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25 March 2023

Major European study confirms drop in suicides in last decade: may be linked to active measures to prevent suicide

 A major new study confirms the trend to fewer suicides in Europe. The findings show that suicide rates are down in 15 countries (including Germany and Italy), and stable elsewhere (including France, Spain and UK). Only Türkiye shows a significant increase. This work is presented for the first time at the European Congress of Psychiatry in Paris.


Suicide is one of the major causes of premature death, globally around 700,000 suicides are reported each year. European suicide rates have been generally dropping since the beginning of the century. Each suicide indicates a decision to end one’s life, and so in principle may be preventable.

EU statistics show that around 1.1% of all deaths are due to suicide2, meaning that in the EU an average year around 56,000 deaths as the result of suicide – more if the whole of Europe is considered.

The new study considered suicide rates, as listed in European public databases, in 38 European countries between 2011 and 2019. 15 of these countries showed a significant drop in suicides (adjusted for population), with no significant change in the other 22 countries. Türkiye was the only country to report a significant increase, although the reasons for this are unclear.

Researcher, Dr. Anna Gimenez (University of Barcelona) said:
“This work confirms that suicide rates continued to drop – or at worse held stable- across Europe in the 2011 to 2019 period. Psychiatric disorders are related to an overwhelming proportion of these cases. In the last years, several specific interventions and action plans for suicide prevention have been implemented in a number of European countries, and we believe that these might have had an impact on suicide trends. This contrasts with, for example, the United States3, where suicide rates increased by 36% in the 2000-2018 period, before beginning to drop. The differences in trends from country to country of course reflect local society, but may also reflect the adoption of measures to prevent suicide in each country. We’re not yet sure about this, but it seems the most likely cause. Previous research has shown that introducing these measures can be effective, so our next step is to confirm that the improvement is linked to this direct action.

 
The total suicides rate in Europe (38 countries) went down from 20 deaths for every 100,000 people in 2011 to 16 per 100,000 in 2019, a drop in suicide deaths of almost 20% in this period.

Lithuania, which previously had by far the highest suicide rate in Europe, showed the greatest drop in suicides.

All European countries have agreed to work with the World Health Organisation to implement suicide reduction measures, including4:

  • limiting access to the means of suicide (e.g., pesticides, firearms, certain medications);
  • interacting with the media for responsible reporting of suicide;
  • fostering socio-emotional life skills in adolescents;
  • early identification, assessment, and ongoing management of anyone who is affected by suicidal behaviours.
Co-researcher, Dr Giovanna Fico (University of Barcelona) said “Of course our study took us to 2019; COVID, and the ongoing war in Ukraine may affect suicide trends, but overall the trend in Europe is towards fewer successful suicides”.

Commenting, Professor Philip Gorwood (Ex-President of the European Psychiatric Association, University of Paris) said:

“As countries cope differently to reduce the burden of mental disorders, it is interesting to know which measures are efficient, and actually translate into something as crucial as a decrease of the suicidal mortality rate. Therefore this European study is very interesting, showing that there are large heterogeneities between countries, and that for a relatively important number of countries, it is indeed possible to reduce the number of deaths by suicide per year”
                    
The following 22 countries have shown no significant change in suicide rates from 2011 to 2019:
Bulgaria, Denmark, Estonia, Greece, Spain, France, Croatia, Cyprus, Luxembourg, Malta, The Netherlands, Portugal, Slovenia, Finland, Sweden, Iceland, Norway, United Kingdom, Montenegro, North Macedonia, Albania, Ukraine.
 
The European Congress of Psychiatry takes place from 25-28 March 2023, in Paris. It is Europe’s largest congress dedicated to psychiatry, with around 4500 attendees https://epa-congress.org/

29 March 2022

El Trastorno Bipolar multiplica por 15 el riesgo de suicidio

  

 

05 August 2020

La investigación sobre el programa de prevención del Suicidio ‘Cicerón’ desarrollada en el Hospital Costa del Sol, premiada por la Beca Hestia



                        



Este estudio que tiene como objetivo analizar los resultados de este programa, es un proyecto de colaboración entre la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria y el Hospital Costa del Sol



El Programa de ‘Prevención e Intervención Intensiva en conducta suicida: efectividad de un programa multidisciplinar’ o ‘Programa Cicerón’ desarrollado en el Hospital Costa del Sol ha sido premiado por la Beca Hestia otorgada por la Universitat Internacional de Catalunya. El responsable de este proyecto es el psicólogo clínico, Miguel Guerrero, profesional que también coordina la unidad de Prevención del Suicidio en este hospital.

Este estudio, que tiene como objetivo analizar los resultados del programa Cicerón, es un proyecto de colaboración entre la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria  y el Hospital Costa del Sol.

La Beca Hestia ha premiado con 4000 euros esta iniciativa, que ha sido seleccionada entre otras 41 presentadas. Junto a Miguel Guerrero, también participará en el proyecto el técnico superior de la Unidad de Investigación de la Agencia Sanitaria Costa del Sol, Francisco Rivas.

