Un invierno con temperaturas suaves, mayor humedad e intensas lluvias va a dar lugar, según los expertos, a “una primavera intensa para los alérgicos, incluso a pesar del uso de la mascarilla, que además de prevenir el Covid-19 también está teniendo beneficios frente a ciertas alergias al no dejar pasar las partículas a las vías respiratorias”, apunta la doctora Leticia Herrero, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga.
En primavera se polinizan de forma importante, y en
ocasiones explosiva, pólenes de plantas, como la parietaria o las gramíneas, y
árboles, como el olivo, el plátano de sombra o el ciprés. Este año, al haber
tenido un invierno más cálido y de buen regadío, “las plantas han aumentado su
polen afectando mayormente a los alérgicos”. Además, tal y como indica la
doctora Lourdes Romualdo, jefa de Servicio de
Alergología del Hospital Quirónsalud Marbella, “los pacientes afectados de alergia a ácaros del
polvo también sufren una mayor crisis de sintomatología alérgica por el
aumento de la humedad, que propicia en estos meses que los ácaros estén
presentes en mayor proporción en nuestro ambiente”.
Y no solo lo anteriormente mencionado repercutirá
en las alergias, que afectan al 30% de la población española y el 25% del
mundo, sino que también el cambio climático, las partículas diésel de los
combustibles y la falta de lluvias de los últimos años han provocado que los
pólenes sean más agresivos, creando síntomas bronquiales y de mayor magnitud.
Así, un paciente alérgico al polen tendrá “mayor
probabilidad de presentar estornudos en salva (hasta 10-20 estornudos
seguidos), además de congestión nasal, rinitis, picor de ojos, conjuntivitis, e
incluso falta de aire en relación con la exposición al aire libre y de
predominio los días de viento”, declara la alergóloga Leticia Herrero. Probablemente, mejorará al
entrar en casa, donde también estamos pasando más tiempo. Pero, de forma
contraria, precisamente esto va en detrimento de los pacientes alérgicos a los
ácaros del polvo o a la humedad, ya que “su clínica empeorará en espacios
cerrados, especialmente al realizar el cambio de armario en estas fechas o al
hacer la limpieza en casa, y sentirá cómo se taponan las fosas nasales,
presenta falta de aire o escucha ruidos sibilantes en su respiración; síntomas
del asma bronquial, que es de origen alérgico en un 85% de los casos”,
explica.
Pocos cambios por el uso de
la mascarilla
En este tipo de alergias, “el uso de la mascarilla
limita la exposición al exterior reduciendo los síntomas respiratorios, pero
sigue afectando a los ojos, que pueden presentar picor, enrojecimiento o
lagrimeo, porque continúan estando expuestos al exterior. Así que la mascarilla
algo frena el polen, pero no totalmente”, advierte la doctora Romualdo, quien también destaca que
tampoco ayuda que “no todo el mundo lleva la mascarilla bien ajustada”.
En el caso de la alergia a los ácaros, al
producirse más en ambientes cerrados, como nuestras casas, en los que la
mascarilla no es necesaria, sigue afectando de la misma manera.
¿Cómo podemos diferenciar
entre los síntomas de alergia y de Covid-19?
“Principalmente, un paciente con alergia
respiratoria no desarrolla fiebre durante su cuadro alérgico, excepto cuando el
cuadro se complica con una infección viral o bacteriana, y el paciente suele
mejorar según disminuye su exposición a los alérgenos, contrario a lo que
ocurriría con una infección Covid-19”, destaca la doctora Herrero. Lo
mismo ocurre con los síntomas respiratorios, que disminuyen al limitar el
contacto con el alérgeno o con medicamentos como antihistamínicos o
corticoides, siempre bajo la administración y supervisión de un especialista.
Por ello, ante la duda de presentar un cuadro
similar a alergia o sospecha de infección Covid, las responsables de Alergología
de
Quirónsalud
Málaga y Marbella recomiendan acudir a un
profesional. La comunidad científica está de acuerdo en que el Covid-19 no
afecta más al paciente alérgico, pero, en cualquier caso, “lo esencial es
presentar un buen control de su enfermedad, sobre todo si además de un cuadro
de rinoconjuntivitis o síntomas oculonasales, presenta asma bronquial. Para
ello, debe consultar con un especialista para valorar la necesidad de
medicación de rescate o mantenimiento y también la realización de
inmunoterapia frente a la alergia concreta de cada paciente, no olvidemos
que la mayoría de los pacientes consiguen controlar su asma y resto de
enfermedad alérgica, incluso no precisando inhaladores en ningún momento del
año”, declara la alergóloga Lourdes Romualdo.
Las expertas insisten en que el paciente alérgico
cumpla el tratamiento en su ciclo completo porque tiene incluso beneficios
frente al diagnóstico de Covid-19. “Lo hemos visto en pacientes asmáticos
alérgicos que crean citoquinas que impide la entrada del Covid al cuerpo y
crean una serie de células que destruyen todo lo que entra. El tratamiento de
corticoides también les protege más, ya que su sistema inmune lo bloquea.
También hacemos mucho hincapié en que mantengan el tratamiento los asmáticos
más severos, como los EPOC, que no están tan protegidos”.
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