La Dra.
Teresa Padró, investigadora senior y coordinadora de la línea de
investigación en “biomarcadores de la evolución de la enfermedad
cardiovascular” en el Programa-ICCC Cardiovascular del Institut de Recerca del
Hospital Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, ha liderado un taller en el XX
Congreso Semergen-Galicia 2019, en la que ha podido hablar sobre el
beneficio del consumo moderado de bebidas fermentadas y su efecto en la salud
cardiovascular.
Según el estudio publicado en la revista científica Nutrients “Consumo
moderado de cerveza y salud cardiovascular en personas con sobrepeso”1, la ingesta de cerveza no solo
ayuda a reducir los factores tradicionales de riesgo cardiovascular, sino que,
además, ejercen efectos protectores directos sobre los vasos sanguíneos.
Durante su intervención, la Dra. Padró, una de las autoras de dicho
estudio, ha señalado que “el consumo moderado de cerveza se podría asociar
con efectos positivos en la función de las HDL (colesterol bueno), que aumentan
su capacidad de proteger contra la oxidación de las LDL (colesterol malo), y
mejoran el transporte reverso del colesterol que puede evitar la deposición de
lípidos en la pared del vaso sanguíneo”. Además, “el estudio proporciona
evidencia de que la ingesta de cerveza sin alcohol o tradicional en cantidades
moderadas durante el periodo estudiado, no modifica o solo induce cambios
mínimos dentro del rango de normalidad clínica en biomarcadores plasmáticos de
la función hepática y renal”, ha explicado la doctora.
Este estudio se ha realizado con un diseño longitudinal cruzado, es
decir, los sujetos participantes se dividieron en dos grupos que consumieron
durante cuatro semanas cerveza tradicional y posteriormente, cerveza sin
alcohol o viceversa. Ambos, consumieron los dos tipos de cerveza en periodos
diferentes y no mostraron alteraciones en la presión arterial o la frecuencia
cardiaca, al contrario de lo que ocurre con el consumo excesivo de alcohol.
Asimismo, según el estudio, en la población con sobrepeso y con un
endotelio funcional, tras la ingesta moderada de cerveza (tradicional y sin
alcohol), no se observaron alteraciones en el índice de masa corporal, ni en la
función endotelial ni al grado de rigidez vascular, ni en marcadores de
inflamación sistémica. Por el contrario, se observó que esta toma podría
aumentar el colesterol HDL y reducir el daño por estrés oxidativo a nivel
sistémico.
Igualmente, la ingesta de esta bebida fermentada no tiene efectos
perjudiciales vasculares, ni aumenta el peso corporal de los individuos obesos,
“durante el estudio, no se produjeron cambios significativos en el peso
corporal, IMC o la circunferencia de la cintura de la población estudiada”
ha querido destacar la Dra. Padró, haciendo hincapie en
que en nuestro pais más de el 60% de la población tiene exceso de peso (40%
sobrepeso y 22% obesidad).
Además, tampoco se modificaron los niveles de glucosa ni ningún
parámetro hematológico. ”Los resultados han concluido de que la ingesta
diaria , pero moderada de cerveza durante un estudio de intervención de ocho
semanas no produce cambios significativos en la función hepática o renal, ni
afecta al peso corporal, la glucosa en plasma o el patrón de presión
arterial más allá del rango normal en sujeros sanos a pesar de presentar sobrepeso
u obesidad” concluyó la experta.
Para finalizar, la Dra. Teresa Padró ha resaltado la importancia del
patrón de consumo de bebidas fermentadas afirmando que, si se consumen, es
necesario seguir un patrón de consumo moderado, siempre acompañado de alimentos.
Por el contrario, un consumo irregular y excesivo de alcohol, tendría efectos
negativos en la salud. Asimismo, señala que el consumo moderado de cerveza
consiste en la ingesta de entre una y dos cañas al día en el caso de las
mujeres (no más de 20 gramos de alcohol) y entre dos y tres cañas para
los hombres (no más de 30 gramos).
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