Este programa, pionero en Andalucía, aspira después de su implementación y en palabras de Miguel Guerrero “a conseguir una reducción del nivel de desesperanza, aumento del sentido de la vida o razones de vida, por supuesto, incrementando el sentido de pertenencia y el apoyo social percibido, la mejora significativa de los síntomas depresivos, así como reducir el riesgo de intentos y/o reintentos autolíticos”.

Por otra parte, continúa “la implementación de este programa permitiría lograr una reducción del riesgo suicida con un recurso sanitario efectivo y eficiente, que mejora la adherencia al seguimiento intensivo, minimizando así las pérdidas o abandonos del tratamiento para conseguir poner en marcha diversas estrategias de prevención en cuanto a recaídas de las conductas suicidas”.



15 April 2016

El alcohol y la depresión, factores de riesgo de suicidio más prevalentes en pacientes con patología dual

En el marco de las XVIII “Jornadas Nacionales de Patología Dual”, organizadas por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y la Fundación Patología Dual
Los trastornos por uso de sustancias están asociados a un elevado riesgo de intentos de suicidio y suicidio consumado, y, en el caso del suicidio consumado, después de los trastornos depresivos, es decir, de patología dual
  • En el 25-35% de los casos de suicidios hay un trastorno por uso de alcohol y el riesgo de morir por suicidio en el alcoholismo es 9,8 veces mayor respecto a la población general
  • El abordaje del riesgo de suicidio requiere de un tratamiento específico de la patología mental subyacente, que suele incluir intervenciones psicofarmacológicas y psicoterapéuticas combinadas, de corte cognitivo-conductual o terapia de resolución de problemas
  • Un 35% de los suicidas mayores de 65 años son varones y un 18% mujeres. Sin embargo, en la práctica clínica el alcoholismo en mujeres es de difícil detección y está infradiagnosticado
  • Las estrategias de prevención deben de ser multinivel (formación de profesionales de atención primaria, coordinación con facilitadores sociales de distintos ámbitos, etc., y sensibilización social)

29 March 2016

La cara oscura de la primavera‏

Según datos de la Federación Mundial de la Salud Mental, desde el año 2000 cerca de un millón de personas muere cada año en el mundo  por suicidio, siendo elevado el porcentaje de personas que lo hacen durante la primavera.
El reloj biológico humano está programado para funcionar según estímulos y la luz es, en este sentido, un elemento básico, pues los cambios en el número de horas de exposición a la luz influyen en la salud de los individuos. Normalmente, en la inmensa mayoría de los casos, se trata de un efecto positivo que aumenta y mejora el nivel de actividad de las personas. Pero este mismo aspecto puede alterar de forma fatal a personas que arrastran alguna clase de  estado depresivo desde la temporada invernal.
Las principales víctimas de esta estación son, de hecho, son individuos que viven con cuadros depresivos, cuyos síntomas más habituales suelen ser los trastornos del sueño, el aumento de angustia, la sensación de cansancio físico y la incapacidad de disfrutar o de dar sentido racional a la propia existencia.
Expertos en psiquiatría y psicología advierten de la importancia de intensificar, sobre todo durante los primeros compases de la estación, controles a personas que padecen alguna clase de forma o trastorno depresivo.

30 May 2012

EL 80% DE LOS SUICIDIOS SE ASOCIA A UNA PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA



 El año 2010 se produjeron más de 3.000 suicidios en nuestro país de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, una cifra que con ligeros cambios se ha ido manteniendo estable en los últimos cien años, según asegura el doctor Salvador Ros, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), que ha celebrado en Valencia su V Reunión Nacional. Como señala, “el suicidio ha existido siempre y los datos de los que disponemos revelan escasos cambios en su incidencia en décadas”.

Durante años, han sido los mayores de 65 el principal grupo de riesgo, sin embargo, en fechas recientes ha surgido otro colectivo en los que estas tasas han aumentado, los jóvenes. De hecho, hoy en día, el suicidio constituye la principal causa de mortalidad entre adolescentes. Mientras que en el caso de las personas de edad avanzada, este tipo de conductas está asociado a la soledad o la enfermedad, en los jóvenes se debe al consumo de drogas.

Hay dos factores de riesgo que podrían incrementar la tasa de suicidios: “la desesperanza, pensar que no hay un futuro mejor, y la indefensión, notar que no controlas el mundo más cercano e inmediato”, apunta el doctor Ros. “Estas dos variables se están produciendo en este momento, por lo que existe el riesgo potencial de un ligero incremento en la incidencia de suicidios, aunque habrá que esperar e ir analizando que va sucediendo”. No obstante, frente a esta hipótesis este experto matiza que “tanto en las épocas de mayor desesperanza como en los conflictos bélicos la tasas de suicidio disminuyen, e incluso en crisis económica. De hecho, en crisis como la del año 29, no se registró un incremento”.

