Como
explica la doctora Marta Torrens, Directora de
Adicciones del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Parc de Salut Mar,
en Barcelona, “alrededor del 6-7% de los españoles pueden sufrir
depresión dual a lo largo de su vida, más las mujeres que los hombres. Todas
las sustancias de abuso se asocian a la depresión dual. Son más frecuentes las
que son más accesibles y de las que hay más consumo: tabaco y alcohol”.
Así, el 40%
de las personas con depresión presenta un uso problemático del alcohol, lo que empeora la sintomatología, el
pronóstico de su enfermedad y dificulta la recuperación.
La depresión
constituye la comorbilidad más común en patología duali.
En los distintos estudios la prevalencia de esta asociación es muy amplia
(12-80%) porque depende de muchos factores: desde el tipo de
sustancia de abuso (tabaco, alcohol, cocaína, opiáceos, hipnosedantes…);
si el estudio se ha realizado en centros de salud mental o en centros de
adicciones, en prisiones, o en poblaciones marginadas; así como aspectos
metodológicos como los criterios diagnósticos y los instrumentos diagnósticos
utilizados. Los pacientes con depresión
tienen el doble de posibilidades de desarrollar un trastorno por
consumo de sustancias, y viceversa. Además, el trastorno
depresivo mayor comórbido con un trastorno por consumo de sustancias es más
frecuente en mujeres que en hombres.
La presencia
de depresión dual hace que el curso de ambas comorbilidades sea desfavorable,
con una peor respuesta al tratamiento y un peor pronóstico. Se ha
observado que la presencia de episodios depresivos facilita la recaída
en el consumo en personas con trastorno por consumo de sustancias; asimismo,
diversos estudios han observado que la comorbilidad del trastorno por
consumo de sustancias en pacientes con depresión aumenta la gravedad
clínica de estos pacientes: existe un mayor riesgo de conductas suicidas y
presentan una edad más temprana de aparición del trastorno depresivo, mayor
intensidad de la sintomatología depresiva, mayor frecuencia de aparición de
trastornos de ansiedad concurrentes y mayor deterioro funcional.
Según la Dra.
Torrens, “los estudios demuestran un aumento del riesgo suicida en los
pacientes con depresión dual. Este riesgo puede variar según poblaciones,
sustancias, pero en general se sitúa entre 2 y 3 veces más que los que sólo
padecen un tipo de trastorno”.
Los
pacientes duales revisten una especial gravedad tanto desde la
perspectiva clínica como social, y constituyen un reto terapéutico no
solo a título individual, ya que presentan también mayores tasas de desempleo y
marginación y más conductas violentas que aquellos que solo tienen diagnóstico de drogodependencias o de otro
trastorno psiquiátrico.
Tres son las principales
hipótesis propuestas para explicar la elevada concurrencia de depresión
y trastorno por consumo de sustanciasi: el hecho de que
comparten factores de riesgo comunes, como acontecimientos vitales
estresantes, traumas psicológicos, vulnerabilidad genética y/o alteraciones
neurobiológicas previas que conducen a la aparición de ambos trastornos, sin
que exista una relación causal entre ellos; que el consumo continuado de
algunas sustancias de abuso conlleva cambios neurobiológicos a través de
mecanismos neuroadaptativos que median la depresión; y, por último, que el trastorno
por consumo de sustancias se desarrolla para aliviar la depresión
–hipótesis de la automedicación-. En este caso, la depresión incrementa las
conductas de riesgo de consumo.
Tratamiento
dual
El
tratamiento de la depresión dual debe plantearse desde un modelo
integrador, teniendo en cuenta ambos trastornos y tratándolos de forma
conjunta y simultánea y, además a largo plazo].
Para la Dra.
Torrens, “la depresión dual debe tratarse de forma integrada, como un
todo: mejorando la sintomatología depresiva y disminuyendo el consumo mediante
estrategias psicoterapéuticas y farmacológicas que tengan en cuenta ambos
componentes. Es más complicada que la depresión sin adicción o la adicción sin
depresión”.
El consumo
de sustancias no debe ser una limitación para el tratamiento del trastorno
depresivo, y viceversa, debe tratarse la adicción aunque un paciente se halle
en un episodio depresivov. Como afirma la Directora de Adicciones
del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Parc de Salut Mar, “todos
los estudios disponibles refuerzan la necesidad de tratar conjuntamente la
depresión dual. El fracaso terapéutico se relaciona con el hecho de realizar
tratamientos secuenciales, esto es, primero una patología (por ejemplo, la
depresiva) y después, la otra (por ejemplo, la adictiva). Esto hace que
mientras no se trata una de ellas empeora la otra. Finalmente empeoran las dos.
Por eso hablamos de tratamiento dual para la patología dual”.
Mirando al
futuro, la Dra. Torrens apunta como uno de los principales retos para un
mejor abordaje de la enfermedad “aplicar tratamientos farmacológicos que
demuestren su eficacia, tolerabilidad y seguridad en la depresión dual con el
máximo nivel de evidencia, es decir, diseñar estudios con el máximo nivel de
evidencia que contemplen como población de estudio los pacientes con depresión
dual”.
No comments:
Post a Comment