Tras más de un año desde el inicio de la pandemia y del confinamiento total que se vivió en muchos países, aún hoy seguimos viviendo con muchas limitaciones que nos recuerdan que el Covid sigue formando parte de nuestra normalidad. Si bien los planes de vacunación avanzan, la incertidumbre en torno a estos también lo hace ante las incesantes incidencias alrededor de algunas vacunan que ponen en peligro el avance hacia la consecución de la tan deseada inmunidad de rebaño, que significaría la vuelta a algo parecido a lo que era la vida antes de la pandemia.
Conscientes de esta situación, Ipsos ha realizado
un estudio para el Foro Económico Mundial en 30 países para conocer la
percepción ciudadana sobre la posibilidad de llegar a la nueva normalidad en
los próximos meses, así como el impacto en la salud mental de los ciudadanos
tras más de un año viviendo en pandemia.
En este sentido, un 59%, de media global, de los
ciudadanos entrevistados confían en poder tener en los próximos 12 meses una
vida similar a la que disfrutaban antes de la pandemia. Algo que los españoles
no ven posible en ese periodo de tiempo, ya que casi la mitad (45%) considera
que pasará más de un año hasta volver a la vida que disfrutaban antes de la
llegada de la Covid-19, lo que sitúa a España como el segundo país europeo más
pesimista en lo que respecta a la vuelta a la normalidad, tan solo por detrás
de Italia (47%) y superando a Francia (44%).
Pero para poder volver a la normalidad primero hay
que controlar la pandemia, algo que la mayoría de los países a nivel mundial
considera que llegará en un período de entre unos 7 y 12 meses. Sin embargo, los
españoles se sitúan de nuevo entre los más pesimistas, ya que casi la mitad de
la población (47%) cree que llevará más de 12 meses, posicionándose, de nuevo, como
el segundo país europeo más pesimista tras Suecia (49%) y por delante de
Francia (46%).
Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental
La incertidumbre generalizada, el impacto
económico, la falta de movilidad, el poco contacto con amigos y familiares y
las limitaciones en el tiempo de ocio son algunos de los aspectos que más han impactado
en los ciudadanos durante el último año, por ello, no es de extrañar que muchos
sientan lo que ya se ha bautizado como “fatiga pandémica”.
Pero más allá de estos nuevos términos, el 45%, de
media global, de los adultos de todos los países entrevistados afirman que su
salud emocional y mental ha empeorado desde el comienzo de la pandemia. Algo
que también es así para el 51% de los españoles, ocupando el cuarto lugar como
país europeo más afectado en este sentido por detrás de Hungría (56%), Italia
(54%) y Reino Unido (52%).
Si nos fijamos en la incidencia sobre la salud
mental solo en lo que va de año y no desde el inicio de la pandemia, se observa
que España es el cuarto país a nivel global en el que más ha empeorado su salud
mental y emocional, ya que el 35% de los españoles confiesan sentir que ésta ha
mermado desde entonces, frente al 13% que considera que en estos meses su salud
mental ha mejorado. En este sentido, Turquía se convierte en el país, a nivel
mundial, en el que más ha empeorado (43%), seguido de Hungría (38%), y Francia,
donde un 37% de los franceses admiten que su salud mental y emocional ha
empeorado desde el inicio del 2021.
Sobre el estudio
Estos son los resultados de una encuesta realizada
por Ipsos para el Foro Económico Mundial
en 30 mercados a través de su plataforma online Global Advisor. Ipsos
entrevistó a un total de 21.011 adultos de entre 18 y 74 años en Estados
Unidos, Canadá, Hong Kong, Malasia, Sudáfrica y Turquía, y de 16 a 74 años en
otros 24 mercados entre el viernes 19 de febrero y el viernes 5 de marzo de
2021.
La muestra se compone de aproximadamente 1.000
individuos en cada uno de los siguientes países: Alemania, Arabia Saudí,
Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, China (continental), España, Estados
Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia, y de 500 individuos en Argentina,
Chile, Colombia, Corea del Sur, Hong Kong, Hungría, India, Malasia, México,
Países Bajos, Perú, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Turquía.
Las muestras de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica,
Canadá, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Hungría,
Italia, Japón, Países Bajos, Polonia y Suecia pueden considerarse
representativas de la población adulta menores de 75 años en estos países.
Las muestras de Brasil, Chile, China (continental),
Colombia, Hong Kong, India, Malasia, México, Perú, Rusia, Arabia Saudí,
Sudáfrica y Turquía son más urbanas, más formadas y/o más acomodadas que la
población general. Los resultados de las encuestas de estos países deben
considerarse como un reflejo de las opiniones del segmento más
"conectado" de su población.
Los datos se ponderan para que la composición de la
muestra de cada mercado refleje lo mejor posible el perfil demográfico de la
población adulta según los datos del censo más reciente en cada uno de los
países que participan en el estudio.
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