Hasta hace unos
años, una mujer que decidía emprender la aventura de la maternidad en solitario
debía enfrentarse a los prejuicios y convencionalidades de aquellos que
consideraban este modelo de familia poco común e incluso transgresor. Poco a
poco, estos “nuevos modelos de familia” se han consolidado y hoy representan
una parte importante de la radiografía social de muchos países. Solo en el
último lustro, IVI ha experimentado un incremento del 66% en el número de
tratamientos a mujeres sin pareja. Una cifra, cuanto menos, sorprendente.
“Se trata de una realidad cada vez
más frecuente entre mujeres que tienen muy claro que quieren formar una familia
y no quieren esperar al momento perfecto ni depender de una pareja para ello.
Para hacernos una idea de este escenario, en 2017, en IVI, las mujeres que optaban
por ser madres solas representaban ya casi un 12%, cifra que el año pasado
aumentó hasta un 20% del total de tratamientos realizados en nuestras clínicas
de España (entre mujeres solas, homosexuales y parejas heterosexuales). En el
caso concreto de Málaga, en los dos últimos años, este incremento en el número
de tratamientos a mujeres que deciden ser madres solas ha sido del 77%. Estamos
ante una tendencia social que aumenta exponencialmente año tras año”, comenta la
doctora Anabel Salazar, Directora de IVI Málaga.
Dependiendo del
perfil e historial médico de cada paciente, una mujer que decide afrontar la
maternidad en solitario puede conseguirlo mediante diferentes técnicas de
reproducción asistida: desde la inseminación artificial y fecundación in vitro
con semen de donante, hasta la donación de ambos gametos (semen y óvulos) o la
transferencia de preembriones donados por otras parejas.
“Nuestra experiencia nos muestra a
mujeres que tienen claro que la maternidad no tiene por qué depender
necesariamente de disponer de una pareja y vienen con la decisión tomada: nada
ni nadie frena su deseo de ser madres. Quieren saber qué posibilidades tienen
para conseguirlo y qué tratamientos personalizados podemos ofrecerles, ya que
muchas de ellas acuden pasados los 35 años, cuando la fertilidad desciende
notablemente”, explica la Dra. Salazar.
Repecto al perfil de paciente que inicia este proceso,
suele ser una mujer de entre 35 y 40 años, que ha alcanzado una estabilidad en
el plano laboral y financiero, y con una madurez emocional que le lleva a tomar
con firmeza la decisión de formar su familia de esta manera. Son mujeres que han
alcanzado sus principales objetivos vitales, pero tienen pendiente uno de los más
importantes para ellas: la maternidad.
Las ciudades españolas con mayor
demanda de maternidad en solitario
Analizando geográficamente los datos de IVI, las tres ciudades con mayor incremento de
tratamientos a mujeres sin pareja son Ibiza, Málaga y Almería. Estas vienen
seguidas por Mallorca, Las Palmas, Vigo, Madrid y Valencia.
“La medicina reproductiva juega un papel
esencial en este cambio de tendencia social cada vez más frecuente. A ello se
suma que muchas mujeres extranjeras acuden a España para hacer realidad su
deseo reproductivo, tanto por la calidad de nuestros profesionales como por un
marco legal más avanzado que el de sus países de origen”, concluye la Dra. Salazar.
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