En la madrugada del próximo sábado es el momento de adelantar el reloj, a las 02:00 am serán las 03:00 am, dando comienzo así el horario de verano. Un cambio aparentemente superfluo que sin embargo puede tener una serie de consecuencias en la salud si no se toman las medidas adecuadas.
El cambio de hora de verano suele ser más perjudicial que
el de invierno con especial incidencia en niños y mayores, más sensibles a los
cambios. Esta alteración puede llegar a provocar un amplio abanico de
síntomas como trastornos en el sueño, cambio de humor, cansancio, mareos,
dolor de cabeza o problemas digestivos, entre otros.
Dentro de las consecuencias del cambio de hora, los
problemas de descanso suelen ser los más importantes, llegando incluso a disminuir
hasta un 10% la calidad del sueño en los días posteriores al cambio de
hora. A esto hay que sumarle además la situación actual derivada de la
COVID-19, a la que diversos estudios achacan problemas en la conciliación
del sueño. Este trastorno, conocido ya popularmente como coronasomnia,
podría aumentar su incidencia con el cambio de hora, por lo que es necesario
adelantarse y tomar ciertas medidas.
Para ello Atenzia ha recogido una serie de recomendaciones
para informar a las personas usuarias del servicio de teleasistencia. La
aplicación de estas medidas en los días previos y posteriores al cambio de hora,
permitirán prevenir o paliar estos posibles trastornos:
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Ejercicio moderado: salir
a pasear u hacer otras actividades al aire libre favorece el descanso. Sin
embargo, especialmente los días previos y el fin de semana del cambio de hora,
es importante optar por actividad física moderada y realizarla horas antes de
acostarnos, ya que un esfuerzo físico intenso puede dificultar la conciliación
del sueño.
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Hábitos de sueño: con
el objetivo de adaptarte al cambio, los días previos es importante retrasar la
hora de dormir quince minutos para que el organismo se adapte al nuevo horario.
Además, es importante evitar dormir durante el día para no incrementar los
desajustes en el descanso.
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Higiene del sueño: algo
importante a la hora de adaptar el organismo al nuevo horario es mantener una
buena higiene del sueño, creando un ambiente óptimo para el descanso evitando
el uso de pantallas antes de dormir, adecuando la iluminación y reduciendo al
máximo los ruidos.
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Medicación: aunque
se sufra alguna alteración del sueño tras el cambio de hora, es importante no
automedicarse, ya que estos problemas terminarán por desaparecer en un plazo
aproximado de tres semanas. De no ser así, se ha de consultar con un médico.
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Comer ligero antes de dormir: es
importante evitar comidas abundantes o excesivas antes de ir a la cama, ya que pueden
provocar una digestión pesada y una mala absorción de los nutrientes ingeridos.
Además, también se deben eliminar de la dieta bebidas estimulantes como café,
té o alcohol, especialmente a última hora del día.
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