Los ligeros aumentos que se han ido produciendo y que han sido puntuales, este experto los asocia, por un lado, al mal control legal y administrativo de los suicidios que ha existido durante años, sobre todo en las zonas rurales, y que se han ido subsanando, y por otro lado, al incremento de la patología psiquiátrica. Hoy en día, el 80% de los casos se asocia a un cuadro de depresión, esquizofrenia, trastornos de la personalidad o drogodependencia. El sufrir alguna de estas enfermedades aumenta el riesgo en un 10% de las conductas suicidas. 

Prevención del suicidio
Sufrir estas patologías representa ya para los psiquiatras un factor predictor importante de una situación que, en general, resulta muy complicada de prevenir. Según el doctor Salvador Ros, “aunque casi el 60% de los pacientes suele comunicar a su familia o al médico en los días o meses antes su deseo de morir,  su manejo es difícil”.

De hecho, la hospitalización continuada o en una Unidad de Crisis o en un Centro de Día no garantiza la prevención del suicidio. A pesar de esta atención especializada, un porcentaje significativo de suicidios se registra en los centros hospitalarios. “Por ejemplo, el paciente con un cuadro de esquizofrenia suele intentar el suicidio en las 24 horas siguientes al ingreso del hospital”, explica el doctor Ros.

Los psiquiatras, además, se enfrentan a la parcial efectividad de los programas preventivos que se han puesto en marcha en muchos países y que no han logrado modificar de forma sustancial la tasa de suicidio. “Se ha trabajado”, explica el presidente de la ASEPP, “en múltiples líneas: formar a los médicos de atención primaria para que puedan realizar una mejor valoración, promover campañas en escuelas, aunque después se desaconsejó, e iniciativas como el teléfono de la esperanza o el seguimiento de los pacientes al alta”. De entre todas, el doctor Ros destaca una iniciativa promovida en Australia, en la que los pacientes mayores que vivían solos recibían llamadas periódicas, al menos una vez a la semana y, además, se activó una línea de teléfono específica. “Los resultados muestran una disminución del porcentaje de suicidios”.

En España, no existe, según comenta este psiquiatra, ningún programa específico a nivel estatal sino que las medidas para prevenir el suicidio “dependen de cada comunidad o incluso del servicio de Psiquiatría de cada hospital, desde donde se suelen impulsar distintas iniciativas”.  

También desde el punto de vista biológico, desde los años setenta, se está investigando para poder determinar marcadores predictores y ahora mismo, los investigadores están centrando sus esfuerzos en potenciales marcadores genéticos que puedan identificar los pacientes con un mayor riesgo de conducta suicida. 

26 June 2010

Un informe del Hospital La Paz( Madrid) vincula la crisis económica con el aumento de ansiedad y suicidios


La crisis económica está llenando las urgencias psiquiátricas de personas que acuden a ellas por intentos de suicidio, ansiedad y abuso de alcohol y drogas, según el primer estudio realizado sobre la influencia de esta coyuntura en un gran hospital español entre unos 6.000 pacientes. El psiquiatra Luis Caballero ha presentado este análisis retrospectivo, coordinado por la doctora Susana Cebolla, en el VII Seminario Lundbeck sobre ansiedad y depresión celebrado en Ibiza. La investigación se ha realizado en el Hospital La Paz de Madrid, entre los pacientes atendidos desde junio de 2007 hasta diciembre desde 2009 en las urgencias psiquiátricas. Caballero ha informado de que, en plena crisis, se registró un incremento de casi el 50% de enfermos con respecto a los dos años anteriores, si bien ha matizado que podría haber aumentado también el número de personas atendidas en ese periodo por cuestiones administrativas. No obstante, ha recalcado que las visitas a urgencias por intentos suicidas ascendieron un 22%; un 14% por ansiedad y un 6% por abusar del alcohol y las drogas. En el periodo de marzo a junio, coincidiendo con el periodo de inicio de los problemas económicos, se registraron entre los atendidos "más referencias al desempleo, al impago de deudas y a la pérdida de estatus social".


Se estima que en España seis millones de personas sufren depresión, entre un 10 y 15% de la población, aunque la mitad de ellas está sin diagnosticar; la ansiedad afecta hasta a un 9%. La depresión constituye la segunda causa de baja laboral y el gasto de esta patología alcanza un total de 23.000 millones de euros anuales para el conjunto del país. El doctor Enric Álvarez, director del Servicio de Psiquiatría del Hospital Santa Creu i Sant Pau, ha señalado que aunque la prevalencia de casos de depresión diagnosticados no aumentará con la crisis, sí lo están haciendo, y mucho, las consultas por lo que podría llamarse coloquialmente una "depre coyuntural". Lo que sí se agudiza es el "revestimiento" de las consultas, ha esgrimido Álvarez, porque los pacientes "están peor" y las patologías asociadas a su estado depresivo "se agravan y profundizan". "Es más la música lo que ha variado que la letra", ha matizado. El doctor Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet y Universidad de Zaragoza, ha precisado que entre un 10 y un 15% de personas que manifiestan malestar psicológico cuando visitan al médico, no cumplen con los criterios de diagnóstico de depresión y ansiedad. Si la crisis va para largo, la depresión puede ser crónica Campayo ha dicho que las situaciones de estrés laboral o por motivos económicos que se producen en situaciones de crisis económica producen a corto plazo ansiedad.


