El European
Hydration Institute advierte sobre las consecuencias en caso de no mantener
una adecuada hidratación durante la conducción como son el dolor de cabeza, la
pérdida de concentración y la disminución de la atención.
Con el calor aumenta
la perdida de agua por la sudoración y en consecuencia se reducen las sales
minerales o electrolitos en nuestro organismo contribuyendo a reducir nuestra
capacidad de reacción ante imprevistos. El
aire acondicionado aumenta el riesgo de un estado de hidratación inadecuada
convirtiendo el aire en seco y menos húmedo, por ello debemos beber más para no
sufrir los efectos de la deshidratación.
Si se está a punto de coger un
vuelo es importante saber cómo mantener un adecuado balance hídrico y
permanecer hidratado. El aire en cabina normalmente es mucho más seco que el
aire exterior por ello se recomienda mantener los niveles de hidratación
bebiendo 250 ml adicionales por hora.
Para el Profesor Serra- Majem: “Es muy importante equilibrar las ingestas,
lo que bebemos, con lo que perdemos, básicamente las pérdidas se producen por
orina, por sudoración o incluso por transpiración, y el mantener este equilibro
nos garantiza una buena hidratación”.
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