aunque
disminuye cuando se realiza un diagnóstico precoz. Además, entre el 75 y
el 90% de los casos de cáncer oral están vinculados a personas fumadoras y
que consumen alcohol con frecuencia”, afirma Manuela Escorial, odontóloga de la
Dirección Asistencial de Sanitas Dental”.
El riesgo que tiene un fumador de padecer cáncer de la cavidad oral es
cinco veces mayor que el de una persona que no fuma. La boca es la primera
parte de nuestro cuerpo que siente el humo del tabaco y, por lo tanto, en los
labios, la lengua y las glándulas salivales se quedan impregnados los
componentes tóxicos que contiene.
Las lesiones que se pueden encontrar en la boca y que tienen mayor riesgo
de complicarse son las leucoplasias, descritas como placas blanquecinas que no
pueden desprenderse por raspado, forman parte del epitelio y están en
crecimiento. Se atribuyen principalmente al tabaco y son precursoras del cáncer
oral en un 10% de los casos.
El tabaco favorece la
periodontitis
Se calcula que entre el 30 y 40% de los casos de
periodontitis crónica pueden ser atribuibles al tabaco. La enfermedad periodontal es una patología de la cavidad
oral que consiste en la inflamación de las encías normalmente causada por el
acumulo de placa que va asociada a una pérdida del hueso. Un fumador tiene
mucho más riesgo de sufrir periodontitis; además, está demostrado que en casos
de fumadores se produce un mayor acumulo de cálculo dental o placa.
La nicotina que contienen los cigarrillos
disminuye el sangrado de las encías debido a su efecto de estrechamiento de los
vasos sanguíneos, enmascarando así la patología y haciendo creer al fumador que
sus encías están sanas cuando no es así, “es recomendable que las personas
fumadoras acudan al dentista habitualmente, ya que presentan un peor pronóstico
ante problemas periodontales y periimplantarios. Por ello, las tasas de éxito
de determinados tratamientos se ven reducidas y se hace necesario identificar
el problema en una fase temprana. Es importante mantener una odontología
preventiva y para ello el papel del seguro dental juega un rol fundamental en
estos casos”, explica Escorial.
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