Sin embargo, ha advertido de que si el proceso se cronifica y pasan los meses y los años, la evolución normal de estrés o ansiedad mantenidos se convierte en depresión. "Está habiendo más casos de ansiedad con la crisis inicialmente pero algunos ya se están transformando en depresiones", ha lamentado, una situación que podría agravarse a medida que las dificultades económicas y laborales se vayan prolongando. El experto ha argüido que actualmente asistimos a una creciente "psiquiatrización" de la vida diaria y a un "sobrediagnóstico del malestar normal de la vida". "Hay una escasa tolerancia al sufrimiento normal de la vida, una visión pasiva del mundo donde se persiguen soluciones rápidas que no requieran esfuerzo por parte de la persona", ha apuntado Campayo, quien ha confesado que el momento actual es difícil y pondrá a prueba la resistencia de los españoles.

16 March 2010

Más del 90% de los suicidios presentan patología psiquiátrica

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), el suicidio se situó en nuestro país, en 2008, como la primera causa no natural de defunción, con 3.421 personas fallecidas. Por sexo, los varones consuman el suicidio con una frecuencia entre 2 y 4 veces mayor que las mujeres, mientras que éstas realizan intentos de suicidio con una frecuencia 2-3 veces superior a la de los varones. Estas cifras suponen un número de muertes superior al de personas fallecidas en accidentes de tráfico.
Asimismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un millón de personas fallece por suicido en el mundo, y el número de tentativas suicidas es unas 10-20 veces mayor. Es decir, se produciría una muerte por suicidio cada 40 segundos y una tentativa cada 3 segundos.
En este sentido, según la Dra. Pilar Saiz Martínez, Profesora Titular del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, "la puesta en marcha de programas preventivos de diversa índole es fundamental a la hora de reducir las tasas de comportamientos suicidas. A pesar de que el suicidio se ha convertido en uno de los focos prioritarios de la política sanitaria en la Unión Europea y la primera línea de Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, la prevención de suicidio en la población general es uno de los objetivos principales".
Con el objetivo de abordar este problema de gran relevancia, expertos de reconocido prestigio se han dado cita en la Jornada "La conducta suicida". El acto, presentado y moderado por D. José Manuel González-Huesa, Presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), cuenta con la presencia de los profesores Jerónimo Saiz, Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP); Julio Bobes, Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB); y José Giner, Presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM). Asimismo, en el acto intervienen la Dra. Pilar Sáiz Martínez, Profesora Titular del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo-CIBERSAM; el Dr. José Luis Ayuso Mateos, Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Hospital Universitario de la Princesa; el Dr. Enrique Baca García, Jefe del Servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz y Profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia de Nueva York; y el Dr. Lucas Giner Jiménez, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla.
Existen una serie de factores considerados como predictores de riesgo suicida: padecer un trastorno mental (siendo los que se acompañan de un mayor riesgo), la presencia de pensamiento suicida, las verbalizaciones suicidas y la planificación del acto, los antecedentes personales de tentativa suicida (constituye el mejor factor predictor conocido hasta la fecha), el aislamiento social, los sentimientos de desesperanza, factores sociodemográficos entre los que se incluye el sexo masculino y la edad por encima de los 55-60 años, los antecedentes familiares de suicidio consumado, la presencia de factores estresantes agudos o crónicos (entre los que se puede incluir enfermedades físicas de tipo crónico o discapacitante), etc.
Entre las recomendaciones para la prevención del suicidio, la Dra. Saiz recomienda: incrementar la formación de los profesionales de la salud; restringir el acceso a los principales métodos suicidas; fomentar la concienciación sobre el problema a nivel comunitario y entre profesionales sanitarios y de otros sectores relevantes; implementar medidas para reducir los principales factores de riesgo asociados a los comportamientos suicidas (consumo excesivo de alcohol y drogas, depresión y estrés) y, por último, facilitar las medidas de soporte adecuadas a aquellas personas que hayan realizado tentativas suicidas o que, de modo indirecto, se hayan visto afectadas por ellas.
En este sentido, el Dr. Ayuso subraya que "es necesario la utilización de un protocolo estandarizado en los hospitales para la recogida de información asociada al suicidio que sirva de guía para la toma de decisiones de las intervenciones, la creación de una red centinela en las urgencias de los hospitales para tener un observatorio permanente de la conducta suicida y poder monitorizarla de forma cercana y detallada. Y por último, garantizar que una vez dados de alta, los pacientes que han cometido intentos de suicidio acudan al seguimiento ambulatorio pautado".

