Aunque la prevalencia varía según las distintas zonas geográficas, aproximadamente el 75% de los mujeres y hombres con una vida sexual activa contactan con al menos un tipo de virus papiloma humano (HPV) en algún momento de su vida y podrían infectarse.
Estos datos son aportados por el Dr. Raúl Cardenal Tarascón, ginecólogo
y especialista en patología del tracto genital inferior del Hospital Vithas
Xanit Internacional y la Dra. Marta Martínez Díez, ginecóloga de Vithas Málaga
especializada también en patología de tracto genital inferior, quienes también
indican que la infección por el virus del papiloma humano es una enfermedad muy
común en todo el mundo, cuyo principal mecanismo de transmisión es la vía
sexual.
“Existen más de 200 tipos diferentes de HPV, algunos de los cuales se
sabe que causan ciertos cánceres, como el cáncer de cuello uterino. Otros
tipos son responsables de las verrugas genitales”, explica el Dr. Raúl Cardenal
Tarascón, quien añade que se estima que la prevalencia global de la
infección en mujeres es del 10.41 %, siendo mayor en personas jóvenes y por
normal general disminuye a medida que avanza la edad
Según especifica la Dra. Marta Martínez Díez, el cáncer de cuello
uterino es la tercera neoplasia más frecuente en el mundo en las mujeres.
Anualmente se diagnostican en el mundo 500.000 casos nuevos, de los cuales el
83% se dan en países en vías de desarrollo. En la Unión Europea se diagnostican
anualmente 60.000 nuevos casos, y más de 16.000 muertes son secundarias a esta
neoplasia.
Aunque la mayoría de las mujeres eliminan el HPV; pasado cierto tiempo,
a veces, se produce una persistencia del mismo que da lugar a lesiones
precursoras del cáncer de cuello y en último término, a un cáncer de cuello.
“Esta persistencia del virus en el hombre suele alcanzar un porcentaje mayor
que en las mujeres conforme aumenta su edad”, señala la especialista de Vithas
Málaga, quien recuerda que la infección por el virus HPV es causa necesaria
para el desarrollo del cáncer de cuello y sus lesiones precursoras.
Por su parte, el Dr. Raúl Cardenal Tarascón, aclara
que “la infección por un tipo de HPV no nos hace inmunes, por tanto, podemos
reinfectarnos por HPV. De ahí la importancia de su prevención, vacunando frente
al virus”. “La vacuna no trata el cáncer cervical, sino que lo
previene. La vacuna VPH previene la aparición de la mayoría de cáncer de cérvix
uterino, protegiendo contra los tipos de HPV que causan la mayoría de casos de
cáncer cervical (entre ellos el VPH 16 y 18). Se recomienda de manera rutinaria
para niñas y niños de 11 o 12 años, aunque puede administrarse desde los
9 años de edad y en adultos está indicada prácticamente ya a cualquier
edad”, informa el especialista de Vithas Xanit, quien recomienda la vacunación
HPV como medida principal de prevención primaria frente al cáncer de
cérvix.
La Dra. Marta Martínez recuerda que la vacunación frente al virus es una
estrategia que previene frente a multitud de cánceres en el ser humano, y no
solo a las mujeres, sino también a los hombres. “Previene también por ejemplo
frente a los condilomas, lesiones a veces difíciles de eliminar y muy
estigmatizantes, producidos por los genotipos de bajo riesgo 6 y 11. La
vacunación juega también un papel importante en aquellas pacientes que hayan
sido tratadas frente a lesiones precancerosas. En ambos casos, la vacuna
disminuye el riesgo de nuevas lesiones, por lo que también se recomienda la
vacunación en estos casos”, matiza.
“Si bien es conocida la relación del virus del papiloma humano con el
cáncer de cuello, es necesario tener en cuenta que también se relaciona con
otros tipos de cánceres, como los de vagina, vulva, ano, pene y faringe/
laringe entre otros. Por ello, el HPV es cosa de todos, no es cosa únicamente
de las mujeres. Es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres de prevenir
la infección por el virus del papiloma humano, que por otra parte es la
infección de transmisión sexual más común entre individuos jóvenes sexualmente
activos”, señala la Dra. Marta Martínez.
Ambos especialistas insisten que además de la vacunación hay que continuar con otras medidas de prevención, como por ejemplo el uso de métodos de barreras (preservativo) en las relaciones sexuales y, evitando en la medida de lo posible el hábito tabáquico. Además, dentro de la prevención cáncer de cérvix es fundamental el diagnóstico precoz, acudiendo a las revisiones ginecológicas rutinarias (donde se realizarán citologías de screening y determinaciones de VPH entre otras pruebas).
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