--Bases biológicas de la conducta suicida
"El 90% de personas que fallecen por suicidio sufren algún trastorno mental, en los intentos de suicidio este porcentaje se mantiene", según explica la Dr. Baca. Hay que tener presente que todos los trastornos mentales incrementan el riesgo de suicidio en relación al de la población general, "pero dicho riesgo varía en función del trastorno mental padecido, de modo que los que más influyen -son los trastornos afectivos, la dependencia de alcohol y/o de otras drogas y las psicosis no afectivas".
Asimismo, según el Dr. Baca, las evidencias que apuntan a que los genes tienen un papel relevante en la predisposición a la conducta suicida son cada vez mayores. "Los estudios familiares, de adopción y de gemelos muestran que aproximadamente el 40% de la variabilidad en la conducta suicida podría tener una base genética. El riesgo genético para fenómenos complejos como los trastornos mentales y la conducta suicida no es el resultado de un único gen, sino de varios genes dispersos a lo largo de todo el genoma".
"En el momento actual no existen dudas de que el suicidio es un comportamiento determinado por factores bio-psico-sociales. En los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo investigador para tratar de conocer los posibles biomarcadores de este tipo de comportamiento y hasta la fecha los hallazgos más sólidos provienen de la presencia de niveles bajos de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), el principal metabolito de la serotonina, en el líquido cefalorraquídeo", añade el Dr. Baca.
No obstante, el Dr. Baca explica que la asociación entre la disfunción serotonérgica y el suicidio es independiente del diagnóstico psiquiátrico. "Hay estudios que demuestran que las alteraciones de la respuesta al estrés, en particular la hiperactivación del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, en pacientes con conductas suicidas".
También se ha encontrado una relación entre comportamientos violentos, conductas suicidas y pobre control de impulsos, y la tendencia a presentar hipoglucemias en el test de sobrecarga oral de glucosa. "Se ha sugerido que el déficit de serotonina podría disponer a los individuos a la falta de control de impulsos, la alteración del metabolismo de la glucosa y los comportamientos violentos", añade el Dr. Baca.
Por otro lado, los lípidos son componentes fundamentales de las membranas biológicas teniendo un efecto estabilizador en ellas y regulando receptores específicos. En este sentido, el Dr. Baca señala que "distintos trabajos abordan la posible relación entre los niveles bajos de colesterol total (160 mg/dl o menos) y del LDL-colesterol con un mayor riesgo de suicidio."

--La autopsia psicológica: estudio del suicidio consumado
La autopsia psicológica (AP) consiste en una entrevista diagnóstica con familiares y personas del entorno del individuo que se ha suicidado un tiempo después de la muerte. Según explica el Dr. Lucas Giner, "además se pueden obtener datos clínicos que pueden ser interesantes estudiar en la conducta suicida".
"En la actualidad, es considerado internacionalmente como el mejor método de estudio del suicido consumado, como indica el creciente número de trabajos que siguen esta metodología y la gran cantidad de información que se obtiene", comenta el Dr. Giner.
El análisis de la conducta suicida, según el Dr. Giner, "es complejo, puesto que es el resultado de factores psicológicos, sociales, culturales y biológicos. Por tanto, el acercamiento debe ser lo más exhaustivo posible. La autopsia psicológica (AP), término acuñado por Schneidman en la década de los 60, es un método que se ha usado desde hace casi un siglo".
Lo más específico de la AP es que la información que se obtiene es procedente de suicidios consumados, en lugar de intentos de suicidio, como se hace en la gran mayoría de trabajos, que pueden tener características clínicas distintas.
Además de las ventajas expuestas de la caracterización del suicidio consumado están la oportunidad de atender a los familiares de una forma sistemática y la posibilidad de recoger muestras biológicas del cadáver, completando la visión psicobiosocial de una conducta tan compleja como es el suicidio.
En 2006 se comenzó en Sevilla el estudio mediante AP denominado FRIENDS (Factores de Riesgo en Defunciones por Suicidio), que está coordinado por el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y el Instituto de Medicina Legal de Sevilla y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Granada, con la financiación del American Foundation for Suicide Prevention y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. En la actualidad se han realizado más de 300 AP en suicidio consumado y se tiene muestras genéticas en más de 400 casos.
Asimismo, el Dr. Giner señala que "el factor de riesgo más importante de suicidio consumado es la historia de intentos de suicidio previos. Las cifras de antecedentes de conducta suicida en suicidas están entre un 30% y un 50%".
"Otra variable que también se ha relacionado con los suicidios en todo el mundo es la existencia de situaciones estresantes previas, desde el ultimo año, últimos 6 meses o días previos, principalmente se trata de conflictos personales, de pareja y problemas de salud", añade.
Por último, el Dr. Giner señala la importancia que tiene atención primaria en la prevención de la conducta suicida. "Hay hechos que reflejan que la mayoría de los intentos de suicidio y de suicidio consumado habían tenido contacto previo con el médico de atención primaria (MAP). Una proporción importante de suicidios no tiene contacto con los dispositivos de Salud Mental porque la derivación a Salud Mental tras un intento no siempre es aceptada por los pacientes, por lo que deja al MAP como el primer nivel de prevención para evitar nuevas conductas suicidas".

04 March 2010

El envenenamiento con psicofármacos es el método principal de las conductas suicidas incompletas

La gran mayoría de los estudios coinciden en que las tasas de mortalidad por suicido y las de conductas suicidas incompletas en España son más bajas que las de otros países europeos, aunque con una tendencia creciente en el período 1995 – 2006. Estas cifras suponen 3.500 muertes por suicidio y unas 35.000 tentativas de suicidio en un año.
Los varones de edad media registran los mayores índices de suicidio consumado. Las conductas suicidas incompletas, por el contrario, son más frecuentes en mujeres jóvenes.
El consumo de bebidas alcohólicas es el método que más frecuentemente se asocia al envenenamiento.
Existe un riesgo de entre 1,5 y 3 veces mayor de repetir en los 12 meses que siguen a una tentativa de suicidio, con un porcentaje de consumar la conducta de un 15 por ciento en dos años.
Vitoria-Gasteiz.- "La conducta suicida es un fenómeno controvertido tanto por la dificultad en encontrar una definición operativa de en qué consiste, como por las dificultades para determinar sus factores desencadenantes y una forma de tratamiento". De esta forma plasma Imanol Querejeta, médico psiquiatra, la controversias existentes en torno al término suicidio.
En el marco del XVIII Curso de actualización en Psiquiatría, Querejeta abordará el Impacto y tendencias de los comportamientos suicidas en España en una conferencia que tendrá lugar el jueves 4 de marzo a las 18.00 horas en el Palacio Europa de la capital alavesa.
"Desde mediados de los 60, las autoridades sanitarias han ido prestando cada vez más atención a este fenómeno alarmadas por el continuo aumento de las tasas de mortalidad por suicidio, así como el de las tentativas de suicidio", explica el experto. En efecto, a finales de 1966 la OMS comenzó a reunir datos sobre la prevención del suicidio; actualmente, la reducción de sus tasas figura entre uno de sus objetivos.
En cuanto a tasas de mortalidad por suicidio y de conductas suicidas incompletas, "los resultados de casi todos los estudios europeos aportan una gran variabilidad", afirma el experto. En España, sin embargo, "hay variabilidad en las cifras según el tipo de recogida de datos –Servicio de Urgencia, servicios sanitarios, o población general-, pero no en las tendencias. De hecho, la gran mayoría de los estudios coinciden en que las tasas de mortalidad por suicido y las de conductas suicidas incompletas en España son más bajas que la de otros países europeos, aunque con una tendencia creciente en el período 1995 – 2006", añade. . Estas cifras suponen "3.500 muertes por suicidio y unas 35.000 tentativas de suicidio en un año".

-Distribución y método
En lo que a la distribución de estas tasas se refiere, "hay coincidencias entre los estudios españoles y europeos". Así, los varones de edad media son el grupo donde con más frecuencia se da el suicidio consumado. Las conductas suicidas incompletas son más frecuentes en mujeres jóvenes.
Por otra parte, en el apartado referente al método utilizado en las conductas suicidas incompletas, "el envenenamiento con psicofármacos es el principal método. Asociado con el consumo de bebidas alcohólicas es el que se intenta con mayor frecuencia". También hay coincidencia en los factores que se asocian a este tipo de conductas: "la existencia de episodios previos -existe un riesgo de entre 1,5 y 3 veces mayor de repetir en los 12 meses que siguen a una tentativa de suicidio, con un porcentaje de consumar la conducta de un 15 por ciento en dos años-, el nivel socio económico y la situación laboral. Casi todas ellas asociadas a una menor esperanza y planes de futuro", señala Querejeta.
A modo de conclusión el experto recalca "la necesidad de establecer una estrategia preventiva que permita detectar posibles casos, así como la necesidad de hacer una valoración rigurosa de los pacientes que llegan a las urgencias con conductas suicidas o accidentes inexplicables, que pueden ocultar planes suicidas".

05 February 2010

Los expertos señalan que es necesario la puesta en marcha de programas preventivos para reducir los comportamientos suicidas

El suicidio supone la muerte de un millón de personas en el mundo. En España unas 3.500 muertes son identificadas como suicidios, lo que supone un mayor número de muertes por suicidio que por accidentes de tráfico. Al igual que otras muertes, afecta a familiares, compañeros y amigos del fallecido, por lo que el número de personas afectadas por el suicidio es muy importante.
Según el Prof. José Giner, Presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) "a este impacto se deben de sumar los intentos de suicidio. Actualmente, en España se producen 35.000 intentos de suicidio. La patología psiquiátrica está presente en más del 90% de los suicidios, por lo que el sector sanitario debe estar implicado en la detección y prevención de los factores de riesgo relacionados con la conducta suicida".
Con el objetivo de abordar uno de los problemas más grave en psiquiatría, el suicidio, psiquiatras, médicos de atención primaria, psicólogos y enfermeros, se dan cita durante los días 5 y 6 de febrero, en Sevilla, en Encuentros en Psiquiatría: Conducta Suicida, organizado por el departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y la Sociedad Andaluza de Psiquiatría y declara de interés científico por las Sociedades de Psiquiatría y Psiquiatría Biológica.
"La forma de evitar un problema es conocerlo para poder tomar medidas. Desde esta premisa surgió este curso monográfico", señala el Prof. Giner.
En este sentido, el presidente de la FEPSM explica y señala que "las mujeres presentan mayores tasas de pensamiento suicida y de comportamientos suicidas. No obstante, la mortalidad producida por estos actos es típicamente más baja en las mujeres que en los hombres. Las tentativas de suicidio son más frecuentes en las mujeres y los suicidios consumados lo son más en los hombres".
El Prof. Giner subraya que "los expertos debemos explorar y profundizar más en el suicidio. La puesta en marcha de programas preventivos de diversa índole es fundamental a la hora de reducir las tasas de comportamientos suicidas".

-Incrementar la formación de los profesionales de la salud
El Pacto Europeo sobre Bienestar y Salud Mental, establece cinco áreas prioritarias de acción en Salud Mental, la primera de las cuales hace referencia a la prevención de la depresión y de los comportamientos suicidas.
Entre las medidas prioritarias recomendadas se incluyen: incrementar la formación de los profesionales de la salud; restringir el acceso a los principales métodos suicidas; fomentar la concienciación sobre el problema a nivel comunitario y entre profesionales sanitarios y de otros sectores relevantes; implementar medidas para reducir los principales factores de riesgo asociados a los comportamientos suicidas (consumo excesivo de alcohol y drogas, depresión y estrés) y, por último, facilitar las medidas de soporte adecuadas a aquellas personas que hayan realizado tentativas suicidas o que de modo indirecto se hayan visto afectadas por ellas.
A pesar de los esfuerzos realizados para mejorar el conocimiento de cómo prevenir los comportamientos autolíticos, según el Prof. Giner "la "predicción" de casos individuales de suicidio sigue siendo una tarea altamente compleja. No obstante, es labor de todas las personas implicadas en los cuidados de salud aportar su conocimiento y buen hacer para disminuir un problema de salud que genera tantas pérdidas".

-Factores predictores y bio-psico-sociales
Existen una serie de factores considerados como predictores de riesgo suicida: padecer un trastorno mental (siendo los que se acompañan de un mayor riesgo), la presencia de pensamiento suicida, las verbalizaciones suicidas y la planificación del acto, los antecedentes personales de tentativa suicida (constituye el mejor factor predictor conocido hasta la fecha), el aislamiento social, los sentimientos de desesperanza, factores sociodemográficos entre los que se incluye el sexo masculino y la edad por encima de los 55-60 años, los antecedentes familiares de suicidio consumado, la presencia de factores estresantes agudos o crónicos (entre los que se puede incluir enfermedades físicas de tipo crónico o discapacitante), etc.
"El 90-95% de personas que se suicidan cumplen criterios de trastorno mental en el momento del suicidio", según explica el Prof. Giner hay que tener presente que todos los trastornos mentales incrementan el riesgo de suicidio en relación al de la población general, "pero dicho riesgo varía en función del trastorno mental padecido, de modo que los que se acompañan de mayor riesgo son los afectivos, la dependencia de alcohol y/o de otras drogas y las psicosis no afectivas".
"En el momento actual no existen dudas de que el suicidio es un comportamiento determinado por factores bio-psico-sociales. En los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo investigador para tratar de conocer los posibles biomarcadores de este tipo de comportamiento y hasta la fecha los hallazgos más sólidos provienen de la presencia de niveles bajos de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), el principal metabolito de la serotonina, en el líquido cefalorraquídeo", concluye el Prof. Giner.

23 October 2009

El consumo de alcohol y drogas son factores de riesgo asociado a los comportamientos suicidas


Según datos de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente un millón de personas fallece por suicido en el mundo, y el número de tentativas suicidas es unas 10-20 veces mayor. Es decir, se produciría una muerte por suicidio cada 40 segundos y una tentativa cada 3 segundos. Concretamente, en nuestro país, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el año 2007, se suicidaron 3.263 personas.
Según la Prof. Pilar Saiz Martínez, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, "estas cifras suponen un número de muertes similiar al de personas fallecidas en accidentes de tráfico e incluso superior al número de defunciones causadas por los conflictos bélicos".
El Pacto Europeo sobre Bienestar y Salud Mental, celebrado en Bruselas, en Junio de 2008, establece cinco áreas prioritarias de acción en Salud Mental, la primera de las cuales hace referencia a la prevención de la depresión y de los comportamientos suicidas.
Entre las medidas prioritarias recomendadas se incluyen: incrementar la formación de los profesionales de la salud; restringir el acceso a los principales métodos suicidas; fomentar la concienciación sobre el problema a nivel comunitario y entre profesionales sanitarios y de otros sectores relevantes; implementar medidas para reducir los principales factores de riesgo asociados a los comportamientos suicidas (consumo excesivo de alcohol y drogas, depresión y estrés) y, por último, facilitar las medidas de soporte adecuadas a aquellas personas que hayan realizado tentativas suicidas o que de modo indirecto se hayan visto afectadas por ellas.
Factores de riesgo
Aproximadamente, en la mayor parte de los países en los que se ha estudiado el fenómeno del suicidio, las mujeres presentan mayores tasas de ideación suicida y de comportamientos suicidas. No obstante, según la Prof. Saiz "la mortalidad producida por estos actos es típicamente más baja en las mujeres que en los hombres. Las tentativas de suicidio son más frecuentes en las mujeres y los suicidios consumados lo son más en los hombres".
"Aproximadamente, los varones consuman el suicidio con una frecuencia entre 2 y 4 veces mayor que las mujeres, mientras que éstas realizan intentos de suidio con una frecuencia 2-3 veces superior a la de los varones. Concretamente, en nuestro país, según datos del INE del año 2007, la tasa de suicidio por 100.000 habitantes fue de 11 para los hombres y de 3,5 para las mujeres", comenta la Prof. Saiz.
Existen una serie de factores que podemos considerar como factores predictores de riesgo suicida, entre ellos estarían los siguientes: padecer un trastorno mental (siendo los señalados previamente los que se acompañan de un mayor riesgo), la presencia de ideación suicida, las verbalizaciones suicidas y la planificación del acto, los antecedentes personales de tentativa suicida (constituye el mejor factor predictor conocido hasta la fecha), el aislamiento social, los sentimientos de desesperanza, factores sociodemográficos entre los que se incluye el sexo masculino y la edad por encima de los 55-60 años, los antecedentes familiares de suicidio consumado, la presencia de factores estresantes agudos o crónicos (entre los que se puede incluir enfermedades físicas de tipo crónico o discapacitante), etc.
"El 90-95% de personas que se suicidan cumplen criterios de trastorno mental en el momento del suicidio", según explica la Prof. Saiz hay que tener presente que todos los trastornos mentales incrementan el riesgo de suicidio en relación al de la población general, "pero dicho riesgo varía en función del trastorno mental padecido, de modo que los trastornos que se acompañan de mayor riesgo son los trastornos afectivos, la dependencia de alcohol y/o de otras drogas y las psicosis no afectivas".
Actualmente, se está tratando de conocer mejor aquellos factores que pueden tener un papel protector evitando la comisión de dichas conductas, tales como la ausencia de variantes genéticas que confieren susceptibilidad, presencia de soporte socio-familiar adecuado, tratamiento adecuado de la enfermedad de base, etc.
"En el caso de los trastornos esquizofrénicos son momentos de especial riesgo los primeros años de la enfermedad o las semanas subsiguientes a un alta hospitalaria", añade la Prof. Saiz.
El suicidio es un comportamiento determinado por factores bio-psico-sociales
Según la Prof. Saiz, "en el momento actual no existen dudas de que el suicidio es un comportamiento determinado por factores bio-psico-sociales. En los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo investigador para tratar de conocer los posibles biomarcadores de este tipo de comportamiento y hasta la fecha los hallazgos más sólidos provienen de la presencia de niveles bajos de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), el principal metabolito de la serotonina, en el líquido cefalorraquídeo".
En relación a las bases genéticas del suicidio, "el conocer cuáles son los genes responsables, en última instancia de este comportamiento es algo muy complicado, ya que el suicidio, como la inmensa mayoría de los trastornos mentales se incluyen dentro de lo que se denominan enfermedades genéticamente complejas (no se transmiten según un patrón de herencia mendeliana)", asegura la Prof. Saiz.
"Dichas enfermedades tienen un claro componente genético (descrito en estudios de familia, gemelares y de adopción), pero la susceptibilidad para el comportamiento viene dada por el efecto combinado de muchos genes (genes de efecto menor) y de diversos factores ambientales actuando conjuntamente", señala la Prof. Saiz.
Según la Prof. Saiz, la investigación genética en suicidio se ha centrado principalmente en el sistema serotoninérgico, "cuya implicación ha demostrado ser la más consistente hasta el momento, siendo el gen más estudiados y, con el que quizás se han obtenido más resultados positivos, el transportador de serotonina (SLC6A4)". No obstante, señala que en los últimos años se han obtenido resultados prometedores con otros genes, como por ejemplo el del BDNF. Quizás uno de los hallazgos más destacables en los últimos años es el realizado por el grupo de Caspi que ha puesto de manifiesto que existe una interacción entre los comportamientos suicidas, los acontecimientos vitales estresantes y determinadas variantes polimórficas del gen del transportador de serotonina. Habiendo sido, este hallazgo, replicado posteriormente por numerosos grupos de investigación.
"No obstante, hay que señalar que estos posibles biomarcadores están aún en fase de consolidación y no se utilizan en la práctica clínica cotidiana", afirma la Prof. Saiz.

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